Jane Fonda descubri¨® pasados los 60 que ¡°no necesitaba a ning¨²n hombre¡±
La actriz presenta un documental en el Festival de Cannes en el que reexamina su vida, su carrera y su militancia pol¨ªtica
A lo largo de su vida, Jane Fonda ha vivido varias ¡°epifan¨ªas capilares¡±, como ella las define. Un buen d¨ªa se despertaba, se miraba en el espejo y entend¨ªa que su peinado ya no se ajustaba a la persona en la que se hab¨ªa convertido. Y entonces pasaba a la acci¨®n. Primero, haciendo los cambios necesarios en su vida para acercarse m¨¢s a la idea que ten¨ªa de s¨ª misma. Y segundo, aplic¨¢ndose un nuevo corte de pelo, que caducaba cuando estaba lista para pasar al pr¨®ximo cap¨ªtulo. Cada una de esas etapas correspondi¨®, aunque duela escribirlo, a uno de los hombres de su vida: su padre y sus tres maridos. ¡°Estaba demasiado preocupada por gustarles. Para ello deb¨ªa tener un aspecto determinado. No es casualidad que estuviera tan distinta con cada uno de ellos¡±, explica la actriz en Jane Fonda in Five Acts, el documental que ha dirigido Susan Lacy, creadora de la prestigiosa serie American Masters, presentado en la secci¨®n que el Festival de Cannes dedica al cine cl¨¢sico.
El primer acto de su vida comienza en una mansi¨®n de Connecticut. Una fotograf¨ªa tomada en el jard¨ªn parece describir a una familia perfecta e idolatrada por medio pa¨ªs. ¡°Parec¨ªamos el sue?o americano, pero hubo mucho mito¡±, aclara Fonda. Su progenitor, Henry Fonda, una leyenda viva y un hombre de altos est¨¢ndares morales, fue, ¡°como suele ser el caso¡±, bastante mal padre. Su madre, Frances Seymour, se abri¨® las venas con una cuchilla cuando era peque?a. ¡°Mi padre nos dijo que hab¨ªa sido un ataque al coraz¨®n. Despu¨¦s se march¨® a Nueva York para interpretar una obra¡±, relata Fonda en este psicoan¨¢lisis de cara a la c¨¢mara. Recuerda que no llor¨®. ¡°Todo el mundo se admiraba: ¡°?Qu¨¦ fuerte es fuerte es Jane!¡±. Aprobaban que me lo guardara todo dentro. Lo convert¨ª en mi modus operandi¡±, lamenta. Pese a todo, siempre se sinti¨® m¨¢s cercana a su padre ¨C¡°quer¨ªa ir con el equipo ganador, el de los hombres¡±¨C que a su madre, a la que siempre vio como una v¨ªctima. A?os m¨¢s tarde entendi¨® que era bipolar y que su padre la enga?aba.
El segundo acto transcurre en la Francia de la nueva ola, adonde Fonda se mud¨® para escapar de la sombra de su padre y harta de interpretar a j¨®venes ingenuas. En Maxim¡¯s conoci¨® a Roger Vadim, el director de moda. ¡°Era un animal depredador. Me promet¨ª que nunca rodar¨ªa una pel¨ªcula con ¨¦l¡±. Rod¨® media docena ¨Centre ellas, la m¨ªtica Barbarella, cuyo striptease c¨®smico rod¨® ¡°borracha de vodka¡±¨C y permanecieron cinco a?os casados. Fue en la Francia del 68 cuando se politiz¨®, siguiendo el modelo de su amiga Simone Signoret, en un pa¨ªs donde los artistas ten¨ªan costumbre de implicarse en los debates de actualidad. Fonda hizo lo mismo: pas¨® de no saber situar Vietnam en un mapa a convertirse en jefa de filas de la movilizaci¨®n contra la guerra. ¡°?Qu¨¦ problema tiene? Es buena actriz y es guapa, pero va por el mal camino. Me sabe mal por su padre¡±, dice Nixon en una grabaci¨®n que da comienzo al documental.
Ah¨ª arranca el tercer acto, cuando Fonda se transforma en Hanoi Jane. Los mismos medios que la encumbraron como la novia de Am¨¦rica la convertir¨¢n en traidora de la patria. En especial, cuando se sent¨® tras un ca?¨®n enemigo durante una visita a Vietnam. ¡°Me ir¨¦ a la tumba lament¨¢ndolo¡±, afirma Fonda, que ya pidi¨® perd¨®n a los veteranos que se sintieron heridos en 1988. Su tercer marido fue Tom Hayden, l¨ªder del izquierdismo estadounidense, en una casa sin lavadora y con un indigente durmiendo en el porche. Para financiar sus actividades en la militancia, Fonda tuvo la idea de lanzar sus v¨ªdeos de aerobic. Terminaron vendiendo 17 millones de copias y dieron origen a la industria del video dom¨¦stico. Como dej¨® dicho Thomas Jefferson, la revoluci¨®n empezaba en los m¨²sculos.
El cuarto acto de su vida llev¨® a convertirse en la esposa del magnate Ted Turner, a quien Fonda llama ¡°mi exmarido favorito¡±. Le pidi¨® para salir el d¨ªa siguiente de que se anunciara su divorcio de Hayden. ¡°Le dije que estaba teniendo un ataque de nervios y que me volviera a llamar en seis meses¡±, recuerda Fonda. ¡°Fueron diez a?os maravillosos, pero tuve que esconder una parte de m¨ª. Una voz me dijo en mi cabeza que si me quedaba nunca ser¨ªa aut¨¦ntica¡±.
Los cuatro primeros actos, de los cinco que dan t¨ªtulo a este documental, llevan nombre de var¨®n. Puede resultar obsoleto e incluso ofensivo, pero tambi¨¦n tiene el m¨¦rito de ser honesto. Seg¨²n su propia confesi¨®n, no fue hasta pasados los 60, tras divorciarse de Turner, cuando entendi¨® que ¡°no necesitaba a ning¨²n hombre¡± para sentirse bien consigo misma. El quinto episodio se titula ¡°Jane¡± y narra su regreso a la primera l¨ªnea a partir del a?o 2000. Dice haber rodado el documental para ¡°llegar al final sin arrepentimiento¡± y para que su hija Vanessa, a la que no atendi¨® durante sus a?os de militancia anti-Vietnam, la perdone ¡°por no haber sido mejor madre¡±.
Pese a su aspecto convencional, la pel¨ªcula no sigue el esquema cl¨¢sico del documental biogr¨¢fico, sino que refleja la relevancia cultural de Fonda en los Estados Unidos de la ¨²ltima mitad de siglo y subraya el aspecto colectivo de sus experiencias ¨ªntimas. ¡°En realidad, es una pel¨ªcula que habla de asuntos universales, que espero que inspiren al p¨²blico¡±, advirti¨® la actriz el s¨¢bado por la noche, al presentarla en Cannes. Ven¨ªa a decir que Jane Fonda somos todos. Cuando la proyecci¨®n termin¨®, la actriz volvi¨® a salir al escenario para darse un ba?o de masas. De manera significativa, no dijo ni una palabra sobre s¨ª misma. ¡°Vengan de donde vengan, todos nos enfrentamos a crisis terribles¡±, afirm¨®. ¡°Debemos ser fuertes y estar unidos, creer que la democracia y la libertad son posibles, y mantenernos erguidos frente a los tiranos. Va a ser extremadamente duro. Gracias por haber venido¡±.
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