Cuatro sue?os extra?os
Perturbadoras ideas en el cuarteto de nuevos trabajos que firma Juan Mayorga
Me vuelven las cuatro nuevas obras de Mayorga (?enhorabuena, acad¨¦mico!) como si las hubiera so?ado y sus personajes se cruzaran en la misma ciudad, que imagino centroeuropea y en blanco y negro. Curiosamente, la primera (hablo por orden de lectura) se llama Intensamente azules.Mayorga me dijo que naci¨® de un hecho real. Durante una Semana Santa, se le rompieron las lentes en un pueblo de Andaluc¨ªa. Record¨® que sus gafas de nataci¨®n, regalo de sus hijos, estaban graduadas. ¡°Me las puse y cambi¨® todo. Cambi¨® mi mirada y tambi¨¦n la de quienes me miraban, como si estuviera loco¡±. Me imagino a Buster (su intensa seriedad y su intenso humor me recuerdan mucho a Mayorga) viendo en azul su mundo en blanco y negro. Y lo m¨¢s sorprendente: cont¨¢ndolo. ?Buster habla! En este caso ser¨¢ C¨¦sar Sarachu. ¡°Trabajar con ¨¦l es una alegr¨ªa diaria, un regalo. Gracias a su capacidad camale¨®nica, lo que iba a ser un mon¨®logo se ha convertido en un festival de voces¡±. Le digo que podr¨ªa ser un cuento de Cort¨¢zar o de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s. ¡°Yo creo que Sarachu tiene algo de quijotesco: se pone las gafas y ve gigantes en vez de molinos, y que una aldeana es una princesa¡±, me dice.
El mago, segundo sue?o posible, ser¨ªa una esquina donde se cruzan la calle De Filippo con la calle Bradbury. Otro detonante real: ¡°Har¨¢ unos a?os, en el Price, me ofrec¨ª voluntario para un experimento de hipnosis y, curiosamente, me rechazaron. Al volver a la butaca, no pude evitar pensar: ?y si esta vuelta forma parte de la sesi¨®n? ?Y si en realidad sigo en el escenario, viviendo en hipnosis, bajo las directrices del mago? Me hablan de Ionesco o Pirandello como referentes posibles, pero en realidad quisiera estar bajo la protecci¨®n de De Filippo. De su coraz¨®n, de su humor misterioso y su ligereza¡±.
Los sue?os van oscureci¨¦ndose. La protagonista de La int¨¦rprete recorre la ciudad nocturna para arrancar de su mente las frases de la conferencia que tradujo por la ma?ana. Va a una residencia de ancianos a visitar al maestro que le ense?¨® el oficio; a un bar de actores (ir¨®nicamente llamado El Blanco) para que un c¨®mico le cuente c¨®mo logra borrar lo aprendido. El hombre le dice que ella tambi¨¦n es int¨¦rprete en el sentido de actriz, porque encarna a quien traduce. Gran final, gran encarnaci¨®n: el encuentro con un viejo boxeador que se qued¨® ciego en el combate m¨¢s salvaje de su vida.
El ¨²ltimo sue?o se llama El Golem y a mis ojos parece hermanar el gran mito jud¨ªo con un episodio de la serie B germ¨¢nica: el temible doctor Mabuse. Aqu¨ª sucede al rev¨¦s que en la pieza anterior: para salvar a su mujer enferma, un enigm¨¢tico y poderoso grupo trata de insuflar a un hombre de la calle las palabras galvanizadoras de un l¨ªder muerto. Pero no es lo ¨²nico que le insuflan. Pens¨¦ en Mabuse, en El huevo de la serpiente de Bergman, y pens¨¦ que es una de las obras m¨¢s densas y poderosas de su autor. No estoy seguro de haber apurado sus sentidos, pero es el sue?o m¨¢s perturbador del cuarteto. Una cima de Mayorga.
Babelia
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