El espect¨¢culo debe continuar
La (corta) existencia del dise?ador de moda brit¨¢nico Alexander McQueen tiene estructura de novela de Charles Dickens
McQUEEN
Direcci¨®n: Ian Bonhote, Peter Ettedgui.
G¨¦nero: documental. Reino Unido, 2018.
Duraci¨®n: 111 minutos.
Or¨ªgenes humildes, ambici¨®n, garra, trabajo, gloria, arte, fracaso, autodestrucci¨®n, enfermedad, demencia, lucha, muerte, espect¨¢culo. La (corta) existencia del dise?ador de moda brit¨¢nico Alexander McQueen tiene estructura de novela de Charles Dickens. Pero, sobre todo, tiene esp¨ªritu de performance continua, de autoconsciente juego sobre la representaci¨®n vital. Y con un cl¨ªmax, quiz¨¢ buscado por el propio artista, que redondea un relato que es un tesoro dram¨¢tico en manos de Ian Bonhote y Peter Ettedgui, t¨¢ndem de or¨ªgenes contrapuestos pero muy complementarios, que llevan al documental McQueen hasta el inevitable triunfo.
Las pel¨ªculas retrospectivas que pueden apoyarse en infinidad de grabaciones audiovisuales tienen una gran ventaja inicial, y aqu¨ª las hay, tanto p¨²blicas como privadas. El inconveniente, como contrapartida, tambi¨¦n es obvio: la necesidad de ordenar el ingente material, y la exigencia de un cierto autocontrol para no apabullar y que la pel¨ªcula respire. Bonhote y Ettedgui, el primero procedente del videoclip y la publicidad, el segundo, de la adaptaci¨®n de cl¨¢sicos de la literatura, lo consiguen a trav¨¦s de una estructura marcada por las cintas grabadas por el entorno de McQueen. Unos registros que, como las dramat¨²rgicas cintas de Krapp creadas por Samuel Beckett en su pieza teatral, muestran fugaces instantes de felicidad en un continuo vital quiz¨¢ desesperado y ansioso.
Por all¨ª desfilan todos los aspectos de su vida a trav¨¦s de una conjunci¨®n entre material de archivo y una diversidad de voces en entrevistas a posteriori, que huyen del busto parlante en cuanto pueden. Todo ello apoyado por dise?os gr¨¢ficos muy acordes con la onda creadora de McQueen, y por el incesante punteo de algunas de las piezas mayores del compositor Michael Nyman. Una elecci¨®n musical que choca al inicio, ya que los temas te llevan sin remisi¨®n a otros territorios cinematogr¨¢ficos asociados a esas notas, pero que, tras una razonada explicaci¨®n interna del propio dise?ador, queda configurada como el soporte perfecto: por su grandilocuencia, por su brillantez y por sus altas pretensiones emocionales, a imagen y semejanza de las creaciones art¨ªsticas de McQueen, tanto en sus ropas como en sus desfiles.
Y para la historia de la moda queda esa impresionante imagen en el desfile con los robots disparando pintura sobre un vestido giratorio, tan metaf¨®rica, filmada por una c¨¢mara casera, pero en la que se intuye al fondo a McQueen, emocionado hasta las l¨¢grimas con su propio impacto, viviendo en soledad, manos en la cabeza, una gloria ef¨ªmera en maravilloso encuadre de maestro del cine de lo espont¨¢neo.
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