Cr¨ªtica de ¡®Far cry 5¡¯: salir del armario (pulp)
A pesar de ser un juego admirable comete el error de querer abanderar una ambici¨®n art¨ªstica de la que carece
Hay la misma sutileza en Far cry 5 que la mostrada por un sir Ridley Scott en Black hawk derribado. Es decir, ninguna. En el arranque de la pel¨ªcula b¨¦lica del brit¨¢nico, una de las m¨¢s celebradas del g¨¦nero por su crudeza y visceralidad a pesar de su poso fascistoide, vemos reducido al mal a una imagen tan rid¨ªcula como ic¨®nica: un negro con un birrete, unas gruesas gafas de sol y un enorme puro en los labios. En Far cry 5, el mal es un predicador con aires de Jared Leto que tiene el cuerpo completamente tatuado por iconos b¨ªblicos y mensajes amenazadores. Tambi¨¦n lleva unas gruesas gafas de sol.
Informaci¨®n ¨²til
T¨ªtulo: Far cry 5
Dise?ador: Dan Hay
Desarrollador: Ubisoft Montreal
Publisher: Ubisoft
Plataformas: PS4, Xbox One, Windows
Precio: 69,95 €
En ambos casos, pretender que una situaci¨®n explosiva como la que tratan las dos obras ¡ªrespectivamente, la violencia en Somalia y la violencia de las facciones de extrema derecha norteamericanas¡ª se puede reducir a una imagen tan simple insulta a la inteligencia. Pero el caso es que la inteligencia no es la apelada ni por una obra ni por la otra. Black hawk derribado y Far cry 5 apelan a la v¨ªscera, al vuelco en el est¨®mago, al v¨¦rtigo. No es casualidad que en ambas se arranque a toda mecha y se alcance la primera cumbre de emoci¨®n con el derribar de un helic¨®ptero de combate. Y no lo es tampoco que cualquier intento de reflexi¨®n sobre lo contado quede ensordecido por el estruendo de disparos y explosiones. Porque no estamos en el terreno de la intelectualidad, sino del pulp.
El problema de ambas obras es tambi¨¦n com¨²n. Que les cuesta reconocer a horrores lo que son, salir del armario y afirmar sin ambages que s¨ª, que son una obra pulp, que carecen de discurso y que el espectador/jugador deber¨ªa olvidarse de la aparente seriedad de lo tratado y dejarse llevar por el goce bestial que ofrece el carrusel. Pero no. Tanto Scott como Ubisoft han querido vender que hay ¡°algo m¨¢s¡± tras sus obras. Y eso hace que las pretensiones hagan convivir escenas que no casan bien en obras que, si se las analizara desde una ¨®ptica pulp, resultar¨ªan poco menos que perfectas.
Entrevista al director creativo de 'Far cry 5'
¡°Creo que vislumbramos el mundo al l¨ªmite en el que vivimos ahora¡±
Far cry 5 quiere que convivan en una misma trama momentos tan dispares como los descritos a continuaci¨®n. A un lado del ring, una confesi¨®n escalofriante, admirablemente interpretada y dirigida, de un parricida. Al otro, una recolecta de criadillas, esto es, test¨ªculos, de toro arrancadas de sus propietarios mientras se aparean con sus cong¨¦neres, las vacas. Es obvio que algo hace crack al meter en el guiso esos sabores extremos. Por m¨¢s que por separado ambas escenas funcionen por motivos muy distintos.
Han corrido r¨ªos de tinta en las ¨²ltimas 24 horas sobre Far cry 5. El mejor resumen a vuelo de p¨¢jaro para entender el quid de la cuesti¨®n lo da Ben Kuchera en Polygon, subrayando que este Far cry resulta admirable por su experiencia jugable, pero que ha pecado de cobard¨ªa, o a¨²n peor de falsedad, al venderse a la prensa en los sucesivos eventos promocionales. Yo he de admitir que en este t¨ªtulo en concreto no acud¨ª a ninguno, pero la descripci¨®n de impostada seriedad me recuerda poderosamente a lo que sent¨ª jugando Ghost recon. Widlands, t¨ªtulo semejante a Far cry 5 en la satisfacci¨®n que proporciona su acci¨®n visceral, pero con id¨¦ntico tratamiento de trazo grueso a todos los temas supuestamente profundos que aborda.
Sin embargo, en el evento de prensa al que asistimos, sus creadores nos insist¨ªan en la seriedad de la investigaci¨®n tras el juego. Un documental, admirable, por otro lado, sobre el mundo del narcotr¨¢fico rodado como obra paralela al t¨ªtulo, hac¨ªa pensar en que efectivamente se quer¨ªa abordar el asunto con una cercan¨ªa a esa seriedad y realismo de esta larga edad dorada de la televisi¨®n. Pero el juego final demostr¨® flagrantemente que nos encontr¨¢bamos m¨¢s cerca de un c¨®mic de G.I. Joe que de un Narcos. Y no pasa nada, si no se nos vendiera que nos ¨ªbamos a comer un salm¨®n marinado cuando lo que llega en el plato es una grasienta (y deliciosa) hamburguesa. O lo que es lo mismo, el empe?o a llamarle a todo novela gr¨¢fica cuando a algunas obras lo que mejor le sienta es ser tebeos.
Lo que m¨¢s me apena de esta situaci¨®n es que Far cry 5 es un juego estupendo. S¨ª, tal vez carezca de ese contagioso exotismo m¨ªstico de Far cry 4 o del fascinante ambiente primitivo de Far cry primal o de la chuler¨ªa desenfadada de Far cry 3. Blood dragon; pero aporta un escenario de gran belleza como es la Montana de Estados Unidos literalmente plagado de diversi¨®n habitualmente inmoral. Aparte de cortar test¨ªculos de toro, en Far cry se acometen misiones como eliminar la masa de votantes que podr¨ªan molestar a un pol¨ªtico que usa el mismo el lema de Trump: ?Hagamos grande [al condado de Hope, en este caso] otra vez!, rescatar a un oso diab¨¦tico, contribuir con asesinatos reales a ponerle la puntilla al rodaje de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n o imitar las diversas locuras acrob¨¢ticas de un piloto borrach¨ªn y brillante. Por no hablar de toda la jugabilidad emergente que surge de dar un mero paseo por el inmenso escenario. En resumen, diversi¨®n. Diversi¨®n sin remordimientos.
Adem¨¢s, hay una apuesta por cambios estructurales de cierto calado que juegan a favor de esta sinergia org¨¢nica entre las misiones m¨¢s dirigidas y las m¨¢s abiertas. Adi¨®s se les ha dicho a las atalayas, esas arquitecturas dominantes que desbloqueaban un sinf¨ªn de iconos en el mapa. Ahora, el rescate de unos rehenes en plena carretera puede llevar a una conversaci¨®n que nos desvela la existencia de tal personaje, nuestra atalaya viviente para obtener nuevas tareas que acometer. Sigue estructur¨¢ndose la jugabilidad en un cazar iconos a distancias constamente visibles, pero es un cambio a mejor en una Ubisoft que parece ir movi¨¦ndose, pasito a pasito, cara ese paradigma de libertad en mundo abierto que ha supuesto el extraordinario The Legend of Zelda. Breath of the wild. Al mismo tiempo, lo esencial de la experiencia Far cry contin¨²a intacto, del mismo modo que los cambios en Assassins creed. Origins, por m¨¢s que fueran numerosos, no cambiaron apenas el pulso del juego.
En fin, que el jugador que decida gastar sus dineros en Far cry 5 dif¨ªcilmente saldr¨¢ decepcionado. Salvo que realmente se haya cre¨ªdo a priori que este t¨ªtulo iba a tratar con una hondura de los HBO o Netflix m¨¢s pol¨¦micos y rigurosos un tema tan caliente como el extremismo en las comunidades de ultraderecha norteamericanas. Si ese fuera el motivo de compra de esta nueva entrega en la longeva saga, el chasco ser¨ªa may¨²sculo. Pero si uno sabe a lo que va, acabar¨¢ capando toros con una sonrisa, por m¨¢s que sea, como es mi caso, animalista y antitaurino. Porque la v¨¢lvula de escape del pulp, y no es un prop¨®sito balad¨ª, es abrir la espita del subconsciente y dejar fluir toda esa furia roja que se nos acumula en las venas. En ese cometido, Far cry 5 es una admirable y benigna droga.
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