Lo de ¡®The Good Fight¡¯
Si lo de esta serie es para ponerse en pie y aplaudir, uno lo hace y punto. Y si hay que hacerlo todas las semanas, pues se hace y punto
The Good Fight es un continuo festival de inteligencia y elegancia. Como digna heredera de The Good Wife, sus guiones siguen teji¨¦ndose con hilos procedentes de la realidad m¨¢s cercana gracias a unas manos que logran hacer virguer¨ªas narrativas continuas. Su segunda temporada, que en Espa?a emite Movistar + y en Estados Unidos se ve en la plataforma de pago CBS All Access ¡ªlo que hace que, posiblemente, la estemos viendo m¨¢s gente fuera que all¨ª¡ª, ha arrancado con cuatro cap¨ªtulos impecables, sentando r¨¢pidamente las bases para una entrega en la que los abogados protagonistas est¨¢n trabajando bajo la psicosis que ha generado unos asesinatos de letrados a manos de sus clientes.
Como sol¨ªa hacer The Good Wife, The Good Fight tambi¨¦n se mueve con brillantez entre las tramas de largo recorrido con los personajes centrales ¡ªla historia familiar de Maia, la amorosa de Lucca y la revoluci¨®n de Diane, que sigue haciendo gala de una de las mejores risas de la televisi¨®n mientras se suelta la melena con su vocabulario (fuck) y sus acciones¡ª y los casos semanales. El del tercer cap¨ªtulo, con una denuncia por violaci¨®n en un reality, aunque se base en lo que ocurri¨® el verano pasado en el estadounidense Bachelor in Paradise, tambi¨¦n resuena en Espa?a con el ¨²ltimo Gran Hermano. Incluso en eso, y quiz¨¢ sin pretenderlo, aciertan sus guionistas.
Pero la serie tambi¨¦n es un festival de apariciones estelares. Junto a un s¨®lido reparto principal, al que se ha sumado en esta nueva tanda de cap¨ªtulos la actriz Audra McDonald para dar vida a quien parece que pueda ser la n¨¦mesis de Diane en su propio bufete, adem¨¢s del mayor protagonismo del personaje de Marissa Gold (la actriz Sarah Steele), toda una robaescenas, The Good Fight da la oportunidad a int¨¦rpretes invitados para lucirse. El cuarto episodio es todo un fest¨ªn en ese sentido, un cap¨ªtulo que cuenta dos historias que transcurren en paralelo y en las que se van entrecruzando personajes hasta que, al final, se tiene el cuadro completo y a todos los invitados metidos en un mismo ascensor en una especie de gui?o de complicidad de los guionistas a los espectadores.
Si lo de The Good Fight es para ponerse en pie y aplaudir, uno lo hace y punto. Y si hay que hacerlo todas las semanas, pues se hace y punto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.