M¨¢s salas para la colecci¨®n y para exposiciones temporales en la Royal Academy

Paseando por el interior de la nueva Royal Academy (RA), cuesta adivinar hasta d¨®nde lleg¨® la mano de David Chipperfield, y ese es probablemente el principal ¨¦xito del arquitecto. El suyo es un sutil ejercicio de cirug¨ªa que transforma completamente una instituci¨®n. La uni¨®n de la hist¨®rica sede con su vecino de atr¨¢s permite pasar de Piccadilly a Mayfair por sus mismas tripas. El puente de un edificio a otro atraviesa literalmente el espacio donde tienen sus estudios los alumnos, algunas de cuyas obras se exponen en una de las salas por las que se pasa (Weston Studio), recordando que de la m¨¢s antigua escuela de arte brit¨¢nica surgen poderosas piezas de arte contempor¨¢neo.

La reforma permite adem¨¢s a la instituci¨®n exhibir tesoros de su colecci¨®n de manera permanente, reforzando el gancho del museo como destino tur¨ªstico, al dotarla de una continuidad expositiva. As¨ª, en la Collection Gallery, en el ala oeste del nuevo edifico, podr¨¢n contemplarse, de manera gratuita, el Tondo Taddei de Miguel Angel o una copia de La ¨²ltima cena, de Leonardo da Vinci, de principios del siglo XVI, junto a gainsboroughs, constables o turners.

La RA gana tambi¨¦n otro nuevo espacio para exposiciones temporales, centradas en arte contempor¨¢neo y arquitectura. Se trata de la galer¨ªa Gabrielle Jungels-Winkler, un conjunto de viejas oficinas y laboratorios transformados en una soberbia nave con tres salas contiguas, iluminadas en parte con luz natural. La encargada de inaugurar el nuevo espacio es Tacita Dean. La artista inglesa ha concebido tres exposiciones dedicadas a los tres g¨¦neros tradicionales de la pintura, paisaje, retrato y naturaleza muerta para otras tantas instituciones (las otras son la National Gallery y la National Portrait Gallery).

A la RA le ha correspondido Landscapes (paisajes), una categor¨ªa que permite a la artista, como explicaba ayer, ¡°explorar las idea de espacio, tiempo, lugar, escala y memoria¡±. Hay una decena de piezas que van desde un inmenso cuadro de una monta?a pintada con tiza (The Montafon Letter, 2017) hasta peque?as postales pobladas por una hormiga diminuta, pasando por colecciones piedras esf¨¦ricas o tr¨¦boles de diversos n¨²meros de hojas. La muestra est¨¢ coronada por una ambiciosa pieza de v¨ªdeo, un d¨ªptico experimental de casi una hora de duraci¨®n.

La instituci¨®n londinense aprovechar¨¢ la ampliaci¨®n para reforzar su programa expositivo en torno a la arquitectura. El primer elegido para esta nueva era ser¨¢ el italiano Renzo Piano, que protagoniza en septiembre una retrosepctiva sobre su carrera.