Orhan Pamuk, sin energ¨ªa
La nueva novela del Nobel turco, de trama enrevesada, est¨¢ lejos de alcanzar el cuajo de la gran literatura a la que aspira
La ¨²ltima novela del turco Orhan Pamuk, premio Nobel de Literatura 2006, narra una historia que comienza en 1985 y llega hasta 2015. El hilo narrativo lo lleva un joven llamado Cem, hijo de un farmac¨¦utico de Estambul implicado en actividades pol¨ªticas de signo izquierdista que desaparece por temporadas de su casa y luego definitivamente, bien por razones de su actividad subversiva, bien por desencuentros del matrimonio. El joven Cem, interesado en la actividad de un pocero llamado Mahmut Usta, en cuya atenci¨®n y sabidur¨ªa ve la imagen del padre perdido y a quien adopta como tal, acaba por unirse a ¨¦l y a su joven ayudante, Ali, en la excavaci¨®n, a pico y pala, de un pozo en una localidad cercana a Estambul. Es un trabajo ¨ªmprobo y agotador sin resultado aparente. Cem baja a menudo a ?ng?ren, el pueblo m¨¢s cercano a la excavaci¨®n, donde un d¨ªa se cruza con una misteriosa y atractiva mujer pelirroja por la que siente una atracci¨®n irresistible y a la que ronda, hasta que un d¨ªa descubre que es actriz de un grupo de teatro que se halla de paso y con la que comparte una noche de amor.
A los 25 metros de profundidad, el contratista abandona el proyecto. Solos Cem y Mahmut, un descuido del chico deja inconsciente a Mahmut en el fondo del pozo. Cem, desesperado, busca una ayuda que no encuentra y al final huye abandonando a su suerte a Mahmut, herido o quiz¨¢ muerto.
Muchos a?os despu¨¦s, Cem, casado con Ayse, ha montado un negocio inmobiliario, pero la culpa de haber dejado morir a su padre adoptivo no ha dejado de atormentarlo. La novela empieza a moverse por elementos simb¨®licos (la historia de Edipo, asesino de su padre, Layo, y casado con su madre, la epopeya persa Shahnameh, en la que Rostam, padre de Sohrab, mata a su hijo del mismo modo fortuito que Edipo a su padre). Son s¨ªmbolos tambi¨¦n de dos culturas colindantes, la griega y la iran¨ª.
Cem ha optado, en su actual vida de ¨¦xito, por hacer lo contrario que Edipo, es decir, no buscar sino olvidar, no hurgar en el pasado de su crimen, pero el destino hace que acabe volviendo a ?ng?ren para adquirir terrenos para su firma inmobiliaria. La firma se llama Sohrab, en memoria del hijo que no ha logrado procrear con Ayse. De este modo el simbolismo se acent¨²a. La narraci¨®n la cierra 30 a?os despu¨¦s y en primera persona la mujer del pelo rojo.
El planteamiento del autor ?es un exceso de ambici¨®n o de confianza? Lo cierto es que lo que verdaderamente lastra la novela es su falta de energ¨ªa narrativa y de convicci¨®n. Est¨¢ contada como desde fuera, en un tono neutro y expositivo, lejos de los mejores momentos literarios de Pamuk, m¨¢s preocupado por cruzar a sus personajes que de construirlos con intensidad. Pamuk es un excelente contador de historias derrotado por la enrevesada trama simb¨®lica que ha creado y a la que le falta el cuajo de la gran literatura a la que ¨¦l aspira. La misma recurrencia a la mujer de pelo rojo para que nos explique, en la tercera parte, todo lo que quedaba por explicar resulta empobrecedora. ?Ser¨¢ cierta la maldici¨®n de los premiados demasiado j¨®venes con el Nobel? Durante la lectura no he dejado de preguntarme si la Academia no debi¨® de premiar en su d¨ªa al mayor y m¨¢s consolidado escritor turco Yasar Kemal, el gran autor de la serie de Mehmet, El Halc¨®n.
La mujer del pelo rojo. Orhan Pamuk. Traducci¨®n de Pablo More. Literatura Random House, 2018. 288 p¨¢ginas. 21,90 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.