Muere el escritor mexicano Sergio Pitol a los 85 a?os
Ensayista y traductor, fue galardonado con el Premio Cervantes en 2005
Sergio Pitol sol¨ªa decir en las entrevistas que ser un lector de tiempo completo le salv¨® la vida. La frase, que en boca de un escritor podr¨ªa sonar a un lugar com¨²n, era verdad. Su infancia dickensiana ¨Ca los cinco a?os hab¨ªa perdido a su padre, su madre y su hermana menor- estuvo marcada por la enfermedad. Su salud quebrada por un paludismo lo mantuvo postrado en la cama por largas temporadas. Las fiebres le impidieron asistir a la escuela. Solo encontr¨® una medicina eficaz: los libros.
¡°Le¨ª todo lo que cay¨® en mis manos. Llegu¨¦ a la adolescencia con una carga de lecturas bastante insoportable¡±, escribi¨® en El arte de la fuga. Pitol creci¨® en casa de su abuela en un ingenio azucarero de C¨®rdoba (Veracruz) expuesto a las aventuras escritas por Julio Verne y Robert Louis Stevenson. All¨ª escuch¨® las historias que contaban las casi centenarias amistades de su abuela, que describ¨ªan el M¨¦xico anterior a la Revoluci¨®n. Desde ese entonces comenz¨® a viajar a trav¨¦s de la palabra.
El premio Cervantes 2005 falleci¨® la ma?ana de este jueves en su casa de Xalapa, la capital del Estado de Veracruz, a los 85 a?os, por las complicaciones provocadas por la afasia progresiva, una enfermedad que sufr¨ªa desde hace varios a?os. La muerte ha sido confirmada esta ma?ana por Laura Demeneghi, la sobrina que le acompa?¨® durante la entrega del premio Cervantes y quien durante los ¨²ltimos tiempos viv¨ªa con el escritor y ejerc¨ªa como tutor.?El escritor nacido en Puebla, pero veracruzano de adopci¨®n, siempre necesit¨® el movimiento como combustible de su obra. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, esta enfermedad neurol¨®gica afect¨® gravemente al hombre que hab¨ªa mostrado su conocimiento detallado del idioma. En 2006, el a?o en el que recibi¨® el Cervantes, comenz¨® a presentar fallas en el habla.?
A medida que su salud fue empeorando, creci¨® tambi¨¦n un espinoso pleito, una mara?a de denuncias cruzadas y reproches entre la familia Demeneghi y el c¨ªrculo cercano de amigos del autor de El desfile del amor. Su primo, Luis Demeneghi, llevaba a?os sosteniendo que hab¨ªa perdido sus facultades mentales y que estaba ¡°secuestrado por una camarilla¡±. Una ola de intelectuales ¨CPoniatowska, Glantz, Villoro¨C salieron entonces a la palestra para defender la lucidez de Pitol. Mientras tanto, la custodia temporal quedaba en manos de los servicios sociales del Estado de Veracruz. En noviembre del 2016, la familia recuper¨® la custodia y carg¨® a los antiguos tutores con tres denuncias por manipulaci¨®n, negligencia y robo, incluyendo la medalla del Premio Cervantes.
Bisagra entre generaciones
La pluma de Pitol fue una bisagra entre dos brillantes generaciones. La primera formada por Juan Vicente Melo, Julieta Campos, Salvador Elizondo, Jos¨¦ de la Colina y Elena Poniatowska, nacidos en los primeros a?os de la d¨¦cada de los treinta. Fue un grupo prol¨ªfico que comenz¨® a publicar en la adolescencia tard¨ªa.
Pitol, sin embargo, necesit¨® viajar para perder el pudor a publicar. Meses antes de cumplir los 20 a?os sali¨® por primera vez al extranjero. En Caracas escribi¨® varios poemas. ¡°Decir que eran deleznables ser¨ªa elogiarlos¡±, escribi¨®. Fue hasta 1957, cuando ten¨ªa 25 a?os, que sus primeros cuentos vieron la luz en una revista dirigida por Juan Jos¨¦ Arreola. Con ello se empat¨® a la generaci¨®n de Jos¨¦ Emilio Pacheco y Carlos Monsiv¨¢is.
Por muchas d¨¦cadas la presencia de Pitol en el panorama literario mexicano fue una ausencia. Elena Poniatowska afirma que eligi¨® el servicio exterior porque fue la ¨²nica carrera que le permiti¨® ganarse la vida viajando. ¡°Creo que por 25 a?os no supimos de ¨¦l sino a trav¨¦s de sus cartas¡±, confes¨®.
Fueron, en realidad, 28 a?os de un periplo a trav¨¦s de China, Bulgaria, Hungr¨ªa, Espa?a, Francia, la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Checoslovaquia. En cada escala gestaba una inquietud que cargaba como bagaje al siguiente destino. Su Trilog¨ªa de la memoria, editada por Anagrama y compuesta por El arte de la fuga (1996), El viaje (2001) y El mago de Viena (2005) combina sus memorias de viaje con ensayos y fragmentos de borrosas fronteras entre realidad y ficci¨®n.
La trilog¨ªa se form¨® de apuntes garabateados en cuadernos y diarios compilados en decenas de hoteles. Pitol confes¨® lo extra?o que era para ¨¦l trabajar en ¡°casa¡±. ¡°Escribir en el mismo espacio donde uno vive, equivali¨® durante casi toda la vida a cometer un acto obsceno en un lugar sagrado¡±, relat¨®.
A esos a?os se le deben traducciones al espa?ol de una veintena de autores, entre ellos Henry James, Joseph Conrad, Robert Graves, Jane Austen y Witold Gombrowicz. Tambi¨¦n tuvo una particular afecci¨®n por autores rusos, muchos de los cuales tradujo al castellano por primera vez.
Monsiv¨¢is afirm¨® que el tema obsesivo de la obra de Pitol era ¡°los mexicanos fuera de sus espacios naturales¡±. A pesar de su distancia f¨ªsica con M¨¦xico el escritor veracruzano conserv¨® intacto el pulso sobre la sociedad mexicana, a la que parodi¨® genialmente. Domar a la divina garza (1989), la segunda obra de su Tr¨ªptico del Carnaval, es una muestra de esto. Su personaje principal, Dante C. de la Estrella, un repugnante abogado lleno de lugares comunes narra su encuentro con la traductora de Nicol¨¢s Gogol, el hecho m¨¢s importante de su vida.
El tr¨ªptico lo completan El desfile del amor (1984), ganadora del Premio Herralde de novela, una especie de thriller compuesto por recortes de nota roja, y La vida conyugal (1991), una parodia del matrimonio y la vida en pareja.
Una despedida discreta
M¨¦xico se ha despedido discretamente de uno de sus tesoros literarios mejor guardados. Sergio Pitol, fallecido la ma?ana del jueves en su casa de Xalapa, Veracruz, ha sido despedido principalmente por profesionales de las letras y las autoridades culturales mexicanas. ¡°Celebramos su vida y legado literario, en el cual aport¨® a las letras universales una obra narrativa original, traducciones y ensayos que perdurar¨¢n a trav¨¦s de los a?os¡±, se lament¨® la secretaria mexicana de Cultura, Mar¨ªa Cristina Garc¨ªa Cepeda. La ministra dijo que convocar¨¢ a instituciones, amigos y familiares a un homenaje nacional al escritor.
Pitol ha sido saludado a su partida una ¨²ltima vez por escritores e intelectuales mexicanos de diversas generaciones. El historiador, editor y ensayista Enrique Krauze dijo que Pitol fue ¡°siempre apreciado y respetado¡±. Jorge Volpi, el m¨¢s reciente recipiente del Premio Alfaguara de novela, lo calific¨® como ¡°uno de los mayores escritores de nuestra lengua¡± y recomend¨® dos obras ¡°perfectas¡±, El desfile del amor y El arte de la fuga.
Valeria Luiselli, de 34 a?os, aprovech¨® el fallecimiento para recordar a la extinta triada de cronistas que parodiaron las contradicciones de la sociedad mexicana: Jos¨¦ Emilio Pacheco, Carlos Monsiv¨¢is y el propio Pitol. ¡°Ya andan de pachanga (fiesta) otra vez. Gracias por iluminar partes oscuras de nuestras almas, por hacernos re¨ªr de nosotros mismos y por recordarnos siempre que la libertad de pensamiento no es canjeable por nada¡±, escribi¨® en Twitter la autora de Los ingr¨¢vidos.
Los pol¨ªticos tambi¨¦n dijeron adi¨®s al Premio Cervantes 2005. En medio de la campa?a electoral rumbo a las presidenciales del 1 de julio, los principales candidatos presidenciales dedicaron unas palabras al autor de El mago de Viena. ¡°Lamento el fallecimiento de Sergio Pitol, siempre solidario con nosotros como Fernando del Paso y Elenita Poniatowska, los tres grandes escritores y ciudadanos de buenos sentimientos¡±, dijo Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el puntero de las encuestas. El candidato de Por M¨¦xico al Frente, Ricardo Anaya, destac¨® la ¡°extraordinaria inteligencia y humor¡± de Pitol. Aurelio Nu?o, el jefe de campa?a del candidato del PRI, Jos¨¦ Antonio Meade, destac¨® el car¨¢cter de viajero infatigable que deja a los mexicanos ¡°obras maravillosas¡±. Todo un legado que el gran p¨²blico a¨²n est¨¢ por descubrir.
Babelia
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