Ry Cooder: Ira controlada
El nuevo disco del m¨²sico estadounidense recibe una calificaci¨®n de 7 sobre 10
A primera vista, The Prodigal Son podr¨ªa sugerir que Ry Cooder pretende cerrar su c¨ªrculo creativo en el punto de partida. Esto se parece mucho a lo que tocaba cuando comenzaba, hace m¨¢s de 50 a?os, con The Rising Sons: blues y folk, todo electrificado y ahora con el a?adido de coros musculosos.
Ya sabemos que Cooder no se conform¨® con explotar esa cantera. Potenci¨® la presencia de la guitarra slide en el rock (?y en bandas sonoras!). Aparte del canon afroestadounidense, explor¨® ritmos y melod¨ªas de Haw¨¢i, los chicanos, Irlanda, Mali... demonios, con Buena Vista Social Club logr¨® parar y echar marcha atr¨¢s a la m¨²sica cubana.
Artista: Ry Cooder
Disco: The Prodigal Son
Sello: Fantasy/Caroline
Calificaci¨®n: 7 sobre 10
Uno piensa que ha tenido una vida bendita: aprobaci¨®n cr¨ªtica, margen para hacer lo que le apeteci¨®, alg¨²n superventas. Y resulta que no, suele manifestarse col¨¦rico con el mundo. Enfadado con los Rolling Stones, que ¨Casegura- le robaron ideas ?en 1969! Irritado con las t¨¦cnicas de grabaci¨®n modernas (aunque, all¨¢ por 1979, alardeaba de que su Bop Till You Drop era el primer LP grabado digitalmente en 32 pistas). Indignado, en fin, con ese proletariado estadounidense que lleva d¨¦cadas votando a los republicanos.
Atenci¨®n: el problema no reside en que resulte dif¨ªcil como entrevistado. Lo peligroso es que Ry, cuando se pone dogm¨¢tico, demasiadas veces suena avinagrado, como ese amigo dado a sermonear al que desear¨ªas gritar ¡°coincido contigo pero, por favor, para ya¡±.
Con esos precedentes, me alegra informar que The prodigal son evita las rega?inas. La defensa de exiliados y emigrantes corre a cargo del Everybody Ought to Treat a Stranger Right, un g¨®spel blues que por primera vez se grab¨® en 1930. Hay humor en Gentrification, uno de los tres temas propios, donde el habitante de un cuartucho se pregunta qu¨¦ demonios quieren los modernos ¨C¡°los Hombres Google¡±- en su barrio. Se permite imaginar un encuentro de Woody Guthrie con Jesucristo, donde este ¨²ltimo confiesa que ¡°me gustan m¨¢s los pecadores que los fascistas¡±.
Abundan las canciones religiosas, varias firmadas por evangelizadores ciegos (Blind Alfred Reed, Blind Roosevlt Graves, Blind Willie Johnson). Algunas han sido tuneadas: en You Must Unload a?ade palabras de Johnny Cash. En el tema Prodigal Son da un giro a la par¨¢bola del hijo pr¨®digo, que aqu¨ª blasfema: estaba buscando a Dios y ¨Csorpresa, sorpresa- lo m¨¢s cerca que estuvo fue en un club de Bakersfield, cuando vio tocar a Ralph Mooney, prodigio en la steel guitar y acompa?ante de Merle Haggard.
Ry puede ser septuagenario pero conserva sus recursos: tiene la capacidad de sonar feroz cuando se necesita (esas guitarras afiladas) o incluso tierno (la voz de Harbor of Love). Desde hace tiempo, colabora con su hijo Joachim, responsable de unos loops que quitan telara?as al material, aqu¨ª particularmente efectivos en Nobody¡¯s Fault But Mine.
The Prodigal Son pierde algo de su fuerza en la segunda mitad, cuando los Cooder se engolosinan y alargan demasiado los temas, hasta que doblan la duraci¨®n original. Aunque no s¨¦ si me atrever¨ªa a dec¨ªrselo a la cara.
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Autor:?Ry Cooder.
Sello: Universal Music.
Formato: MP3, CD y disco de vinilo.
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