Dos de los autores m¨¢s inteligentes del mundo antiguo, lectura perfecta para Semana Santa
Los textos de Flavio Josefo y T¨¢cito se encuentran entre las raras referencias a la muerte de Cristo en fuentes no cristianas
El mundo cristiano recuerda en Semana Santa el acontecimiento m¨¢s misterioso e importante de la historia occidental: la muerte de Jes¨²s en la cruz en Jerusal¨¦n, un hecho que se encuentra en el coraz¨®n mismo de la doctrina del cristianismo. Podemos hablar de "hecho" porque la inmensa mayor¨ªa de los investigadores, creyentes o ateos, consideran que se trata de un suceso hist¨®rico y que, efectivamente, un hombre, considerado un profeta por sus seguidores y un agitador por sus detractores, fue ajusticiado por los romanos, que le aplicaron uno de sus castigos m¨¢s crueles, la crucifixi¨®n. Las fuentes que lo documentan son, sin embargo, escasas y contradictorias y los rastros arqueol¨®gicos, inexistentes.
Los Evangelios no se ponen de acuerdo ni en la narraci¨®n de las ¨²ltimas jornadas de Jes¨²s, ni siquiera en el d¨ªa en que muri¨®. Por ejemplo, el famoso momento en el que Poncio Pilatos se lava las manos solo aparece en Lucas. Las fuentes no cristianas son muy escasas, fundamentalmente tres: dos escritores jud¨ªos, Flavio Josefo y Fil¨®n de Alejandr¨ªa, y uno romano, el historiador T¨¢cito. Sobre Fil¨®n sabemos muy poco. En cambio sobre T¨¢cito y Flavio Josefo tenemos bastantes datos y podemos considerarlos dos de los personajes m¨¢s extraordinarios del mundo antiguo.
T¨¢cito, escritor y pol¨ªtico romano, vivi¨® entre los a?os 55 y 120 y relat¨® la historia de los primeros emperadores en sus Anales, considerados una obra maestra pese a que llegaron hasta nosotros de forma incompleta. Su declaraci¨®n de intenciones a la hora de escribir la historia de la dinast¨ªa Julio-Claudia (a la que pertenecieron Ner¨®n o Cal¨ªgula) se mantiene como un principio para cualquier investigador (o periodista): narrar "sin ira y sin parcialidad" (sine ira et studio).
En el libro 15, fragmento 44, escribe uno de los pasajes m¨¢s famosos ¡ªtal vez el m¨¢s famoso¡ª de toda la literatura latina porque confirma a la vez la existencia de Jes¨²s y las primeras persecuciones contra los cristianos en Roma, bajo Ner¨®n. Richard Holland define este texto en Nero. The man behind the myth como "el documento secular de la antig¨¹edad examinado con una mayor profundidad". As¨ª es el fragmento (en traducci¨®n de Crescente L¨®pez de Juan para Alianza Editorial): "Ner¨®n busc¨® r¨¢pidamente un culpable e infligi¨® las m¨¢s exquisitas torturas sobre un grupo odiado por sus abominaciones, que el populacho llama cristianos. Cristo, de quien toman el nombre, sufri¨® la pena capital durante el principado de Tiberio de la mano de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos, y esta da?ina superstici¨®n resurgi¨® no s¨®lo en Judea, fuente primigenia del mal, sino tambi¨¦n en Roma, donde todos los vicios y los males del mundo hallan su centro y se hacen populares".
"T¨¢cito es uno de los mejores historiadores de todos los tiempos y es el gran analista de la autocracia", aseguraba en una entrevista reciente el historiador brit¨¢nico Tom Holland, autor de libros como Rubic¨®n o Dinast¨ªa. Auge y ca¨ªda de la casa de C¨¦sar. "Entiende aquello que hace que una autocracia funcione, entiende el efecto corruptor que el poder tiene sobre quien lo ejerce. Por eso en cualquier periodo en el que la sombra de una autocracia cae sobre un pa¨ªs, siempre se ha le¨ªdo a T¨¢cito y siempre ha sido valorado. Creo que, sobre todo gracias a T¨¢cito, ese periodo, el final de la Rep¨²blica romana, sigue viviendo en el imaginario occidental y es el ejemplo primario de una tiran¨ªa". La gran historiadora Mary Beard, autora de SPQR entre otras obras, se?al¨® tambi¨¦n sobre este historiador en otra entrevista: "Nunca ha habido un mejor analista de la corrupci¨®n del poder".
El otro testimonio crucial proviene de la obra de Flavio Josefo, historiador y pol¨ªtico del siglo I de nuestra era, que encabez¨® una rebeli¨®n contra los romanos, aunque luego acab¨® trabajando para ellos. Su libro La guerra de los jud¨ªos es considerado tambi¨¦n una de las grandes obras de la antig¨¹edad y su vida ha sido minuciosamente estudiada como un ejemplo de astucia e inteligencia. Presenci¨® la destrucci¨®n de Jerusal¨¦n bajo las tropas del emperador Tito.
De todas las historias que cuenta y se cuentan sobre ¨¦l, la m¨¢s famosa es el llamado "problema de Flavio Josefo" cuando logr¨® sobrevivir a un suicidio colectivo durante la destrucci¨®n de Jotapata por los romanos. Cuarenta supervivientes huyeron y, escondidos en una cueva, decidieron suicidarse. Flavio Josefo, que se encontraba entre ellos, les convenci¨® de que el suicidio era una mala soluci¨®n, porque si alguien se arrepent¨ªa se salvar¨ªa. Ide¨® un sorteo en el que el n¨²mero uno matar¨ªa al n¨²mero dos y as¨ª sucesivamente. A ¨¦l le toc¨® el ¨²ltimo n¨²mero y los matem¨¢ticos todav¨ªa se devanan los sesos para entender c¨®mo logr¨® esa posici¨®n y, por lo tanto, sobrevivir.
Su referencia a Jesuscrito aparece en el cap¨ªtulo XVIII de su libro Antig¨¹edades jud¨ªas y es conocido como el Testimonium Flavianum, aunque su autenticidad ha sido puesta en duda por numerosos historiadores, que consideran que se trata de fragmentos a?adidos posteriormente por uno o varios monjes medievales. Escrito hacia el a?o 93 de nuestra era, el texto reza: "En aquel tiempo apareci¨® Jes¨²s, un hombre sabio [si es l¨ªcito llamarlo hombre, porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad]. Y atrajo a muchos jud¨ªos [y a muchos de origen griego. Era el Cristo]. Y cuando Pilatos, a causa de una acusaci¨®n hecha por los hombres principales entre nosotros, lo conden¨® a la cruz, los que antes lo hab¨ªan amado no dejaron de hacerlo. Porque se les apareci¨® al tercer d¨ªa resucitado; [los profetas hab¨ªan anunciado ¨¦ste y mil otros hechos maravillosos acerca de ¨¦l]. Y hasta este mismo d¨ªa la tribu de los cristianos, llamados as¨ª a causa de ¨¦l, no ha desaparecido". Los corchetes son los fragmentos sobre los que existen m¨¢s dudas.
Su bi¨®grafa Mireille Hadas-Lebel explica en Flavio Josefo (Barcelona, Herder, 2009) que la pol¨¦mica empez¨® en el siglo XVI y que las dudas tienen son razonables. "El argumento cr¨ªtico es de sentido com¨²n: si Josefo hab¨ªa escrito estas l¨ªneas, es porque era cristiano, una fe que no profesaba". Hadas-Lebel explica que el fil¨®sofo ilustrado Voltaire fue uno de los grandes defensores de que se trataba de un fraude y se?ala que, desde el siglo XIX, los eruditos que examinan el texto desde un punto de vista teol¨®gico se dividen en dos: aquellos que consideran que todo el fragmento es un fraude y los que creen que solo lo son algunos a?adidos, que el resto es aut¨¦ntico. El problema est¨¢ en si se puede separar la teolog¨ªa de la historia, si se puede escribir sin ira y sin parcialidad sobre ese momento crucial para creyentes y ateos.
Babelia
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