Noche fantasmal y brillante en la sala Rubens del museo

No ha sido casualidad la elecci¨®n de Rubens. La obra de este artista exuberante, que combina la cruel amenaza de la moral cristiana con un imaginario visual y explosivo y un uso sensual de su pintura, es la escenograf¨ªa elegida por el colectivo belga FC Bergman para indagar sobre el tiempo y la existencia humana en un lugar silencioso que puede ser considerado refugio, pero tambi¨¦n exilio. Una reconstrucci¨®n exacta y meticulosa de la grandiosa sala Rubens en el Museo de Bellas Artes de Amberes (B¨¦lgica), con una copia del majestuoso cuadro La lanzada (4,30 metros de altura por 3 metros de ancho), es el escenario elegido por FC Bergman para representar Het land Nod (El pa¨ªs de Nod), la sorpresa m¨¢s hermosa, la gran revelaci¨®n del Festival de Teatro de Avi?¨®n donde se estren¨® en 2016. Es un espect¨¢culo sin palabras, mezcla de teatro e instalaci¨®n pl¨¢stica, con los seis actores de la compa?¨ªa creando po¨¦ticas im¨¢genes y los espectadores (250) metidos como en un arca dentro de esa bell¨ªsima y destartalada escenograf¨ªa. Het land Nod se estrena por primera vez en Espa?a en el Teatro Central de Sevilla con dos ¨²nicas representaciones, el 5 y el 6 de mayo.

Los fantasmas y las locuras de FC Bergman, creada hace diez a?os y considerada una de las compa?¨ªas m¨¢s transgresoras e innovadoras del panorama europeo, se concentraron en el espacio vac¨ªo y despojado de esplendor en el que la sala de Rubens en el Real Museo de Bellas Artes de Amberes se ha convertido en los ¨²ltimos a?os durante el proceso de acondicionamiento y obras al que este edificio emblem¨¢tico est¨¢ todav¨ªa sometido en la ciudad belga. "Cuando pudimos visitar el museo, durante su renovaci¨®n, la apariencia de este lugar que tan bien conoc¨ªamos antes, en toda su gloria, y que ahora parec¨ªa completamente destruido, nos conmocion¨®", explica un portavoz de FC Bergman en una entrevista v¨ªa correo electr¨®nico.

Por ese enorme refugio, amenazado por fuerzas exteriores, dentro de esa atm¨®sfera pac¨ªfica y neutral del museo sometida al relato abrumador y oscuro de la culpa que habla desde el cuadro, que muestra el momento en el que un centuri¨®n hiere con una lanza a Jesucristo crucificado, van desfilando los personajes, un guarda del museo con su uniforme, un hombre desnudo, una mujer que se desmaya o unos turistas asi¨¢ticos que se hacen selfies compulsivamente. Fuera ruge la amenaza, recuerdo de los bombardeos que en 1944 da?aron este museo, pero tambi¨¦n de todos los horrores que se han ido sucediendo desde entonces y tambi¨¦n ahora. "Pensamos en la crisis de los refugiados, en el cambio clim¨¢tico y en la incre¨ªble desigualdad de rentas. Pero adem¨¢s de estos peligros de naturaleza m¨¢s existencial, tenemos presente qu¨¦ hacer con el tiempo que nos es dado. C¨®mo soportar la presi¨®n de crear una vida significativa, feliz y productiva", asegura el colectivo FC Bergman, que pone su acento en Europa. "Como en el museo de El pa¨ªs de Nod, las mayores amenazas proceden del interior. La Uni¨®n Europea es uno de los proyectos pacificadores y culturales m¨¢s hermosos jam¨¢s creados en la historia. Ahora, tras m¨¢s de 50 a?os, se ve amenazado por la burocracia, la desuni¨®n y el populismo. Esperamos que este viejo continente pueda erguir la espalda y volver a hallar su poder y su prosperidad".

El riesgo inherente a los proyectos esc¨¦nicos de este colectivo nace, aseguran, del intento de reinventarse para crear representaciones que nadie haya visto antes, capaces de confortar y alarmar a su p¨²blico. Unas nuevas formas que el propio director del Festival de Avi?¨®n, Olivier Py, coloca en la categor¨ªa de indisciplina.

El espect¨¢culo, lleno de energ¨ªa y humor, que toma su t¨ªtulo del nombre del pa¨ªs al que Ca¨ªn fue desterrado tras matar a su hermano, un lugar de condena, lejos del para¨ªso, no usa texto. La ¨²nica voz que se oye es la del cineasta Jean-Luc Godard, con una referencia a su pel¨ªcula Banda aparte (1964), donde un hombre corre a toda velocidad por el museo del Louvre. "No usar texto nos hace hablar un lenguaje universal. Nos gusta crear, como dijo en una ocasi¨®n Umberto Eco, obras de arte abiertas que puedan entenderse de diferentes maneras. Esperamos hablar un idioma que va m¨¢s all¨¢ de la comprensi¨®n intelectual, que llegue directamente a las entra?as".