El progreso
La ¨¦poca de la verdad y hasta de la verosimilitud han caducado
Hace tiempo que ha caducado la idea de ¡°progreso¡±. Su esplendor corresponde al siglo XIX y primeros del XX. El progreso de Lugo es el nombre de su peri¨®dico veterano, fundado en 1908. Pero tambi¨¦n el t¨¦rmino ¡°progreso¡± rotulaba los hoteles, los caf¨¦s o las pastillas de jab¨®n como una se?a de distinci¨®n y modernidad. De aquello no queda pr¨¢cticamente nada e incluso los que fueron ¡°progresistas¡± han ca¨ªdo en desuso.
El progreso significaba una l¨ªnea ascendente de la invenci¨®n y la tecnolog¨ªa que necesariamente incrementaba el bienestar y la felicidad. Esa l¨ªnea vertical y coincidente con la flecha del tiempo ha ido perdiendo cr¨¦dito. Ahora no se progresa sino que, en todo caso, se evoluciona. Ahora no se conf¨ªa en el progreso sino que su ideal est¨¢ rodeado de sospechas.
Como ocurre con el f¨²tbol moderno, la sociedad no avanza en vertical sino en horizontal. Todo equipo de f¨²tbol que pretenda alcanzar la meta con pelotas hacia adelante es tan anticuado como fallido. El proyecto avanza no hacia adelante sino hacia los lados. Lo mismo sucede con el baloncesto cuyo juego horizontal, tal como lo conocemos hoy, es una invenci¨®n norteamercana de 1981.
Desde la investigaci¨®n m¨¦dica hasta el arte no se responde al modelo en escalera sino que (como en la moda) las innovaciones se esparcen en fulgores paralelos que ocupan un plano sin per¨ªmetro definido.
Y el mundo de la cultura, de la educaci¨®n, del trabajo y, en general, de las relaciones sociales (relaciones en red) reproduce el mismo dibujo blando, no firme y dogm¨¢tico, sino laxo y plural. Esta es la raz¨®n de que sea rancio, a estas alturas, hablar de ¡°progreso¡± en su glorioso sentido inaugural. Todo ser¨ªa hoy progreso o retroceso seg¨²n las zonas, seg¨²n los casos, seg¨²n los tiempos. Una mejora tecnol¨®gica puede empeorar el medio ambiente, una energ¨ªa descontrolada puede conducir al exterminio. Una p¨ªldora medicinal puede resucitar o matar. O mentir. Todo a la vez.
Pero, igualmente, en la econom¨ªa social es dudoso que, por ejemplo, prestando m¨¢s ayudas a los necesitados se les redima mejor. Y es caracter¨ªstico que sea imposible definir una obra de arte como de mayor importancia que otra cuando el paradigma de lo mejor y lo peor en la creatividad ha desaparecido.
?Conclusi¨®n? La ¨¦poca de la verdad y hasta de la verosimilitud han caducado. La incertidumbre es la ley de la producci¨®n, la diversi¨®n y el cultivo. O el despilfarro.
Babelia
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