Olivia de Havilland contra la ficci¨®n
La denuncia de la actriz de 'Lo que el viento se llev¨®' a 'Feud' es un ataque contra las historias biogr¨¢ficas
Olivia de Havilland tiene casi 102 a?os y muchas ganas de dar guerra. Y todos nos alegramos. Si un mito del cine cl¨¢sico decide poner una denuncia contra una serie como reivindicaci¨®n de su vida, es instintivo apoyar su cruzada. ?Bravo por una mujer tratada injustamente!, gritaremos. Pero sin emocionarse... Si hubiese ganado, su pelea podr¨ªa sentar un complicado precedente en la libertad creativa. Pero no gan¨® al no ser admitida su demanda ya que la corte defendi¨® la libertad de expresi¨®n de la cadena.
Estos son los argumentos. La actriz de Lo que el viento se llev¨® y La heredera ha llevado a los tribunales a la serie Feud de Ryan Murphy, sobre la enemistad de Bette Davis y Joan Crawford, reclamando que lo que sucede all¨ª no es real. Que jam¨¢s dio una entrevista sobre ellas y que tampoco llam¨® "zorra" a su hermana Joan Fontaine, cuya disfuncional relaci¨®n dar¨ªa para otra temporada. Cree que se ha puesto en juego una reputaci¨®n ganada con "honestidad, integridad y buenas maneras", cuenta a The New York Times. Y aunque su personaje, interpretado por Catherine Zeta-Jones, sea secundario, critica que nadie la llamara. ?Le da eso derecho para denunciar una obra de ficci¨®n?
Si todos los protagonistas de un biopic tuvieran que aportar su versi¨®n, no solo no saldr¨ªan adelante la mayor¨ªa sino que los que lo hicieran ser¨ªan historias oficiales en primera persona, con los sesgos y necesidad de quedar bien que eso implica. Aburrido y blanco. Isabel II nunca hubiese dado luz verde a The Crown y sus insinuados l¨ªos de faldas y Nixon hubiese podido censurar cualquier duda no probada vertida sobre ¨¦l en Todos los hombres del presidente. Muchas de las nominadas al Oscar (este a?o Los archivos del Pent¨¢gono y El instante m¨¢s oscuro eran biopics) ni pasar¨ªan el corte. Hasta Mozart podr¨ªa despertar de su letargo para reclamar que nunca fue tan maleducado contra Salieri como muestra Amadeus.
Debemos aspirar a pensar que la audiencia es inteligente y que cuenta con bagaje audiovisual suficiente para entender que las obras son una versi¨®n ficcionalizada de los hechos. El guionista no comparti¨® alcoba con los implicados, pero su historia humana trasciende las leyes de la realidad. Las pel¨ªculas tienen derecho a dar un discurso y posicionarse y necesitan de un ritmo narrativo para estructurar su historia, lejos de la aburrida vida. Espero con ansias la temporada de Feud sobre el combate Havilland vs. Murphy.
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