El periodista Ruiz Mantilla publica un diario po¨¦tico dedicado a sus hijas
El escritor santanderino mezcla reflexiones cotidianas y versos en ¡®Al d¨ªa¡¯
¡°Si tus hijas te regalan un cuaderno en blanco y eres escritor, debes devolv¨¦rselo con algo especial¡±. Esto es lo que pens¨® el escritor y periodista de EL PA?S, Jes¨²s Ruiz Mantilla, cuando sus mellizas, Paula y Cristina, le regalaron en su cincuenta cumplea?os un cuaderno en el que quer¨ªan que las hojas fueran protagonistas de los pensamientos de su padre. Y eso hizo. Ruiz Mantilla quiso arriesgarse con la poes¨ªa, g¨¦nero que hab¨ªa t¨ªmidamente probado desde adolescente, pero que nunca hab¨ªa cuajado en nada que se decidiera a publicar. De esta aventura nace Al d¨ªa (Galaxia Gutenberg), libro en el que el periodista tambi¨¦n da testimonio de los tiempos que corren, las vidas cambiantes, la relaci¨®n paternofilial y sus reflexiones literarias, pol¨ªticas y musicales.
¡°Cuando ellas me dieron el cuaderno pens¨¦ que, m¨¢s que un regalo, era un veneno. Era fe¨²cho,? gordo, las hojas estaban cuadriculadas. Pensaba que ven¨ªa con mala intenci¨®n¡±, explic¨® entre risas el escritor ayer, mi¨¦rcoles, en la Librer¨ªa Antonio Machado, ante una audiencia repleta de caras conocidas del mundo de la cultura.
El cuaderno se pas¨® durante meses en la mesa del cuarto, parec¨ªa que le hablaba y le retaba cada vez que pasaba por su lado. ¡°No puedes conmigo, no puedes conmigo¡±, sent¨ªa que le repet¨ªa. Un buen d¨ªa, mientras conduc¨ªa su coche de segunda mano por la A1 de camino a Burgos para entrevistar al fil¨®sofo franc¨¦s?Gilles Lipovetsky, le lleg¨® por fin la inspiraci¨®n: volver¨ªa a intentar escribir poes¨ªa.
¡°Pens¨¦ en contarles, de una manera extra?a, la vida que yo ten¨ªa. Contarles lo cotidiano del d¨ªa a d¨ªa con vuelo po¨¦tico¡±, record¨® el escritor. Por ello, en las p¨¢ginas iba escribiendo en la par lo que le hab¨ªa ocurrido durante la jornada, mientras que en la impar creaba un poema que tuviera que ver con ello. Y aunque comenz¨® t¨ªmidamente con el primer poema, enseguida se vio enfrascado en el segundo y en el tercero y en el cuarto¡ ¡°De repente me vi observando la vida en modo po¨¦tico¡±.
Cuando ya ten¨ªa bastante, decidi¨® quedar en el Caf¨¦ Barbieri, de Madrid, con su amigo, poeta y compa?ero de profesi¨®n Antonio Lucas, para mostr¨¢rselos y que este le dijera la verdad sobre ellos. ¡°Este no, este t¨ªralo, este regular, este est¨¢ bien¡.¡±, recuerda que le dijo Lucas. Y de repente: ¡°Este lo publicar¨ªa ma?ana mismo¡±. Al escucharlo, Mantilla se levant¨® y sali¨® ¡°volando¡± de aquel bar con la clara intenci¨®n de convertir aquello en un libro.
Aproximadamente un a?o despu¨¦s de aquel momento, lo que surgi¨® como un regalo "envenenado" de sus mellizas, del negarse a aceptar el ¡°no puedo¡±, ha llegado Al d¨ªa, que recorre la vida y se vale del lenguaje po¨¦tico para abordar lo cotidiano desde el surrealismo y la imaginaci¨®n.
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