Simon Critchley, el fil¨®sofo que salta a todos los terrenos de juego
Tras sus ensayos sobre la fe y David Bowie, el brit¨¢nico, forofo del Liverpool, publica un libro de f¨²tbol: ¡°Ser hincha te obliga a creer en las hadas, a comportarte como un est¨²pido¡±
Como ayer se presentaba al p¨²blico el ensayo En qu¨¦ pensamos cuando pensamos en f¨²tbol (Sexto Piso), era natural que el autor, Simon Critchley (Hertfordshire, Inglaterra, 1960) se refiriese a la inesperada renuncia de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid. Zidane tambi¨¦n se retir¨® inesperadamente como jugador. ¡°Es un car¨¢cter extra?o para un futbolista¡±, dice Critchley. ¡°Creo que fue Virginia Woolf la que habl¨® de una oscuridad que es el yo. El yo es como un tibur¨®n, o un escualo, o una criatura bajo el agua¡ En Zidane se ve. Y se ve tambi¨¦n la melancol¨ªa de lo que se ha hecho, porque cuando algo se ha hecho, se ha acabado. ?Y ahora qu¨¦? ?Qu¨¦ ser¨¢ lo pr¨®ximo? ?l muere, como ya muri¨® cuando dej¨® de ser jugador, en 2006, y ahora, como entrenador, ha vuelto a morir. Y creo que es muy consciente de eso¡±.
El libro de Critchley tiene un cap¨ªtulo consagrado a ¡°la paradoja de Zidane¡±, a la verdad oscura y profunda que se advierte claramente, dice Critchley, debajo de la firmeza, el hermetismo y la severidad del rostro, y detr¨¢s del continuo movimiento del f¨²tbol: ¡°Un n¨²cleo de inmovilidad y silencio¡± o ¡°el esbozo de una interioridad inaccesible, de una realidad que se resiste a la mercantilizaci¨®n, de una atm¨®sfera¡±, atm¨®sfera que el autor relaciona con el retrato de Inocencio X de Vel¨¢zquez.
¡°En el f¨²tbol la suerte es importante, y el Real Madrid la tuvo en la final, pero la cuesti¨®n es: ?has creado suerte? Has de ayudarla. Sobre este tema me gusta citar a un campe¨®n de golf norteamericano que dice: ¡®Cuanto m¨¢s practico, m¨¢s suerte tengo¡±.
El fair play tiene m¨¦rito en este hombre que fue criado en una devoci¨®n fan¨¢tica por el Liverpool, club al que se siente unido por un compromiso religioso. ¡°Y en la creencia no solo de que mi equipo es muy bueno, sino de que sus seguidores son especiales y la cultura que lo rodea, ¨²nica¡±. Pasi¨®n y creencia que se ha asegurado de inculcar en su hijo.
Simon Critchley es un pensador que, despu¨¦s de unos a?os juveniles turbios y potencialmente peligrosos, se recicl¨® a trav¨¦s del estudio de la literatura y luego de la filosof¨ªa. ¡°Me le¨ª el canon de la literatura moderna europea del siglo XX. Los profesores de literatura no eran muy impresionantes, y en cambio los de filosof¨ªa eran excelentes maestros¡±.
Vocaci¨®n literaria
En parte por esa primera vocaci¨®n literaria, Critchley, catedr¨¢tico en la New School for Social Research de Nueva York, cuya reputaci¨®n internacional se vio abrillantada por su duelo de ideas con Zizek (quien a prop¨®sito de su libro Infinitely Demanding: Ethics of Commitment, Politics of Resistance le reproch¨® sus supuestos posmodernismo y escapismo), es un escritor ecl¨¦ctico, que no respeta las distancias entre alta y baja cultura; adem¨¢s de experimentos de teolog¨ªa pol¨ªtica como La fe de los que no tienen fe (Trotta), publica an¨¢lisis sobre el suicidio (en Alpha Decay) o libros en los que analiza fen¨®menos de la cultura popular como Bowie (Sexto Piso), escrito febrilmente bajo la impresi¨®n de la muerte del m¨²sico: ¡°Ninguna persona me ha proporcionado tanto placer como David Bowie a lo largo de toda mi vida¡±.
Bowie se puede leer como una meditaci¨®n sobre conceptos filos¨®ficos que Critchley considera sustanciales en la trayectoria y en las canciones del artista (cuyas letras, a menudo confusas, est¨¢n compuestas, seg¨²n revela el fil¨®sofo, siguiendo la t¨¦cnica aleatoria del cut-up de Burroughs) como el ¡°ser para la nada¡± de Heidegger y la ¡°escasez¡± y la ¡°moribundia¡± en Beckett. A la inversa, en el libro sobre f¨²tbol nos enteramos de que Heidegger ten¨ªa en su despacho un televisor escondido para seguir los partidos, especialmente los de la selecci¨®n alemana: ¡°A Heidegger le impresionaba Beckenbauer¡±. No alcanz¨® a conocer al autor de Ser y tiempo, que falleci¨® en 1976, pero s¨ª a Gadamer. Critchley ten¨ªa 26 a?os y el autor de Verdad y m¨¦todo, 86. ¡°?Y sabe de qu¨¦ hablamos? De f¨²tbol. Era un gran fan¡±. Una de las cosas que a este fil¨®sofo m¨¢s le gustan del f¨²tbol es el car¨¢cter social. ¡°El f¨²tbol es socialismo¡±, sostiene.
La pasi¨®n futbol¨ªstica es, afirma, una bendici¨®n para la gente, que en torno al duelo deportivo tiene acceso a un universo perfectamente ordenado y delimitado, y una alternativa a la vida cotidiana: ¡°Al mirar el f¨²tbol entramos en un mundo diferente, maravillosamente idiota¡±. Porque ¡°pese al cinismo, la corrupci¨®n y el capitalismo cr¨®nico propios de este deporte, ser hincha te obliga a creer en las hadas, a comportarte como un est¨²pido y a tener un cierto grado de optimismo¡±.
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