El regreso de los titanes
?lbumes in¨¦ditos de Grant Green, Dexter Gordon y Woody Shaw revitalizan la actualidad discogr¨¢fica del jazz
Encontrarse con Grant Green, Dexter Gordon o Woody Shaw en las estanter¨ªas de novedades es un sue?o para cualquier aficionado al jazz. Y no en clave de resurrecci¨®n, sino de pura novedad discogr¨¢fica, de ¨¢lbum in¨¦dito surgido de los hallazgos de productores como Zev Feldman o Jordi Soley, que aprovechan cada recurso del que disponen para rastrear, localizar, adquirir y publicar con mimo cintas que van apareciendo aqu¨ª y all¨¢. ?C¨®mo? En muchas ocasiones, por medio de los propios herederos de un artista; en otras, gracias a los archivos de una radio o televisi¨®n, como ocurre con el fabuloso Funk in France, que recupera dos sesiones de Grant Green en 1969 y 1970 en las que el guitarrista est¨¢ soberbio. Junto a Slick!, el otro ¨¢lbum in¨¦dito de Green reci¨¦n publicado por Resonance Records, conforma una instant¨¢nea impagable del influyente guitarrista que en esa primera mitad de los setenta sumergi¨® al jazz en el funk como pocos.
En esa misma d¨¦cada despunt¨® tambi¨¦n Maxine Gordon ¡ªnombre que solo sonar¨¢ a los jazz¨®filos m¨¢s avezados¡ª, cuyo papel en la vida y en la carrera de dos m¨²sicos tan apabullantes como Dexter Gordon y Woody Shaw fue decisivo: responsable directa del regreso de Dexter a Estados Unidos en 1976, por aquel entonces era m¨¢nager y esposa de Shaw, colaboradora del legendario productor Michael Cuscuna y, poco despu¨¦s, m¨¢nager a su vez de Gordon, con quien se casar¨ªa tambi¨¦n tras separarse de Shaw a principios de los ochenta.
Fue Maxine quien convenci¨® al esc¨¦ptico due?o del c¨¦lebre club neoyorquino Village Vanguard de que contratase a Gordon en 1976, a pesar de sus sospechas de que ¡°todo el mundo se ha olvidado de ¨¦l, ha estado fuera demasiado tiempo¡±, y fue tambi¨¦n elemento esencial en el fichaje por parte de la multinacional Columbia tanto de Gordon como de Shaw, logros que cristalizaron en un ¨¢lbum cl¨¢sico del saxofonista: Homecoming.
Ahora, Maxine Gordon ha colaborado estrechamente con Cuscuna y con el productor catal¨¢n Jordi Soley para alumbrar dos discos de enorme importancia hist¨®rica e incuestionables cualidades musicales en el sello Elemental Music. Mucho m¨¢s que unas grabaciones in¨¦ditas de un par de titanes del jazz, estos dos conciertos registrados en Tokio se sit¨²an en momentos clave de las discograf¨ªas de ambos l¨ªderes.
En el caso de Dexter Gordon, el concierto se registr¨® en octubre de 1975, al final de un exilio voluntario en Europa que se alarg¨® m¨¢s de una d¨¦cada y que concluir¨ªa al a?o siguiente con su encuentro con Maxine y el mencionado regreso definitivo a su pa¨ªs. Acompa?ado por sus fieles compa?eros musicales en las noches de su Copenhague adoptiva, Kenny Drew, Niels-Henning ?rsted Pedersen y Albert Tootie Heath, el saxofonista se muestra plet¨®rico a lo largo de toda la grabaci¨®n, con su elocuencia y su inagotable capacidad improvisadora reluciendo en cada tema.
Seis a?os despu¨¦s, Woody Shaw actuaba en la capital nipona con el que fue probablemente su grupo m¨¢s s¨®lido, formado por Steve Turre, Mulgrew Miller, Stafford James y Tony Reedus, en un momento clave de su carrera marcado por su salida de Columbia Records y por la madurez precoz de su sonido, que le situaba ya como una de las voces m¨¢s relevantes de la trompeta jazz¨ªstica. La m¨²sica que factura el quinteto en el ¨¢lbum Tokyo¡¯81 es acorde a esta circunstancia: deliciosa y due?a de esa vigencia que transmiten los grandes creadores. Como Green, Gordon y todas esas leyendas que, muy probablemente, tienen a¨²n unas cuantas joyas escondidas en s¨®tanos y almacenes esperando a que un productor con ojo y recursos las publique.
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