Milos, el oso libre del Este
El actor, que trabaj¨® con Forman en 'Los fantasmas de Goya', rememora la huella profunda que le dej¨® el cineasta
Me duele, y mucho, la muerte de Milos. Hace dos d¨ªas hablaba con mi hermano Carlos sobre la posibilidad de acercarnos ¨Cen estos momentos ambos estamos en Los ?ngeles- a verle, porque es una persona que nos ha dejado una impronta eterna. Mi hermano y yo trabajamos en Los fantasmas de Goya y lo recordamos como lo que fue: una persona libre, cari?osa, muy inteligente, y muy respetuosa. De grand¨ªsimo sentido de humor y de la iron¨ªa, hac¨ªa que nada fuese tan importante, y eso lo aprendi¨®, al menos as¨ª me lo dijo en los privilegiados momentos en que le escuch¨¦ hablar, en el exilio, tras salir de aquella Checoslovaquia comunista. Vivi¨® una infancia complicada, y sin embargo todo eso te lo soltaba de una manera que hac¨ªa que al final estallaras en carcajadas, aunque describiera barbaridades, esas barbaridades que ¨¦l hab¨ªa sufrido o visto sufrir a otros. Ese tono le retrata muy bien y por eso ahora le recordamos con tanto cari?o.
Aqu¨ª en la industria cinematogr¨¢fica estadounidense la noticia ha entristecido a quienes le conoc¨ªamos y a quienes no, porque su aura de persona querible y abrazable se hab¨ªa expandido. Sus abrazos¡ eran tremendos, como dados por un gran oso, el oso de peluche del Este. No le llam¨¦ nunca as¨ª a la cara, y me he quedado con las ganas de ver qu¨¦ hubiera respondido con su voz grave.
Los fantasmas de Goya para m¨ª fue como un sue?o. Milos Forman ven¨ªa a Espa?a y me llamaba a m¨ª para trabajar con ¨¦l. Hasta el primer d¨ªa en que rod¨¦ pensaba que era una broma, porque ese se?or hab¨ªa dirigido?Alguien vol¨® sobre el nido del cuco, Amadeus o El esc¨¢ndalo de Larry Flint, que a m¨ª me encanta. Y en esa primera jornada, con su voz grave y su habitual tono alto, me dijo en ingl¨¦s: ¡°Corten, corten. Javier, ?vas a cargarte mi pel¨ªcula! ?Qu¨¦ quieres? ?Destruirla?¡±. Y yo, vestido de cura, no sab¨ªa d¨®nde meterme. Recuerdo el silencio del todo el equipo, la cara p¨¢lida de Natalie Portman, que tampoco le conoc¨ªa de antes, y de repente su carcajada: ¡°?Es broma! ?Es buena, tranquilo!¡±. Fue un rodaje duro y placentero, de mucho trabajo fuera de c¨¢mara, sentado a su lado, de morirnos de risa. Y de querer ir a rodar con aquel se?or tan exigente como divertido. Echaba siestas, pero en cuanto llegaba el momento de decir ¡®Acci¨®n¡¯, se volv¨ªa arrollador. Impetuoso, siguiendo el impulso creativo, sin pausas.
Su m¨¢xima era disfrutar del trabajo porque hacer pel¨ªculas es un privilegio, algo que repet¨ªa muy a menudo. Llegu¨¦ a conocerle mejor acabado el rodaje, en visitas a su casa, a disfrutar de su inteligencia. Y aprend¨ª de su coherencia pol¨ªtica, de su lectura del mundo. Como dice Guillermo del Toro, incluso dentro de Hollywood su mirada era exterior, cr¨ªtica, humanista. Un apasionado del humor y del amor.
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