¡®The Walking Dead¡¯ debe morir
La novena temporada el pr¨®ximo oto?o es ineludible, pero sus zombis no dan m¨¢s de s¨ª
Esta cr¨ªtica contiene spoilers sobre el final de la octava temporada de The Walking Dead.
The Walking Dead debe morir. La novena temporada del pr¨®ximo oto?o es ineludible, lo sabemos, pero sus zombis no dan m¨¢s de s¨ª. Los actores parecen cansados, la audiencia se ha reducido a la mitad (rozando datos de la primera temporada) y, despu¨¦s de a?os de letargo, ya nadie espera que sus tramas dejen de ser muertos vivientes. Ni con nuevos villanos, cruces con otras series o promesas de un regreso a lo fundamental. Un tiro en la cabeza a tiempo habr¨ªa sido lo necesario. Ante lo inevitable, es hora de cortarle la cabeza. No queremos m¨¢s cambios de statu quo que vendan falsas esperanzas.
Hay factores que nunca fallan para darse cuenta de que una serie no puede dar m¨¢s de s¨ª. Yo he pasado por todas las fases en la octava temporada que acaba de terminar. Como postergaba sentarme a verla, acumul¨¦ episodios para el invierno. Al ponerme a ello, sin embargo, me distra¨ªa hasta el aleteo de una mosca. Incluso vi alg¨²n cap¨ªtulo dos veces, sin caer hasta el final en que ya hab¨ªa pasado por ese trago. Me perd¨ªa en las tramas por pura falta de atenci¨®n y, cuando mor¨ªa alg¨²n personaje entre dramatismo, solo pod¨ªa preguntarme: "?qui¨¦n es este?". No me importa nadie. Ese es el problema.
The Walking Dead nunca ha sido una serie de terror y zombis, sino sobre personajes, relaciones y conflictos ¨¦ticos. Cuando no te identificas, ni quieres que vivan los h¨¦roes, sabes que algo va mal. Protagonistas como Eugene y el padre Gabriel llevan vagando m¨¢s de 60 episodios y, aun as¨ª, los guionistas se empe?an en mantenerlos vivos. Solo pedimos que el exageradamente malvado Negan mate a todos. Si no, que, al menos, muera el malo. Incluso eso nos ha negado el final de la octava temporada, un buen episodio que, pese a prometerse destructivo, acaba cual coitus interruptus. Uno m¨¢s. No deber¨ªamos seguir confiando en las promesas que no podr¨¢ cumplir, ni viendo una serie por dos episodios dignos (comienzo y cierre) entre 14 irrelevantes.
Es m¨¢s, la novena temporada promete desarrollos de tramas que nunca llegaremos a ver. Maggie Greene, hasta ahora fiel seguidora del equipo de Rick (Andrew Lincoln), se presenta como nueva l¨ªder dispuesta a cuestionar la hegemon¨ªa para vengarse de Negan (Jeffrey Dean Morgan). Pues bien, si no cambian las cosas, la actriz Lauren Cohan no regresar¨¢ como regular en octubre. Ella requer¨ªa equiparar su sueldo al de sus compa?eros de reparto masculinos, pero los productores se han negado a cumplir su petici¨®n. De momento ya ha rodado un piloto en ABC. Si esto acabara sucediendo, despedir¨ªamos parad¨®jicamente a uno de los pocos personajes que sigue importando. Ahora que Danai Gurira es una hero¨ªna Marvel, adem¨¢s de dramaturga respetada, veremos lo que tarda Michonne en seguir el mismo camino.
Al final quien mejor resume The Walking Dead es Morgan, uno de sus protagonistas, en una de sus arengas sobre supervivencia: "Somos peores de lo que fuimos. No hay esperanza. Acabemos con esto".
Morgan, por cierto, y como ya se deja entrever al final, se traslada a partir de ahora al spin-off Fear the Walking Dead acompa?ado del guionista Scott Gimple, al que muchos culpan del devenir de la serie (pese a que en realidad sea bastante fiel al c¨®mic). Esperemos que este cambio de aires no destroce la producci¨®n localizada en Texas, mucho m¨¢s centrada que su serie madre, con personajes interesantes, una trama con menos ramificaciones, gusto cinematogr¨¢fico y conflictos sociales que hace tiempo que The Walking Dead dej¨® atr¨¢s. Para ella todav¨ªa hay esperanza.
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