Ciencia de la comedia rom¨¢ntica

Ejemplificada en su cortometraje del a?o 2008 Dime que yo, ganador del Goya de la categor¨ªa, la obsesi¨®n de Mateo Gil por las relaciones entre el azar y el encuentro amoroso llegan a su m¨¢xima expresi¨®n en su nueva obra, Las leyes de la termodin¨¢mica, presentada estos d¨ªas en el Festival de M¨¢laga. Una pel¨ªcula con ecos lejanos de Los amantes del C¨ªrculo Polar, Corre, Lola, corre y 500 d¨ªas juntos, de ins¨®litos y valientes planteamiento y formato, pero desestabilizada por su propio dispositivo, llevado hasta extremos casi delirantes. Como si su obstinaci¨®n por las reglas de la f¨ªsica y sus estados de equilibrio le hubieran hecho olvidarse de las bases de la comedia rom¨¢ntica, que en realidad es lo que est¨¢ contando. Como si su escrupuloso sentido del orden la hubiera acabado arrastrando hasta el caos.

Nos explicamos: la pel¨ªcula viene acompa?ada durante todo su relato, adem¨¢s de por una casi constante voz en off del protagonista, el cient¨ªfico que interpreta Vito Sanz, por toda una serie de im¨¢genes y gr¨¢ficos de documentales cient¨ªficos, junto a declaraciones de expertos ¡ªen su idioma original, y con las superpuestas voces de los dobladores, muy reconocibles de los habituales documentales divulgativos de La 2¡ª, que van desgranando, con textos de evidente complicaci¨®n, la naturaleza de las actitudes sentimentales y personales de los personajes, y su relaci¨®n con las susodichas leyes de la termodin¨¢mica. Y el resultado es una pel¨ªcula cojitranca que nunca fluye, en la que te desentiendes pronto de cada texto cient¨ªfico, y en la que la barroca acumulaci¨®n de sonidos, gr¨¢ficos y formatos perturba el sentido, en principio refrescante, de la historia en s¨ª, que solo reluce en puntuales instantes de comedia.

De apariencia complej¨ªsima, pero en realidad muy b¨¢sica, como demuestra su mensaje final, expuesto por el personaje de Berta V¨¢zquez, la pel¨ªcula lleva a preguntarse por qu¨¦ si justo aquella es la conclusi¨®n, qu¨¦ sentido tiene ocupar tanto tiempo de metraje insistiendo en la ciencia. De modo que lo ¨²nico que ser¨ªa una genialidad de Las leyes de la termodin¨¢mica es que todas esas eruditas parrafadas cient¨ªficas descritas por Gil, esos conceptos y f¨®rmulas matem¨¢ticos, hubieran sido inventados y no fueran m¨¢s que una gran patra?a, una simulaci¨®n par¨®dica. Pero a ver qui¨¦n es el listo que se pone a comprobarlos durante o despu¨¦s de la pel¨ªcula.