El segundo crucificado de la historia
La arqueolog¨ªa solo ha identificado dos cuerpos de personas que hayan sufrido ese tormento en la antig¨¹edad


Por motivos sobre los que no es necesario extenderse mucho, sobre todo en los pa¨ªses de ¨¢mbito cristiano, la crucifixi¨®n es un tormento que aplicaban los antiguos romanos universalmente conocido. Sin embargo, las evidencias arqueol¨®gicas de esta dolorosa forma de ejecutar a un condenado son casi inexistentes. Hasta ahora solo se hab¨ªa descubierto un caso, un hombre llamado Yehohanan, que muri¨® de esta forma atroz en el siglo I en Jerusal¨¦n, m¨¢s o menos en la ¨¦poca de Jes¨²s. Su cuerpo fue descubierto en 1968. Sin embargo, en Italia se ha identificado ahora un segundo esqueleto con muestras de haber sido crucificado.
Un art¨ªculo publicado recientemente por la revista Archaeological and Anthropological Sciences narra la historia del segundo crucificado que ha llegado hasta nosotros: se trata del cuerpo de un hombre de unos 30 a?os, que fue encontrado por casualidad durante unas excavaciones preventivas antes de la construcci¨®n de un gasoducto en Gavello, una localidad del norte de Italia, situada cerca del Delta del Po. Durante una d¨¦cada, estos restos han sido analizados por un equipo cient¨ªfico multidisciplinar.
A diferencia del cad¨¢ver descubierto en Jerusal¨¦n, en este caso no existe ning¨²n dato sobre la identidad del desdichado. Solo que se trata de un cuerpo descubierto en una necr¨®polis romana en la llamada tumba n¨²mero 7. "No hab¨ªa ning¨²n otro material ni ning¨²n objeto en la tumba que permitiese una identificaci¨®n m¨¢s precisa. Solo se encontr¨® el esqueleto", explican por correo electr¨®nico Ursula Thun y Emanuela Gualdi-Russo, dos profesoras de la Universidad de Ferrara (Italia) que participaron en la investigaci¨®n y que firman el art¨ªculo junto a otros tres autores. Thun es profesora del departamento de Humanidades, experta en prehistoria y antropolog¨ªa, mientras que Gualdi-Russo pertenece al departamento de especialidades biom¨¦dicas y quir¨²rgicas.
Los ex¨¢menes llevados a cabo en el cuerpo mostraron una herida en el tal¨®n derecho compatible con una crucifixi¨®n. Se trata de una lesi¨®n circular y transversal. "Como escribimos en el art¨ªculo, puede ser el segundo caso investigado que demuestra el uso de clavos en una crucifixi¨®n. Se trataba de un castigo muy complejo y no siempre se utilizaban los clavos", explican las profesoras Thun y Gualdi-Russo. "En numerosos casos los condenados eran atados a la cruz utilizando sogas en vez de clavos, pero de esto no hay evidencias arqueol¨®gicas", agregan.
Solo la movilizaci¨®n de un equipo multidisciplinar de dos universidades, las de Ferrara y Florencia, ha permitido llegar a esta conclusi¨®n porque era necesario mezclar los conocimientos hist¨®ricos sobre la forma en que los romanos aplicaban este suplicio con los estudios antropol¨®gicos, para determinar qu¨¦ puede causar ciertas lesiones en un hueso, en esta ocasi¨®n un clavo. En el caso del cuerpo descubierto en Jerusal¨¦n en 1968 todo fue mucho m¨¢s claro porque entonces apareci¨® no solo el clavo fundido despu¨¦s de 20 siglos con el hueso del tal¨®n, sino tambi¨¦n peque?os restos de la madera de olivo con la que fue construida la cruz.
Rebeli¨®n de Espartaco
Aunque se han barajado muchas hip¨®tesis, entre otras que se pensaba que los clavos de un crucificado ten¨ªan propiedades curativas y, por lo tanto, eran muy codiciados, sigue siendo un misterio el motivo por el que se han descubierto tan pocos cad¨¢veres de v¨ªctimas de esta condena a muerte, tan com¨²n sin embargo en la antigua Roma. Como escribi¨® en un art¨ªculo en la revista de Biblical Archeology Society Vassilios Tzaferis, el arque¨®logo que descubri¨® el cuerpo de Yehohanan: "Si nos basamos en fuentes literarias antiguas, sabemos que decenas de miles de personas fueron crucificadas durante el Imperio romano. S¨®lo en Palestina, fueron miles. Sin embargo, hasta 1968 ni una sola v¨ªctima de esta horrible forma ejecuci¨®n ha sido recuperada por la arqueolog¨ªa".
La crucifixi¨®n no era un castigo romano: fue ampliamente practicada por asirios, fenicios y persas durante el primer milenio antes de Cristo. "Al final del primer siglo antes de Cristo, Roma adopt¨® la crucifixi¨®n como pena oficial para ciudadanos no romanos para algunas transgresiones. Al principio no era una forma de ejecuci¨®n, sino un castigo", escribe Tzaferis en el mismo art¨ªculo. Recuerda que Flavio Josefo habla de 800 v¨ªctimas crucificadas en un solo d¨ªa durante la revuelta jud¨ªa del a?o 7 de nuestra era y apunta que, en 71AC, 6.000 supervivientes de la rebeli¨®n de esclavos de Espartaco fueron sometidos al tormento de la cruz. Por no hablar, claro, de la muerte de Jesucristo. Sin embargo, la arqueolog¨ªa, hasta 1968 y 2018, hab¨ªa guardado un silencio sepulcral.
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