Los dos relojes del inspector
El Adamsberg de Fred Vargas es an¨¢rquico, sentimental, conflictivo con sus colegas aunque sin mala intenci¨®n, intuitivo y a la vez resignadamente racional
El inspector Adamsberg, protagonista un poco a pesar suyo de todas las novelas de Fred Vargas, lleva un reloj en cada mu?eca y ambos parados. No tiene mas remedio que preguntar la hora a sus subordinados, tan pintorescos como ¨¦l mismo, a los sospechosos¡ o invent¨¢rsela aproximadamente, lo que va con su car¨¢cter.
Los detectives de la era cl¨¢sica son dandis extravagantes, de inteligencia apabullante y perspicacia demoledora; los de la novela negra son desastrados, alcoh¨®licos e insobornables, siempre enamorados de quien no deben y en perpetua lucha contra el sistema, que es el criminal por antonomasia (?menudo rollo!); de vez en cuando aparece un polic¨ªa humanista como Maigret o cient¨ªfico como el inspector French de Freeman Willis Croft, etc¨¦tera. Pero Adamsberg no encaja en ninguna de estas categor¨ªas: es an¨¢rquico, sentimental, conflictivo con sus colegas a pesar de que carece de mala intenci¨®n, intuitivo y a la vez resignadamente racional. Da la impresi¨®n de que los casos se van urdiendo a su alrededor sin que ¨¦l pueda evitarlo, como en el proceso de cristalizaci¨®n que Stendhal aplic¨® al amor. El mal le desaf¨ªa y le desconcierta, como al lector que le sigue fascinado.
Kipling dijo que el secreto del buen novelista es narrar como si no entendiera del todo lo que est¨¢ contando. En el caso del g¨¦nero detectivesco esto es m¨¢s cierto todav¨ªa. Ahora que los pelmazos n¨®rdicos y sus ep¨ªgonos mediterr¨¢neos se empe?an en inyectarle sociolog¨ªa, Fred Vargas le ha practicado una trasfusi¨®n de surrealismo y toques del g¨¦nero g¨®tico a la francesa (?el gran Gaston Leroux!).
Las tramas y los ambientes de sus novelas no solo son misteriosos, como es de rigor, sino tambi¨¦n raros en detalles circunstanciales y en la trama principal, pero lo m¨¢s raro de todo es que el lector acaba acostumbr¨¢ndose y se hace familiar de lo ins¨®lito.
No hay autora con un estilo tan reconocible y personal, pero a la vez nunca se repite: todos sus libros son distintos, con personalidad propia. Seguro que alg¨²n pedante dir¨¢ que Fred Vargas es ¡°algo m¨¢s¡± que una autora de novelas de misterio: pues no, es precisamente eso y nada m¨¢s, lo que no impide que pueda ser considerada con todo merecimiento como una de las grandes escritoras francesas de la ¨¦poca.
Babelia
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