Un Balanchine eterno
Jean-Christophe Maillot experimenta otro acercamiento a las artes visuales
El Festival de las Artes de Montecarlo (tambi¨¦n llamado festival de primavera coloquialmente) ya antes hab¨ªa encargado que los Ballets de Montecarlo estuvieran presente en los festejos, y esta vez idearon un compromiso de altura: encargar a su director art¨ªstico Jean-Christophe Maillot una creaci¨®n en toda regla, una producci¨®n novedosa y ligada a las Artes Visuales. As¨ª ha nacido Abstract/Life, que se estren¨® el pasado d¨ªa 26 y estar¨¢ en cartel hasta ma?ana domingo 29, D¨ªa Internacional de la Danza. Con m¨²sica del compositor y director de orquesta Bruno Mantovani (Ch?tillon, Altos del Sena, 1974), ¨¦l mismo una combinaci¨®n ¡°maravillosa¡± de padre italiano y madre espa?ola y su nuevo concierto para violonchelo y orquesta, encargado tambi¨¦n por el festival; los dise?os de escenograf¨ªa y vestuario son de la artista pl¨¢stica Aim¨¦e Moreni (Par¨ªs, 1990) tambi¨¦n presente en las muestras del festival, un talento explosivo e inclasificable. La compa?¨ªa en pleno se encuentra en un momento dulce de calidad interpretativa y se dej¨® la piel en la compleja, tenebrista e intensa propuesta de Maillot, que cont¨® la orquesta Filarm¨®nica de Montecarlo bajo la direcci¨®n de Pascal Roph¨¦ y con el violonchelista Marc Coppey tocando su instrumento veneciano: un Matteo Goffriller de 1711. La obra discurre en un mundo solamente posible en la imaginaci¨®n del core¨®grafo, seres ancestrales o c¨®smicos abri¨¦ndose paso en un proceso de contactos donde lo f¨ªsico sustituye a lo simb¨®lico, lo terrenal a cualquier tentaci¨®n a¨¦rea. Con el uso de luces leds y ajustados trajes transparentes que glosan las figuras de mujeres y hombres, la plantilla se abre a una sucesi¨®n que comienza desde el canon, la ordenaci¨®n progresiva del ¡°ensemble¡± y el uso de la fila como si se tratara de la cadena gen¨¦tica o su s¨ªmbolo sumario. La m¨²sica de Mantovani redobla el esfuerzo, lo puntualiza con su poderosa estructura a vierta y modulada en esa sonoridad t¨ªpica de este compositor, donde tambi¨¦n hay algo de buscada abstracci¨®n medular. La agresiva escenograf¨ªa (que sugiere una improvisaci¨®n con papel de aluminio dom¨¦stico: algo desconcertante) se vuelve din¨¢mica y se mueve, pero resulta el elemento m¨¢s extra?o y menos compactado.
Es imposible predecir qu¨¦ suceder¨¢ con los nuevos ballets, ya sean o no de encargo, y si se instar¨¢n en el repertorio independientemente de su ¨¦xito inmediato. Solamente el tiempo establece el baremo real y definitivo de lo que se queda y lo que se desecha. En este caso, los elementos formales permiten augurar evoluci¨®n y mantenimiento en programa de una sugerente propuesta que quiere mirar al futuro del arte cor¨¦utico.
El programa se completa con una obra maestra Violin Concerto (1972) de George Balanchine sobre el concierto para viol¨ªn y orquesta en re mayor de Igor Stravinski, piedra angular del estilo balanchiniano y del ballet abstracto norteamericano del siglo XX. Con esa reposici¨®n (Montecarlo lo tiene en repertorio desde 1986) la compa?¨ªa de M¨®naco vuelve a sus or¨ªgenes, ensalza su gen¨¦tica y destaca lo importante que es en su est¨¦tica obras como esta, de muy dif¨ªcil ejecuci¨®n y estilo. El control f¨¦rreo de una cierta expresividad muy definida en intenciones y sobre todo la apertura a un solidario y constante trabajo con la m¨²sica, dieron una versi¨®n alimentada por la energ¨ªa y buen hacer de los bailarines. Violin Concerto sintetiza y proclama los logros que ya estaban en Los cuatro temperamentos y en Agon; y estas tres obras (que se han bailado aqu¨ª en otras ¨¦pocas) son la prueba de c¨®mo el ballet contempor¨¢neo agradece tambi¨¦n el concepto de repertorio, su biblioteca viva, y en resumen, su patrimonio vital.
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