Iga Swiatek, o cuando ¡®la mala¡¯ de la pel¨ªcula es muy buena
¡°Quiz¨¢ parezca despiadada, pero no es as¨ª¡±, dice la semifinalista, de castigo en castigo: solo Sharapova (9), Seles (12) y Graf (13) cedieron menos juegos que ella (14)
?Peligro, viene Swiatek!
Y lo hace la polaca al esprint, como una locomotora, de recital en recital: le toca este mi¨¦rcoles a Emma Navarro el turno de castigo, resuelto en 1h 29m: 6-1 y 6-2. Meritorio lo de la estadounidense, si se tiene en cuenta lo que ha ido sucediendo estos d¨ªas, las sacudidas previas: un juego le ara?¨® Eva Lys (6-0 y 6-1, en 59 minutos), otro Emma Raducanu (6-1 y 6-0, en 1h 10m) y dos Sramkova (6-0 y 6-2, en 1h); Siniakova, otra representante de la abundancia checa, lleg¨® m¨¢s lejos que ninguna (6-3 y 6-4, en 1h 21m). Parece la mala de la pel¨ªcula, pero no lo es. Simplemente, dice Iga Swiatek que ella va a lo suyo, que a fin de cuentas es ganar y, a ser posible, cuanto antes y con mayor contundencia mejor. Avanza sin freno la polaca por ahora y se topar¨¢ en las semifinales con la estadounidense Madison Keys (3-6, 6-3 y 6-4 a Elina Svitolina). Que se prepare. ?O no?
¡°En la pista tienes que ser despiadada¡±, razona cuando se le pregunta sobre la v¨ªa elegida en Melbourne; esto es, de tunda y tunda hasta que alguna no diga lo contrario. Visto lo visto, tal vez pueda ser Aryna Sabalenka ¡ªsiempre y cuando la bielorrusa pueda con Paula Badosa en la semifinal del jueves, 9.30, Eurosport y Max¡ª la ¨²nica que pueda pararle los pies y hasta cierto punto sorprende. Despu¨¦s de que se anunciase a finales de noviembre su positivo por trimetazidine (melatonina) y de que la Agencia Internacional para la Integridad en el Tenis (ITIA) considerara que la ganadora de cinco Grand Slams, de 23 a?os, se contamin¨® de manera fortuita porque quer¨ªa atenuar el jet-lag, se sospechaba que a la tenista pod¨ªan pesarle las circunstancias, sin olvidar adem¨¢s que en Australia a¨²n no hab¨ªa logrado franquear la barrera de los octavos de final.
Sin embargo, ella mira al frente y cabalga. ¡°Debes ser despiadada, aunque despiadada suela significar algo negativo. Pero creo que para m¨ª es importante centrarme en m¨ª misma y tener siempre la misma actitud, independientemente del resultado. En eso baso mi fuerza, mi constancia y la forma en la que sigo haciendo lo bueno que hago en la pista. Tal vez parezca despiadada, pero no es mi objetivo; solo quiero ganar m¨¢s y m¨¢s partidos, y este es el efecto que he conseguido en los ¨²ltimos encuentros; ahora tengo m¨¢s confianza. No suelo llegar tan lejos en los Grand Slams, excepto en Roland Garros¡±, prorroga en este mi¨¦rcoles de viento fr¨ªo e inmisericorde en lo ten¨ªstico, porque ah¨ª est¨¢ ella, dura y sin ceder un paso, repartiendo estopa, y por ah¨ª se asoma tambi¨¦n con vehemencia el l¨ªder de la ATP, otro sin ning¨²n miramiento, Jannik Sinner.
¡°Se ha puesto en modo monstruo¡±, ilustra uno de sus preparadores, Simone Vagnozzi. ¡°He sentido algo similar a un guantazo en la cara¡±, describe Alex de Mi?aur, vencido por 6-3, 6-2 y 6-1; no da el pa¨ªs aussie con un campe¨®n masculino desde 1976, entonces Mark Edmondson. Y el italiano dice sentirse mucho mejor, despu¨¦s de que dos d¨ªas antes sufriera mareos y temblores porque se levant¨® con mal temple y el bochorno y el calor trastocaron su organismo. ¡°Tras el partido contra Rune me hice un an¨¢lisis de sangre y est¨¢ todo bien¡±, tranquiliza. ¡°Estoy feliz de sacar un buen tenis cuando importa¡±, a?ade tras el meneo al local. Le tocar¨¢ un baile con el bombardero Ben Shelton, que ha batido antes a Lorenzo Sonego (6-4, 7-5, 4-6 y 7-6(4) y vuelve a lucir en unas semifinales, despu¨¦s de que alcanzase las del US Open de 2023.
Pero volviendo a Swiatek, 10 sets jugados y otros tantos ganados. Una bala. No regala nada la de Varsovia, que con los 14 juegos entregados en direcci¨®n a la pen¨²ltima ronda se sit¨²a solo por detr¨¢s de Maria Sharapova (9 en 2013), Monica Seles (12 en 1991) y Steffi Graf (13 en 1989). Campeonaron Graf y Seles, no as¨ª Masha, eliminada por Na Li. ¡°Empujo a mis rivales de principio a fin de los partidos. Me centro en m¨ª misma, sin que importe cu¨¢l sea el marcador. Esa es mi idea¡±, incide la n¨²mero dos, que persigue el uno y para ello debe dar el golpe. Progresa con pu?o de acero, a su estilo, implacable otra vez. 14 juegos, cifra asombrosa pero lejos de la registrada por la francesa Mary Pierce en el Roland Garros de 1996: fueron solo seis hasta el desembarco en las semifinales. En el episodio final, se cruz¨® en su camino una tal Arantxa S¨¢nchez Vicario.
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