La obra que redefine el ¡®skyline¡¯ de Mil¨¢n
Una torre de 60 metros firmada por Rem Koolhaas concluye el ambicioso conjunto de espacios expositivos de la Fundaci¨®n Prada
Un nuevo elemento ha llegado para modificar el skyline de Mil¨¢n. Se trata de la torre inmaculada y asim¨¦trica de 60 metros, que concluye el ambicioso campus art¨ªstico de la Fondazione Prada en la periferia milanesa.¡°Esta torre es la conclusi¨®n de una secuencia de edificios que empezamos hace ocho a?os. Son nueve plantas distintas, cada una es el resultado de una combinaci¨®n espec¨ªfica de los tres par¨¢metros espaciales: la forma, la altura y la orientaci¨®n. De ese modo el techo es m¨¢s alto a medida que se sube y cada planta tiene una forma y una orientaci¨®n diversa¡±, explica el arquitecto holand¨¦s Rem Koolhaas, fundador del estudio OMA, que inaugur¨® la primera fase de la Fondazione Prada en 2015. La torre es una de las tres construcciones de nueva planta que forman el conjunto, junto con los edificios de una antigua destiler¨ªa de principio del siglo XX, convertidos en salas de exhibici¨®n.
De las nueve plantas, seis (m¨¢s de 2.000 metros cuadrados) son dedicadas a las exposiciones y tambi¨¦n hay despachos, un restaurante y una terraza con una vista asombrosa. Adem¨¢s de la alternancia de las plantas rectangulares y trapezoidales, el arquitecto ha concebido una rotaci¨®n de las fachadas acristaladas de modo que el visitante, a medida que va subiendo, puede disfrutar de una vista a 360 grados de la ciudad, que culmina en la ¨²ltima sala inundada de luz cenital. ¡°Desde el principio la intenci¨®n ha sido combinar los edificios existentes con los nuevos, creando un conjunto de espacios diversos, unos enormes y otros peque?os, unos ins¨®litos y otros ¨ªntimos. Son espacios donde tanto el arte como la arquitectura se benefician de sus rec¨ªprocos desaf¨ªos¡±, explica Koolhaas, que en esta ocasi¨®n se ha centrado aun m¨¢s de lo habitual en la influencia del espacio arquitect¨®nico sobre las obras de arte y en la interacci¨®n entre los diversos elementos de un edificio que ha realizado con los sistemas constructivos de hace un siglo.
¡°No es s¨®lo el rechazo del cubo blanco, sino la voluntad de huir del aburrimiento del espacio expositivo. El mayor reto ha sido evitar caer en los clich¨¦s de la arquitectura para el arte y acercarse al proyecto con una actitud cr¨ªtica y creativa, en un esfuerzo de honestidad intelectual. Lo que se ve es lo que hay: cemento, madera aglomerada y cristal¡±, a?ade Federico Pompignoli, mano derecha de Koolhaas y director ejecutivo del proyecto. ¡°Cada edificio ha sido trabajado de forma distinta. Por ejemplo la Haunted House, la casa de los esp¨ªritus, era una construcci¨®n modesta que se ha dignificado recubri¨¦ndola con pan de oro, un revestimiento menos caro del m¨¢rmol y de m¨¢s f¨¢cil manutenci¨®n¡±, indica Pompignoli, refiri¨¦ndose a la otra torre, diminuta en comparaci¨®n, que acoge las obras de Louise Bourgeois y Robert Gober.
Gran formato e impacto
Para la exposici¨®n inaugural, Germano Celant, responsable art¨ªstico de la Fundaci¨®n y pope del arte italiano, ha elegido pocas obras de gran formato y aun mayor impacto. S¨®lo hay dos artistas por planta, excluyendo Walter de Maria con su espectacular Bel Air Trilogy, formada por tres coches Chevrolet bicolor de 1955.
La muestra, que se titula Atlas, surge del di¨¢logo entre Celant y Miuccia Prada y re¨²ne los artistas que la c¨¦lebre dise?adora ha ido siguiendo y apoyando a lo largo de muchos a?os. ¡°Hemos elegido obras con un peso visual capaz de sostener el impacto de la arquitectura. Adem¨¢s cuando inauguramos en 2015 ya presentamos una visi¨®n m¨¢s tradicional de la colecci¨®n en la muestra An introduction, explica Celant, que en la Fondazione tambi¨¦n tiene otra exposici¨®n dedicada al arte italiano entre las dos guerras mundiales.
Para la torre ha elegido parejas de artistas por contraste o afinidad. Por ejemplo el contraste entre la fragilidad y la transparencia de Carla Accardi y el cromatismo y la imponencia de Jeff Koons o la afinidad pol¨ªtica entre las estructuras dom¨¦sticas quemadas de Mona Hatoum que evocan el genocidio palestino y el horror de la Alemania nazi que trasuda de los ensamblajes de viejos radios de Edward y Nancy Kienholz que se activan a pedal en una interacci¨®n arcaica y fascinante. La instalaci¨®n de hongos gigantes que cuelgan del techo al final del laberinto de Carsten H?ller que el visitante debe recorrer en total oscuridad agarrado a una barandilla, es una de las obras m¨¢s impactantes, junto con la instalaci¨®n in¨¦dita de Damien Hirst, formada por tres contenedores habitados por unas colonias de moscas y un entom¨®logo robot.
Tambi¨¦n el restaurante, con muebles originales del Four Seasons de Nueva York, dise?ado por Philip Johnson en 1958, acoge obras importantes, incluidas unas esculturas en cer¨¢mica de Lucio Fontana y una colecci¨®n de platos de artistas realizados ex profeso por John Baldessari, Thomas Demand, Goshka Macuga Mariko Mori y Elmer & Dragset, entre otros.
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