Salinger, honestidad brutal

La figura de J. D. Salinger est¨¢ inevitablemente asociada a una obra maestra de la literatura, el desencantado retrato de la adolescencia El guardi¨¢n entre el centeno, y tambi¨¦n, en su amargo reverso, a la foto de un anciano hura?o, pu?o cerrado en posici¨®n de golpeo lateral, profundos surcos de vida marcados en la frente, ojos de cami¨®n a punto de atropellar a la c¨¢mara. Un mito con una aparente doble cara que no es sino la misma, honestidad brutal en su letra y en su esp¨ªritu, al que se acerca desde las posiciones m¨¢s convencionales el novel Danny Strong con Rebelde entre el centeno, biograf¨ªa cinematogr¨¢fica del escritor, centrada en sus inicios en la escritura, en la publicaci¨®n de su fundamental novela, y en los s¨ªntomas familiares, f¨ªsicos, sociales, morales y mentales que lo llevaron al exilio autoimpuesto.

Basada en la biograf¨ªa de Kenneth Slawenski J. D. Salinger: una vida oculta, publicada en Espa?a por Galaxia Gutenberg, la pel¨ªcula de Strong se acerca al misterio de una personalidad inabarcable desde postulados sorprendentemente seguros, como si cada paso ofrecido en el relato, cada resbal¨®n emocional, sirviera, casi en un sentido m¨¦dico, para acabar ofreciendo un diagn¨®stico milim¨¦trico de por qu¨¦ se acab¨® convirtiendo en un fantasma social y en un escritor sin apenas obra. Rebelde entre el centeno huye as¨ª de la complejidad narrativa y personal, para poder encajar en un molde de acercamiento vital basado en lo que Sidney Lumet llamaba ¡°la escuela dram¨¢tica del patito de goma¡±, o la consecuci¨®n de la verdad psicol¨®gica por medio de explicaciones m¨¢s bien simples.

La contrapartida de una pel¨ªcula sin estilo sobre un escritor de estilo ¨²nico, quiz¨¢ el mayor de sus defectos, es que, a pesar de todo, la historia es siempre interesante por cada acera vital por la que pasa: la relaci¨®n con su padre, el ego del escritor, el golpe amoroso de Oona O¡¯Neill, el trauma de la guerra, el acoso del fan¨¢tico¡­ ?Suficiente?

A cualquier lector de Salinger le decepcionar¨¢. A cualquier lector de Salinger le habr¨¢ gustado verla.