El pueblo navarro que protege a Mikele
DocumentaMadrid muestra el testimonio de una adolescente transexual que vive feliz en Huarte, de menos de 7.000 habitantes, rodeada de sus amigas y familiares
Aunque algunos de los miedos de Mikele, de 18 a?os, se asemejan a los de muchos adolescentes transexuales, su experiencia de vida es bastante singular. No quiere huir de su familia ni de su pueblo ¡ªHuarte (Navarra), de menos de 7.000 habitantes¡ª. Lejos de representar la c¨¢rcel a la que se enfrentan tantos otros en su misma situaci¨®n, para ella sirven de punto de apoyo. Son la base sobre la que se asientan su valent¨ªa y su seguridad en s¨ª misma. Un cortometraje documental que lleva su nombre se proyecta estos d¨ªas en el festival DocumentaMadrid.
Due?a de una sorprendente madurez, Mikele Grande ten¨ªa solo 12 a?os cuando habl¨® seriamente con sus padres para contarles que, a pesar de haber nacido con genitales masculinos, era una ni?a. ¡°Es muy importante contarlo lo antes posible. Comenc¨¦ a usar bloqueadores de pubertad y, algunos a?os despu¨¦s, a tomar hormonas¡±, dice a EL PA?S por tel¨¦fono, mientras hace una pausa en una tarde de estudio dedicada a preparar un examen de Lengua. Habla con naturalidad de su proceso de transici¨®n porque cree que ¡°informar y corregir sobre la transexualidad sin enfados es la forma de hacerse entender¡±.
Adem¨¢s del amor incondicional de sus padres, Mertxe y Luis, y de su abuelo, ¡°que cumplidos los 90 deseaba ver a su nieta convertida en una mujer¡±, cuenta Mikele, tambi¨¦n ha sido fundamental hasta ahora el apoyo de sus amigas. ¡°La protecci¨®n de las cuadrillas es muy t¨ªpico del norte, es un tema cultural¡±, comenta Ekhi?e Etxebarr¨ªa, directora del documental y familiar de la adolescente.
¡°La vida de Mikele es en tantos aspectos tan id¨ªlica que, al principio, me preguntaba qu¨¦ clase de pel¨ªcula iba a rodar si no hab¨ªa conflicto¡±, dice la cineasta debutante, que llega a DocumentaMadrid con el proyecto de fin de carrera de la Escola de Cinema Audiovisuals de Catalunya (ESCAC).
Durante varios meses de 2016 grab¨® su vida cotidiana junto a ese grupo de amigas, que muestran con los c¨®digos en los que sustentan su complicidad. En esos momentos, se enfrentaba a la hora de abandonar su colegio de toda la vida para acudir a un instituto a varios kil¨®metros de distancia de la burbuja de amor y comprensi¨®n en la que hab¨ªa vivido hasta ese momento.
Que el testimonio de Mikele sigue siendo un peque?o milagro dentro de la comunidad trans es de por s¨ª un conflicto. La propia estudiante cobr¨® conciencia de ello cuando comenz¨® a acudir a encuentros organizados por Chrysallis, Asociaci¨®n Estatal de Familias de Menores Transexuales, a la que sus padres pertenecen desde hace a?os. ¡°S¨¦ que mi historia no es una historia de lucha y supervivencia como otras que he conocido. Algunas me impactaron tanto que he llegado a sentirme culpable por la suerte que he tenido. Solo puede decirles que no tengan miedo y que nunca se odien por ser como son¡±, comenta sorprendida porque algunas j¨®venes transexuales compartan con ella una fijaci¨®n por las sirenas. "Supongo que porque las sirenas son mujeres que viven con naturalidad su ausencia de genitales", explica en un momento de la pel¨ªcula.
Hay algo m¨¢s que azar en el hecho de ser aceptaba all¨¢ por donde va. Dos a?os despu¨¦s de haber rodado el documental y ya estudiando en un bachillerato de Bellas Artes que le lleve ¡°a estudiar algo relacionado con el cine¡±, define su vida en el nuevo centro de estudios al que tanto miedo ten¨ªa mientras rodaba el documental como "una experiencia fabulosa".
¡°Mi padre tambi¨¦n dice que no es solo cuesti¨®n de suerte. Antes del tr¨¢nsito, yo era una ni?a risue?a pero t¨ªmida; despu¨¦s me hice m¨¢s extrovertida y empec¨¦ a sentir que pod¨ªa hablar de qui¨¦n era de una forma m¨¢s abierta. Supongo que decir a la gente que pueden preguntarme lo que quieran les da buenas vibraciones¡±, dice Mikele con la misma espontaneidad con la que vive su d¨ªa a d¨ªa.
Los otros Mikele
No todos los adolescentes transexuales han crecido rodeados de compresi¨®n, como es el caso de Mikele Grande.
Por ejemplo Nathan, un adolescente transexual canario, se hab¨ªa "resignado a vivir como una chica" hasta que las redes sociales le dieron la informaci¨®n que no hab¨ªa encontrado hasta ese momento, contaba a Verne en 2017. Hasta ese momento no sab¨ªa poner nombre a su identidad como hombre transexual; tampoco que exist¨ªa un tratamiento m¨¦dico que pod¨ªa ayudar a cambiar su cuerpo femenino, con el que no se sent¨ªa identificado desde que alcanz¨® la pubertad. Gracias a toda esa nueva informaci¨®n, pudo hacer comprender a sus padres. Tardaron m¨¢s de un a?o en sentirse orgullosos de su hijo.
En el Pa¨ªs Vasco, Ekai Lersundi, luchaba junto a sus padres para que se reconociera su identidad como un joven transexual de 16 a?os. Pero no pudo aguantar la presi¨®n social. Se suicid¨® en febrero de 2018 en Ondarroa (Bizkaia), tras m¨¢s de un a?o esperando sin ¨¦xito a recibir un tratamiento hormonal. Su padre, Elaxar Lersundi, comparti¨® una carta abierta dedicada a su hijo a trav¨¦s de la asociaci¨®n Chrysallis. "S¨¦ que tu ida no ser¨¢ en vano. Espero que t¨² seas el ¨²ltimo", dec¨ªa en el texto.
Babelia
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