La primera noche que se bail¨® ¡®techno¡¯ en Ramala
Sama Abdulhadi llev¨® la electr¨®nica a su tierra al final de la Segunda Intifada. Ahora la carrera de la primera DJ palestina empieza a despegar a nivel internacional
Cuando el cotidiano en los territorios palestinos eran las balas y los muertos, Sama Abdulhadi (Am¨¢n, 1991) organiz¨® su primera fiesta. Ten¨ªa 16 a?os, un equipo de altavoces que le hab¨ªa prestado su padre y una mesa de mezclas del tama?o de una caja de zapatos. Tambi¨¦n dos discos que le trajo su hermano mayor del extranjero y que fueron los que sonaron en bucle esa noche, ante un grupo de adolescentes expectantes. ¡°Tampoco fue un ¨¦xito. La gente no entend¨ªa mucho, aunque s¨ª bailaron algunos¡±, concede Abdulhadi, que en 2006, con los ¨²ltimos coletazos de violencia de la Segunda Intifada contra Israel, dio a conocer un nuevo sonido a sus amigos de la ciudad de Ramala mucho antes de convertirse en la primera DJ palestina.
¡°Hace unos meses ni me planteaba vivir de esto. Me lo tendr¨¦ que tomar en serio¡±, bromea la artista, que de predicar en soledad la m¨²sica techno ha pasado a tener una agenda de actuaciones internacionales con parada en Madrid. Hasta alcanzar esa ¡°improbable profesi¨®n¡±, la joven ya se hab¨ªa adue?ado de libertades y hab¨ªa cultivado pasiones que no compart¨ªa con la mayor¨ªa de compa?eras del colegio, pero siempre con el apoyo de sus padres: jug¨® al f¨²tbol, llev¨® el pelo corto, visti¨® con sudaderas anchas y, por ¨²ltimo, empez¨® a poner canciones en bares.
En el ambiente m¨¢s relajado y cosmopolita de Ramala, Abdulhadi vivi¨® la otra cara de una ciudad que al caer el sol se resist¨ªa a renunciar a la diversi¨®n pese a la omnipresencia de los soldados israel¨ªs. All¨ª arranc¨® su carrera sumando dosis de imaginaci¨®n a una exigua colecci¨®n de discos: ¡°Como no ten¨ªa referentes a los que acudir encontr¨¦ inspiraci¨®n en pel¨ªculas como 8 millas. Vi a chicos detr¨¢s de los platos y empec¨¦ a quererlos imitar. Luego al irme a otro pa¨ªs a los 19 me di cuenta de que no ten¨ªa ni idea de pinchar¡±, explica con la sonrisa pegada al rostro, tras su directo en un foro sobre vida nocturna organizado por NIX en la capital espa?ola.
Durante diez a?os, la actividad de la DJ se mantuvo como una afici¨®n en paralelo a una carrera acad¨¦mica y profesional como t¨¦cnico de sonido en L¨ªbano, Egipto e Inglaterra. Ahora, gracias a una residencia becada en Francia, prepara un ¨¢lbum de siete canciones. Bajo la estela de otras productoras de Oriente Pr¨®ximo como la libanesa Nicole Moudaber, dice que incorporar¨¢?a la electr¨®nica contundente de sus dos anteriores trabajos elementos tradicionales como cantos religiosos e instrumentos del folclore ¨¢rabe.
¡°S¨¦ que muchos me descubren porque vengo de d¨®nde vengo. Me parece bien esa curiosidad. Para mi, la m¨²sica tiene un lenguaje m¨¢s universal y m¨¢s ¨²til que lanzar piedras¡±. La artista no se siente abanderada de ninguna causa ni quiere ser representante de los manifestantes abatidos a tiros durante la reciente escalada de violencia en la franja de Gaza, aunque s¨ª insiste en reivindicar su identidad. Nacida en Jordania de padres palestinos exiliados, la productora que nunca ha pisado ni quiere pisar Tel-Aviv estuvo muy involucrada en la hist¨®rica presencia de Palestina en la pasada edici¨®n del festival de cine en Cannes, donde por primera vez tuvo un pabell¨®n nacional. ¡°A los 10 a?os, al poco de regresar a Ramala, unos soldados nos echaron de casa para registrar todo. Yo s¨¦ que soy una privilegiada y en mi familia nunca hemos sufrido violencia, pero esto te marca¡±.
Abdulhadi no pierde la ocasi¨®n de rememorar el ¡°entorno de solidaridad y fraternidad¡± en el que creci¨® y recuerda con nostalgia su ni?ez. Le gusta regresar a menudo a la ciudad donde fue pionera y donde intuye que, poco a poco, algo est¨¢ cambiado: ¡°No tenemos los clubs que hay en Beirut, Dub¨¢i o aqu¨ª en Madrid, claro. Pero ya hay decenas de DJs en activo y el a?o pasado vino [el compositor y productor] Nicolas Jaar dos veces. ?Es una pasada, no?¡±.
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