El efecto Scully es historia

Ante el inminente regreso de la hoy por fin extinta Expediente X, en febrero de 2016, y por iniciativa tuitera de la propia Gillian Anderson, que, sin embargo, tuvo que volver a luchar por cobrar lo mismo que su partenaire, hab¨ªa quien celebraba el m¨¢s que posible regreso del #scullyeffect (el #efectoscully) esto es, la posibilidad de que el personaje de la intr¨¦pida y resolutiva, la forense y agente especial Dana Scully, inspirase a una nueva generaci¨®n de adolescentes (chica) a, por qu¨¦ no, dejarse seducir por la ciencia. Ocurri¨® en 1993, ?por qu¨¦ no iba a ocurrir ahora?

Seg¨²n un estudio sobre el fabuloso efecto Scully, el 63% de las mujeres que hoy se dedican a la ciencia y que ten¨ªan alrededor de 12 a?os cuando se estren¨® Expediente X, aseguran que lo m¨¢s probable es que no estuviesen donde est¨¢n si no hubiera existido Dana Scully. Es decir, que el personaje de Dana Scully les dijo que ellas tambi¨¦n pod¨ªan hacerlo. Les sirvi¨® de modelo. Lo que todas esas exni?as no saben es que Dana Scully estuvo a punto de no existir. Y, rizando a¨²n m¨¢s el rizo, que el hecho de que estuviese a punto de no existir es lo que las ha convertido en cient¨ªficas.

Porque estamos hablando de 1993, la ¨¦poca en la que a¨²n exist¨ªan Mitch Buchannon (un peludo David Hasselhoff metido a socorrista) y, c¨®mo no, C. J. Parker (su neum¨¢tica compa?era de socorrismos californianos, Pamela Anderson), y se cuenta que era una C. J. Parker lo que buscaban para Fox Mulder y no una Dana Scully, es decir, que no conceb¨ªan la idea de que la serie pudiese funcionar de no existir un atractivo decorativo como el que supon¨ªa Pamela Anderson. As¨ª que cuando Gillian Anderson entr¨® por la puerta, el productor sacudi¨® la cabeza y dijo: "Ni pensarlo".

Pero entonces ocurri¨® algo impensable. La qu¨ªmica entre Duchovny y Anderson fue instant¨¢nea. Acababan de encontrar a Dana Scully. Discutieron y discutieron y decidieron optar por el desv¨ªo. Porque Dana Scully era una anomal¨ªa. Vest¨ªa gabardinas gigantescas, era extremadamente inteligente, ten¨ªa una vida propia que nada ten¨ªa que ver con conquistar a ning¨²n tipo ¡ªlo suyo con Mulder era imposible, pero lo era tambi¨¦n para ¨¦l¡ª, y su trabajo consist¨ªa en destripar muertos y mostrarse todo lo firme que la ciencia se lo permit¨ªa ante la infantil ilusi¨®n paranormal de su compa?ero.

No pod¨ªas no enamorarte de ella. De las posibilidades que su personaje alumbraba en un mundo (el televisivo) estancado entonces en el estereotipo de madre con problemas, soltera con problemas, problemas, todos, siempre, relacionados con hombres. Dana Scully era, por fin, un personaje de acci¨®n, y no de reacci¨®n. Una anomal¨ªa entonces, no, afortunadamente, ahora. De ah¨ª que fuese impensable que se produjese una reedici¨®n del efecto Scully cuando se decidi¨® relanzar la serie hace un par de a?os. De ah¨ª y de la incapacidad de su creador, Chris Carter, de readaptar (y hacer crecer) su obra, que se ha despedido, insistimos, y esperemos, por fin, (bochornosamente) atrapada en el tiempo.