¡®Sexo en Nueva York¡¯, 20 a?os de la serie que cambi¨® la imagen de la mujer
La serie protagonizada por Sarah Jessica Parker fue el primer gran ¨¦xito comercial de HBO
El d¨ªa de su estreno, hace hoy 20 a?os, la serie Sexo en Nueva York comenzaba con una frase que era una declaraci¨®n de intenciones: ¡°Bienvenidos a la era sin inocencia. Nadie desayuna en Tiffany?s, y nadie tiene affairs para recordar. En su lugar desayunamos a las 7.30 de la ma?ana y tratamos de olvidar nuestros affairs lo m¨¢s r¨¢pido posible¡±. Se acabaron los cuentos de hadas.
La historia de cuatro mujeres que se ahogaban en cosmopolitans, probaban vibradores y cenaban siempre en restaurantes reales (mucha gente en Manhattan ve¨ªa la serie solo para enterarse de los sitios de moda) acab¨® cautivando a toda una generaci¨®n a la que nadie le hab¨ªa contado de verdad qu¨¦ pasaba por la mente, y la cama, de las chicas treinta?eras.
En realidad Sexo en Nueva York se adelant¨® a una forma de vivir el amor que hoy practicamos sin remordimientos. Pasar de pantalla en aplicaciones como Tinder era la moneda com¨²n en el Manhattan de principios de siglo, s¨®lo que en vez de hacerlo en el m¨®vil se hac¨ªa en persona. En EE UU las reglas de cortejo siempre han sido m¨¢s laxas, y es l¨ªcito estar saliendo con varias personas a la vez hasta que se decida que la relaci¨®n va en serio.
En esa jungla de sentimientos se empez¨® a mover en la d¨¦cada de los noventa la periodista brit¨¢nica Candace Bushnell, cuya desastrosa vida sentimental aparec¨ªa cada semana publicada en el peri¨®dico The New York Observer bajo el nombre de Sex and the City. Pronto esa colecci¨®n de desamores se convertir¨ªan en un libro que cay¨® en las manos del productor Darren Star (Melrose Place, Beverly Hills: 902010), quien supo inmediatamente que all¨ª ol¨ªa a ¨¦xito.
En un principio la ficci¨®n fue elegida por la cadena ABC, pero la historia sexual de cuatro mujeres solteras en Manhattan resultaba demasiado arriesgada para una cadena familiar. Finalmente fue HBO quien acept¨® el reto y comenz¨® un camino hacia el ¨¦xito cuya siguiente baldosa fue la producci¨®n de la serie de Los Soprano.
De todas las protagonistas, solo una, Kim Cattrall, Samantha en la ficci¨®n, era conocida por el gran p¨²blico. Ella era la estrella que deb¨ªa brillar por encima de una constelaci¨®n de secundarias que poco a poco fueron haci¨¦ndole sombra, algo que Cattrall nunca les perdon¨®.
Es de sobra conocido que la actriz nunca estuvo a gusto con su papel, entre otras cosas?Cattrall asegur¨® que la serie hab¨ªa terminado con su tercer matrimonio con el m¨²sico Mark Levinson. M¨¢s recientemente la actriz ha protagonizado un encendido enfrentamiento en Instagram con Sarah Jessica Parker, e incluso se ha negado a participar en la tercera pel¨ªcula de la saga, y eso que de todas sus compa?eras es probablemente la que menos rentabilidad ha obtenido de su fama.
Sarah Jessica Parker (Carrie en la serie) ha sabido sobrevivir al olvido convirti¨¦ndose en un icono de moda, y en la protagonista de alguna comedia rom¨¢ntica. M¨¢s suerte ha tenido Cynthia Nixon (Miranda), quien hace poco presentaba su candidatura para ser gobernadora?de Nueva York.
?Una serie feminista?
Precisamente el personaje de Nixon era el ¨²nico que se declaraba abiertamente feminista.?Desde la ¨®ptica del movimiento #MeToo, que la serie signific¨® un avance para las mujeres es dif¨ªcil de defender. En demasiadas ocasiones la propia protagonista pon¨ªa las necesidades de sus parejas delante de las suyas, como esa historia intermitente que la arrastr¨® a engancharse a un hombre que, no solo la dej¨® para casarse con otra, sino que encima la dej¨® plantada el d¨ªa de su propia boda. En otro cap¨ªtulo, Carrie se disculpa con un amante por no mostrarse entusiasmada con el mal sexo que hab¨ªan tenido. Y, por supuesto, est¨¢n los zapatos. Que en un cap¨ªtulo Carrie prefiera comprarse unos Manolos antes que pagar el alquiler es algo que a muchas feministas les seguir¨¢ dando dolor de cabeza.
Pero, a pesar de sus grietas, Sexo en Nueva York abri¨® la puerta a temas que nunca se hab¨ªan tratado en prime time. El orgasmo femenino, la masturbaci¨®n, los abortos espont¨¢neos e incluso el c¨¢ncer de Samantha son solo algunos de los tab¨²es que la serie consigui¨® hacer digeribles para una audiencia m¨¢s acostumbrada a atragantarse con la realidad que a disfrutarla. Adem¨¢s la producci¨®n de HBO consigui¨® algo que nunca se hab¨ªa logrado en la peque?a pantalla, que la perspectiva femenina fuera apta para todos los g¨¦neros. Por ¨²ltimo, la gran contribuci¨®n de la serie fue acabar con el mito de las solteronas y demostrar que no se necesitaba a un hombre para pas¨¢rselo bien si se tiene buenas amigas. Una amistad que cumple 20 a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.