La artista que denuncia su violaci¨®n en una obra
La espa?ola Jana Leo representa en Madrid una triple ¡®performance¡¯ que narra agresiones como la que ella sufri¨® en Nueva York
Cuando en 1995 decidi¨® mudarse con su pareja a San Francisco, Jana Leo (Madrid, 1965) era ya una artista conocida en Espa?a; ten¨ªa galerista y preparaba una exposici¨®n en el Reina Sof¨ªa que se celebr¨® en 1999. Doctora en Filosof¨ªa, lo suyo era ya entonces el arte conceptual, la performance y las instalaciones. Pero en la ciudad californiana encontr¨® poca vida art¨ªstica y decidi¨® trasladarse a Nueva York. Con un m¨¢ster en Arquitectura por Princeton contact¨® de manera casual con el arquitecto Peter Eisenman. La contrat¨® como profesora asistente en la Cooper Union University. Todo iba bien hasta que el 25 de enero de 2001, cuando volv¨ªa cargada de bolsas de la compra, un hombre se col¨® en su casa de Harlem, la tuvo secuestrada durante dos horas y la viol¨®. Estuvo durante seis a?os recopilando fotograf¨ªas, transcripciones de entrevistas y pruebas forenses hasta que en 2007 logr¨® que el violador fuera condenado a 20 a?os de prisi¨®n y que tambi¨¦n fuera procesado por complicidad y negligencia el administrador de los apartamentos. Cont¨® todos los detalles en el libro Violaci¨®n Nueva York (Lince, 2017) y estos d¨ªas remata los preparativos de No violar¨¢s, una triple performance creada a partir de historias reales como la sufrida por ella. La pieza se presentar¨¢ en el espacio madrile?o La Neomud¨¦jar el 20 de mayo.
Sentada en el suelo del estudio de la Escuela de M¨²sica, cedido por el Ayuntamiento, recuerda que su obra siempre ha estado protagonizada por la intimidad. Su primera performance, en los ochenta, ya trataba de las heridas posteriores a la violaci¨®n. ¡°En lo que preparo, est¨¢ incluida mi experiencia, pero es algo mucho m¨¢s amplio. No lo abordo solo porque me haya ocurrido a m¨ª¡±.
La factura de un trauma
Jana Leo denuncia la tolerancia social sobre la violaci¨®n y el tratamiento que los informativos de la televisi¨®n hacen de casos como el de La Manada (del que ayer se conoci¨® la sentencia de 9 a?os por abusos sexuales y no por violaci¨®n).
¡°Todo es espect¨¢culo y banalizaci¨®n con algo que tiene unas consecuencias tremendas para las v¨ªctimas¡±, dice. Sobre ese coste, la artista ha introducido una pieza con forma de documento de Excel en el que se valora econ¨®micamente los da?os sufridos, al igual que har¨ªa una aseguradora con cualquier tipo de suceso, incluidos los agravantes (si la v¨ªctima es un menor) o los da?os irreversibles.
El t¨ªtulo, No violar¨¢s, adopta la forma de mandamiento porque Leo cree que algo que deber¨ªa de ser un principio b¨¢sico no est¨¢ valorado como otros, que de alguna manera resultan menos da?inos para las personas. Y pone el ejemplo del robo argumentando que en el C¨®digo Penal espa?ol, si robas en unos grandes almacenes, te puede caer una pena m¨¢s alta que por una agresi¨®n sexual. ¡°En EE?UU, las penas son mucho mayores. Aqu¨ª, desde siempre recuerdo que era como una gracieta que te dieran un azote en el culo, que alguien con quien te hab¨ªas tomado una copa se confundiera y que intentara pasar a m¨¢s. Y eso sin entrar en los ¨¢mbitos familiares. Han tenido que considerar como agravante el hecho de que el violador sea un familiar¡±.
La obra est¨¢ dividida en tres piezas de unos 10 minutos que pueden verse por separado: El portal (los asaltos de desconocidos), La novicia (abusos perpetrados por la familia o en el colegio) y La jaur¨ªa de perros (las violaciones en grupo). Todo se contextualiza con v¨ªdeos, fotograf¨ªas y documentos como im¨¢genes de publicidad incitadora y exculpatoria de las relaciones no consentidas o de la complicidad de elementos aparentemente externos al violador, como en su caso. ¡°Durante la investigaci¨®n, me enter¨¦ de que el hombre que me viol¨® era un tipo al que el administrador dejaba que se alojase en la terraza del edificio. En Nueva York, y ahora veo que en Madrid tambi¨¦n, a los inquilinos se les sube la renta de manera salvaje. Siempre hay alguien al que sacar mucho m¨¢s dinero o que interese que el edificio se vac¨ªe para operaciones especulativas. Si t¨² te niegas a irte, ellos pueden recurrir a otros m¨¦todos para que abandones el apartamento. Yo hab¨ªa denunciado al administrador que la puerta no cerraba bien y lo mismo ocurr¨ªa con la del portal. Eso sirvi¨® para condenarle por negligencia¡±.
Semanas despu¨¦s, Leo se mud¨® a un apartamento en Chinatown. Aunque pase temporadas en Madrid, prefiere seguir viviendo en Nueva York porque hay m¨¢s posibilidades art¨ªsticas. All¨ª sigue trabajando en sus proyectos pero con lo que paga las facturas es con su trabajo como traductora en los juzgados. ¡°Te pagan por horas. No est¨¢ mal, y te permite un horario laboral compatible con mis obras. Conozco pocos que vivan del arte conceptual¡±.
Babelia
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