Una rendija hacia la destrucci¨®n
El relato es poderosamente entretenido y mantiene el suspense gracias a que los personajes siempre tienen m¨¢s informaci¨®n que el espectador
Pel¨ªculas sostenidas por un buen mcguffin, excusa argumental, recurso que hace moverse a los personajes pero que en realidad tiene poca o nula importancia para la trama, hay muchas. Pel¨ªculas sostenidas por un buen mcguffin que tambi¨¦n ejerza de met¨¢fora de toda la historia, de s¨ªmbolo para el mensaje del relato, hay bastantes menos.
LAS GRIETAS DE JARA
Direcci¨®n: Nicol¨¢s Gil Lavedra.
Int¨¦rpretes: Joaqu¨ªn Furriel, ?scar Mart¨ªnez, Soledad Villamil, Santiago Segura.
G¨¦nero: intriga. Argentina, 2017.
Duraci¨®n: 94 minutos.
Aunque solo sea por eso, Las grietas de Jara, dirigida por Nicol¨¢s Gil Lavedra y basada en una novela de Claudia Pi?eiro, ya saca la cabeza de la singularidad. Pero a¨²n hay m¨¢s. El relato es poderosamente entretenido, mantiene en todo momento el suspense gracias a ese m¨¦todo narrativo por el cual los personajes siempre tienen m¨¢s informaci¨®n que el espectador, al que le va llegando con cuentagotas, a base de flashbacks, y, en general, est¨¢ bien interpretado, con el inquietante ?scar Mart¨ªnez a la cabeza. De modo que a pesar de determinados bajones espor¨¢dicos ¡ªlas puntuales secuencias on¨ªricas, las de sexo, o ciertos recursos de puesta en escena, como las conversaciones desde el punto de vista del que escucha, o alg¨²n travelling hacia los rostros, de esos que intentan marcar la tensi¨®n y solo enfatizan lo innecesario¡ª, se acaba imponiendo como un buen thriller de car¨¢cter moral. Una de esas historias de maquinaci¨®n y suspense que le caen encima a la gente com¨²n, y no a los que est¨¢n acostumbrados a lidiar con el crimen.
Y ah¨ª, poco a poco, va reluciendo la gran met¨¢fora: los paralelismos entre la grieta en la pared de una casa, en principio consecuencia de un mal trabajo del estudio de arquitectos que lleva la obra de al lado, y las grietas que todos tenemos en nuestras vidas, a las que casi no hacemos caso, pero que un buen d¨ªa llevan al derrumbe del edificio personal interior, de nuestra propia existencia. Con ecos sociales ¡ªlos desmanes inmobiliarios, el enga?o como modo de vida, la vacuidad del matrimonio¡ª, y apuntes de cine de g¨¦nero ¡ªla tentaci¨®n de la mujer fatal¡ª, Las grietas de Jara te agarra por el cuello y apenas te suelta. Porque cualquiera, en su transcurso, va a ir vislumbrando esa fisura, del presente o del pasado, que puede amenazar con destruirle.
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