La albacea de la infelicidad
Las memorias de Linda Gray Sexton, que se publican por vez primera en Espa?a, desvelan la atormentada convivencia junto a su madre, la poeta Anne Sexton
Anne Sexton fue un milagro literario. Empez¨® a escribir poes¨ªa en 1957 aconsejada por su terapeuta. Tard¨® apenas dos a?os en publicar su primer libro. Pronto la reclamaron para recitales por todo Estados Unidos y una d¨¦cada despu¨¦s, por Vive o muere, recibi¨® el Pulitzer. Escribi¨® una obra de teatro autobiogr¨¢fica, libros infantiles, lider¨® una banda de rock po¨¦tico (Anne Sexton and Her Kinds) y recibi¨® varios doctorados honor¨ªficos, incluido el de Harvard. Un ¨¦xito de este a oeste, fulgurante e intenso, que no alivi¨® la inmensa desconexi¨®n con la realidad que sent¨ªa. En 1974, a los 45 a?os, se encerr¨® en el garaje, encendi¨® su Cougar rojo y respir¨® mon¨®xido de carbono con una copa en la mano.
El d¨¦cimo intento de suicidio que conoci¨® su hija mayor, Linda Gray Sexton (Newton, 1953). El definitivo. El que traspas¨® todas las barreras. ¡°Su suicidio me aterrorizaba y lo anhelaba a partes iguales. Deseaba librarme de la tiran¨ªa de las m¨²ltiples neurosis que ese ¨²ltimo a?o parec¨ªan haber traspasado su personalidad. Aquel ¨²ltimo verano mi madre ya no me gustaba. Anne era su enfermedad mental¡±, conf¨ªa Linda Gray Sexton en Buscando Mercy Street (Navona), las memorias donde revive la relaci¨®n entre ambas, publicadas en ingl¨¦s en 1994 y traducidas por vez primera al espa?ol de la mano de Ainize Salaberri. Un libro sobre degradaci¨®n, creatividad, abandono, locura y honestidad.
"Su suicidio me aterrorizaba y lo anhelaba a partes iguales"
Cuando muri¨® la poeta, Linda Gray Sexton ten¨ªa 21 a?os y acababa de ser designada albacea literaria. Tuvo que afrontar el dolor por la p¨¦rdida al mismo tiempo que se aventuraba por intimidades que habr¨ªa preferido ignorar, desde las aventuras extraconyugales a la violencia maternal confesada en una sesi¨®n de terapia: ¡°Hace tres semanas cog¨ª las cerillas y fui a la habitaci¨®n de Linda. Escribir es tan importante como mis hijas. Odio a Linda y la abofeteo¡±.
Anne Sexton escrib¨ªa una poes¨ªa que flu¨ªa de sus propias heridas, versos que eran dagas en el alma propia y de los dem¨¢s (¡°Me ir¨¦ ahora / sin vejez ni enfermedad, / salvaje pero certeramente, / conociendo mi mejor camino¡±). A veces versos sobre tab¨²es, asuntos socialmente vergonzantes como la menstruaci¨®n, el desapego maternal o los repetidos internamientos en cl¨ªnicas psiqui¨¢tricas. Sus dos hijas asistieron a esas idas y venidas entre el vivir y el morir durante dos d¨¦cadas, v¨ªctimas del desorden mental de su madre, tan colosal en sus infiernos como en sus alegr¨ªas.
En sus memorias, Linda Gray Sexton viaja desde el rechazo (su madre confes¨® que intent¨® ahogarla en varias ocasiones y que solo ten¨ªa energ¨ªa para cuidar a su hija peque?a, Joy) a su estrategia para atraer el amor materno. Con la intuici¨®n propia de los menores arrinconados decidi¨® que hab¨ªa un camino a su alcance: la poes¨ªa. La ni?a se convirti¨® en una precoz cr¨ªtica literaria de Anne Sexton, adem¨¢s de una cuidadora siempre alerta para evitar la en¨¦sima pelea dom¨¦stica que acabar¨ªa con el padre, Alfred Muller Kayo Sexton, maltratando a la madre mientras ella misma se autolesionaba.
Tanto Linda como Joy crecieron suspirando por una madre tradicional, de delantal y pasteles, en lugar de convivir con una que frecuentaba abismos, que beb¨ªa en exceso, que se masturbaba o seduc¨ªa a hombres distintos al padre ante sus narices. Pero Sexton les ofreci¨® lo que ten¨ªa: experiencias salvajes, pasi¨®n por la verdad y por el arte, adem¨¢s de una creatividad desbocada en cada cosa que hac¨ªa. ¡°Si pudiera, bajar¨ªa una estrella y la pondr¨ªa en un elegante joyero. Si pudiera, sellar¨ªa el amor dentro de una larga y fina botella para que le pudieras dar un trago cuando lo necesitases¡±, escribe, poco antes de suicidarse, en la carta donde nombra a su hija mayor su albacea.
M¨¢s sola que nunca
?Despu¨¦s de querer salvarla de s¨ª misma durante la infancia y la adolescencia, Linda Gray comenz¨® a apartarse de su madre a partir de los 16. M¨¢s sola que nunca, tras el divorcio, la entrada de Linda en Harvard y el hast¨ªo de sus amigos, Anne Sexton se hundi¨® m¨¢s y m¨¢s: ¡°Y ahora dicen que soy adicta. / Y se preguntan ahora por qu¨¦¡±. Al mirar atr¨¢s, durante su duelo, Linda Gray se culpabiliza: ¡°Me negu¨¦ a hacer que sus ¨²ltimos d¨ªas fuesen menos dolorosos. Al final, dej¨¦ que muriera sola¡±.
Sus memorias ¡ªque continuaron en 2011 con Half in Love, in¨¦dito en Espa?a, donde ahonda en sus propias experiencias suicidas¡ª fueron casi tan controvertidas como la biograf¨ªa de Anne Sexton, que public¨® Diane Middlebrook en 1991, con material radiactivo procedente de las cintas de las sesiones de la poeta con el psiquiatra Martin Orne, que desataron un proceso de la Asociaci¨®n Estadounidense de Psiquiatr¨ªa contra el m¨¦dico.
A Linda Gray Sexton, que hasta entonces hab¨ªa publicado cuatro novelas, le criticaron por usurpar la vida de su madre en beneficio propio. Una parte de la familia dej¨® de hablarle. Martin Scorsese compr¨® los derechos para el cine, pero la escritora rechaz¨® finalmente el proyecto porque Miramax no le garantiz¨® el control sobre el resultado. Con la misma devoci¨®n por la verdad, ¡°sin importar lo dolorosa que fuese¡±, que sent¨ªa su madre, Linda Gray Sexton concluy¨® que la poes¨ªa de Anne Sexton no podr¨ªa entenderse sin sus secretos: ¡°Lo f¨¢cil que hubiera resultado cerrar las puertas de nuestras vidas en vez de invitar a todo el mundo a entrar¡±.
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Autor: Linda Gray Sexton.
Editorial: Navona (2018).
Formato: tapa dura (528 p¨¢ginas)
Babelia
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