Isabel Mellado y Leonor de Recondo: dos novelistas con viol¨ªn

Amores en forma de sonata, pizzicatos sexys, sinfon¨ªas de Shostak¨®vich como l¨¢pidas¡­ Ese parentesco creativo de estructuras y lenguajes que son la m¨²sica y la literatura conduce a Isabel Mellado a su Vibrato (Alfaguara). Lo mismo le ocurre a Leonor de Recondo en Amores (Min¨²scula), que a la palabra escrita aplica una dimensi¨®n secreta de su arte: el silencio. Ambas son violinistas. Y escriben novelas.

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'Vibrato', de Isabel Mellado, disponible en Amazon

'Amores', de Leonor de Recondo, disponible en Casa del Libro

El solfeo y la escritura son r¨ªos paralelos. Disciplinas con sus propios c¨®digos que se tantean, se seducen, pero nunca se funden del todo. Uno entra por el o¨ªdo, el otro mediante la vista. Ambos explotan en el cerebro y causan impacto. Cuando son buenos...

Mellado y De Recondo lo saben. Son int¨¦rpretes curtidas y profesionales en campos distintos. Mellado, nacida en Chile, es tambi¨¦n escritora. Tiene su plaza en la Orquesta Ciudad de Granada. Ahora publica en Alfaguara tras haberlo hecho en P¨¢ginas de Espuma con un volumen de cuentos, El perro que com¨ªa silencio. Recondo, nacida en Par¨ªs en 1976 y de ascendencia espa?ola, domina el barroco en m¨²sica y un trasparente romanticismo en literatura al ritmo de la sonata Claro de Luna, una de las obras maestras de Beethoven.

Los m¨²sicos somos grandes amantes de la cocina. Y no me extra?a. Todo lo que tenga que ver con los sentidos nos llama. Sean el gusto, el tacto, el o¨ªdo¡­¡±, asegura Mellado

Ambas conocen los alfabetos con la misma profundidad que los pentagramas. Vibrato es un ejemplo de esa exploraci¨®n que antes han transitado tantos, con referentes como Thomas Mann, Thomas Bernhard o Milan Kundera... La m¨²sica como elemento f¨ªsico y metaf¨ªsico revertido en lenguaje literario. Una rareza dif¨ªcil de abordar, pero inagotable. ¡°Eso es esta novela. Una especie de exploraci¨®n sensorial que mezcla la m¨²sica, lo po¨¦tico y otros elementos como la anatom¨ªa o la comida. Los m¨²sicos somos grandes amantes de la cocina. Y no me extra?a. Todo lo que tenga que ver con los sentidos nos llama. Sean el gusto, el tacto, el o¨ªdo¡­¡±.

O los c¨®digos sonoros, arm¨®nicos, sinf¨®nicos como met¨¢foras de la vida. Por eso, los personajes de Vibrato definen sus pasiones en forma sonata: con exploraci¨®n, desarrollo y capitulaci¨®n. As¨ª que una pieza de John Cage como 4:33, pura exploraci¨®n del silencio, puede servir para describir un matrimonio en crisis. Lo mismo que entre sus p¨¢ginas, uno se arriesga a sucumbir ante el respingo de un pizzicato sexy, ¡°parecido a pellizcarle las nalgas a las notas¡­¡±, con la capacidad sugestiva de un aforismo.

A la hora de escribir, la m¨²sica me ha ense?ado la importancia del ritmo. El hecho de trabajar las frases de manera org¨¢nica hasta que fluyan¡±, dice Recondo

Clara, su protagonista, deseaba estudiar chelo de ni?a. No pudo porque a su madre el aparatoso instrumento no le cab¨ªa en el Fiat 500. As¨ª que tuvo que conformarse con el viol¨ªn. ?Le habr¨¢ pasado en realidad a Mellado? ¡°La novela es en parte autobiogr¨¢fica, pero no del todo. Tampoco creo que resulte bueno desvelar hasta qu¨¦ punto¡±, comenta. El hecho es que la protagonista, de Chile, como ella, se traslad¨® a estudiar y probar suerte en Berl¨ªn, igual que Mellado hace 26 a?os. Fue cuando aterriz¨® en la capital alemana con una beca Karajan.

De chiquita quer¨ªa ser como las dem¨¢s compa?eras de colegio: ¡°Jugar y dejarme crecer la u?a¡±. Pero la m¨²sica tiene sus servidumbres. Y sus recompensas: ¡°Tambi¨¦n sal¨ª ganando al rodearme de raros como yo. As¨ª he podido crear personajes que son Frankenstein de varias cosas, como Hans, el cr¨ªtico. Que es terrible, pero dice un par de verdades¡±. Ejerciendo ese poder divino que da la literatura, la interpretaci¨®n musical no le parece suficiente. ¡°Tampoco compongo, y tocar una partitura de Brahms es eso y ya est¨¢. As¨ª que al escribir es como me siento yo m¨¢s libre¡±. Algo se le peg¨® de haber crecido en una casa con padre poeta y madre artista.

Recondo, en cambio, creci¨® con la nostalgia del pa¨ªs que sus abuelos se vieron obligados a dejar atr¨¢s. Un peque?o salto, de Ir¨²n a Hendaya y de ah¨ª a Dax: dos mundos que se vuelven resonancia. ¡°Pero siempre con dulzura, sin amargura. No viv¨ª silencios pesados o tab¨²es respecto a Espa?a en mi ni?ez¡±. Eso s¨ª, le encantar¨ªa que su novela fuera traducida al vasco, como una forma de regreso t¨¢cito a sus ra¨ªces.

Vengan de donde vengan ambas, han confluido en el territorio de la m¨²sica y la literatura. ¡°El silencio y la armon¨ªa, para m¨ª, se emparentan con la lectura. A la hora de escribir, la m¨²sica me ha ense?ado la importancia del ritmo. El hecho de trabajar las frases de manera org¨¢nica hasta que fluyan¡±, asegura Recondo. Pero no solo. Tambi¨¦n hace uso del silencio: ¡°No me gusta contar todo. Debo darle espacio al lector para que respire¡±.