Militantes y escritores
Hay libros que se leen con un nudo en la garganta y las mand¨ªbulas tensas de rabia: me ha sucedido con 'Caso Cipriano Martos'

1. Martos
Hay libros que se leen con un nudo en la garganta y las mand¨ªbulas tensas de rabia. Me ha sucedido con el reportaje de investigaci¨®n y denuncia Caso Cipriano Martos, del periodista Roger Mateos (Anagrama). Martos (?1942?-1973) naci¨® en una familia de jornaleros en uno de los rincones m¨¢s m¨ªseros de la Granada de posguerra, donde los vencedores actuaban a¨²n con la impunidad de se?ores de horca y cuchillo fascista. Emigr¨®: Sabadell, Terrassa, Igualada y Reus fueron escenarios de su vida adulta en los que la pobreza, el hacinamiento y la miseria eran parte esencial del entorno. Hombre solitario y t¨ªmido, el descubrimiento de la militancia fue tambi¨¦n el de la amistad y, quiz¨¢s, el del amor. Se afili¨®, como numerosos inmigrantes del sur en la Catalu?a desarrollista, al FRAP (su presidente de honor fue el exministro de la Rep¨²blica Julio ?lvarez del Vayo), y a su matriz, el PCE (marxista-leninista), fundado en 1964 por los que consideraban a Carrillo un ¡°renegado vendepatrias¡± y cre¨ªan que Enver Hoxha y Mao marcaban el camino de la revoluci¨®n que hab¨ªan abandonado los ¡°traidores revisionistas¡± del PCUS. El FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), que surgi¨® a principios de los setenta como brazo de agitaci¨®n e intervenci¨®n de masas del estalinista y sectario PCE (m-l), dirigido desde el exilio por los duunviros Elena ?dena y Ra¨²l Marco, no rehu¨ªa la violencia contra la polic¨ªa (cuatro asesinados entre 1973 y 1975) y empresarios de la ¡°oligarqu¨ªa proimperialista¡±. La polic¨ªa someti¨® a la organizaci¨®n a una despiadada represi¨®n que culminar¨ªa con la ejecuci¨®n, en septiembre de 1975 (dos meses antes de que el dictador muriera en su cama), de tres militantes del PCE (m-l) junto con dos de ETA. Martos no mat¨® a nadie, pero particip¨® en muchas ¡°acciones¡± de entonces, entre ellas en robos justificados con el eufemismo de ¡°recuperaciones de la plusval¨ªa¡±. Las condiciones de la clandestinidad eran precarias, a menudo por falta de medios o por el aventurerismo de los responsables. En las normas para la seguridad del partido (redactadas por los dirigentes en el exilio), que conoc¨ªan todos los militantes, se dec¨ªa a prop¨®sito de las torturas: ¡°Un comunista debe tener presente en todo momento que puede perderlo todo menos su honor revolucionario. M¨¢s vale dejar la vida, si fuera preciso, en manos de los verdugos del r¨¦gimen que traicionar al partido¡±. Martos, el antih¨¦roe y m¨¢rtir de esta historia terrible, fue detenido, cruelmente torturado y (probablemente) asesinado por la polic¨ªa en 1973, que no debi¨® de sacarle mucha informaci¨®n. Quiz¨¢s por ello le obligaron a beberse el contenido de un c¨®ctel molotov: con el tubo digestivo destrozado, muri¨® en medio de espantosos dolores. Lo enterraron a escondidas y no permitieron que su familia viera el cad¨¢ver. Su terrible historia es una de las m¨¢s ignoradas ¡ªpero no la ¨²nica¡ª del tardofranquismo. El libro de Mateos, repleto de preguntas sin respuesta, se subtitula ¡°Vida y muerte de un militante antifranquista¡±.
2. Escritores
No recuerdo bien si fue John Braine o su maestra Dorothea Brande ¡ªautores de famosos libros de autoayuda para escritores¡ª quien contaba la an¨¦cdota. La escena hab¨ªa tenido lugar en una clase de escritura creativa atestada de alumnos ansiosos de que el Gran Escritor invitado para la ocasi¨®n les revelara el secreto para convertirse en escritores. El Gran Escritor entr¨® en el aula y, despu¨¦s de saludar, se par¨® en la tarima y, dirigiendo a su p¨²blico una mirada abarcadora, pidi¨® que levantaran la mano todos los que quer¨ªan serlo. No hubo nadie que no lo hiciera, para eso hab¨ªan pagado, para eso hab¨ªan abarrotado el local esperando la Palabra. El Gran Escritor los mir¨® de nuevo y les espet¨®: ¡°?Entonces, qu¨¦ demonios est¨¢is haciendo aqu¨ª en vez de estar escribiendo?¡±. Fin de la an¨¦cdota. Recuerdo que en mis primeras visitas a las librer¨ªas estadounidenses me llam¨® la atenci¨®n la cantidad de libros de autoayuda para escritores; los hab¨ªa de toda clase y para todas las necesidades y caracter¨ªsticas personales. Y una curiosidad: su presencia en las estanter¨ªas era m¨¢s abundante en las librer¨ªas de ciudades que padec¨ªan inviernos largos, cuando la gente sale menos de casa. Que le regalen a alguien que desea ser escritor un bonito cuaderno en blanco es una tentaci¨®n, pero tambi¨¦n un reto y hasta un incordio. Incluso para quien ya lo es, y se encuentra sobre la mesa ese testigo mudo que, sin decir (a¨²n) nada, exige respuesta. Eso es lo que le sucedi¨® al periodista, novelista, ensayista (y, ahora, poeta) Jes¨²s Ruiz Mantilla: cuando cumpli¨® 50 a?os, sus hijas le retaron a que ¡°llenara¡± el cuaderno que le regalaron. Y lo hizo: Al d¨ªa (Galaxia Gutenberg) es, m¨¢s o menos, aquel cuaderno en el que JRM consign¨®, como en un diario intermitente, ideas, viajes, poemas, m¨²sicas, encuentros con periodistas que le ense?aron (Bastenier, por ejemplo) y escritores o poetas que admira (Cercas, Mu?oz Molina y, aunque me entren micropicores s¨®lo de pensarlo, tambi¨¦n Sabina). El libro se deja leer bien y dice mucho acerca del autor de Yo, Farinelli, el cap¨®n, incluso a quienes cre¨ªamos conocerlo. En cuanto a los libros de autoayuda para escritores, ahora tambi¨¦n abundan en el mercado espa?ol: escribir es hoy una opci¨®n ¡°profesional¡± respetable, como demuestran blogs y youtubers con centenares de miles de seguidores. El ¨²ltimo de esta clase que ha llegado a mis manos es 50 consejos para ser escritor (Seix Barral), del novelista Colum McCann, un autoayuda digno por alguien que conoce los trucos y zozobras del oficio. De todas maneras, y en mi opini¨®n, el mejor libro en el mercado sigue siendo Becoming a Writer, de Dorothea Brande (Para ser escritor, C¨ªrculo de Tiza), un cl¨¢sico (1934) que ha ayudado a millares de escritores. Y que sale m¨¢s barato que matricularse en cursos de escritura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.