Macron entra en la pista de baile
El El¨ªseo acoge esta noche varios conciertos de electr¨®nica para reconocer la proyecci¨®n internacional de los m¨²sicos franceses
El El¨ªseo se transformar¨¢ esta noche de jueves en pista de baile. Con ocasi¨®n de la fiesta de la m¨²sica, un invento franc¨¦s exportado a 120 pa¨ªses desde su primera edici¨®n, en 1982, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte se convertir¨¢n en anfitriones de una noche consagrada a la m¨²sica electr¨®nica. Actuar¨¢n en ella artistas vinculados al llamado French touch, la escuela francesa de house que triunf¨® en el mundo durante el cambio de milenio de la mano de grupos como Daft Punk, Air, Mr Oizo o Justice. 1.500 personas asistir¨¢n a esta fiesta tras hacerse con una invitaci¨®n en la web del El¨ªseo, en la que las entradas se agotaron en cuatro horas.
Que el clubbing sea invitado a la sede de la presidencia es un gesto sin precedentes, que no parece gratuito para un l¨ªder tan atento a los s¨ªmbolos como Macron. En realidad, no es la primera vez que sucede. Durante la pasada ceremonia militar del 14 de julio, una fanfarria de la guardia republicana interpret¨® distintos ¨¦xitos de Daft Punk, como One more time y Get Lucky, frente a un sonriente Macron, en lo que se convirti¨® en uno de los primeros fen¨®menos virales de su presidencia. Puede que aprendiera una lecci¨®n. Quedar asociado a la m¨²sica electr¨®nica le permit¨ªa reforzar el mensaje de cambio, modernidad y juventud que suele vehicular su discurso. Tambi¨¦n la idea de disrupci¨®n, concepto central en su ret¨®rica. En comparaci¨®n, Fran?ois Mitterrand invitaba al El¨ªseo a cantautores como Julien Clerc. Y Jacques Chirac, a figuras de la vari¨¦t¨¦ francesa como V¨¦ronique Sanson. ¡°No hay que hacer una ex¨¦gesis¡±, responde una portavoz del El¨ªseo. ¡°Es un reconocimiento de un estilo musical en el que hay artistas franceses mundialmente reconocidos, que contribuyen a reforzar nuestra proyecci¨®n cultural. Es una manera de subrayar su importancia¡±.
Entre los invitados figura Kavinsky, conocido por el tema Night Call, de la banda sonora de la pel¨ªcula Drive; Kiddy Smile, cuya m¨²sica suele servir de fondo musical en las competiciones de voguing, esa coreograf¨ªa sincopada surgida de la escena LGTB en los ochenta; o Busy P., nombre art¨ªstico de Pedro Winter, primer representante de Daft Punk y jefe del influyente sello Ed Banger. Cuando recibieron la invitaci¨®n, no dudaron en aceptar. ¡°No todos tenemos las mismas opiniones pol¨ªticas, pero esto es una fiesta y no un mitin¡±, dice Winter, a quien el El¨ªseo encarg¨® la programaci¨®n musical. ¡°Es un gesto que termina con veinte a?os de demonizaci¨®n de la m¨²sica electr¨®nica en toda Europa. Es importante que sea reconocida y deje de estar estigmatizada¡±, afirma Winter. En 1990, Margaret Thatcher prohibi¨® las congregaciones de ¡°m¨²sica repetitiva¡± para evitar desmanes ante el apogeo del ¨¦xtasis. Las raves electr¨®nicas se exiliaron a Francia, donde el estilo adopt¨® voces rob¨®ticas y samples de m¨²sica disco. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, las instituciones saludan su labor en t¨¦rminos de soft power, ese poder blando con el que se mide la influencia cultural de un pa¨ªs en el mundo.
Pese a todo, es dif¨ªcil no detectar en este gesto un nuevo uso estrat¨¦gico de la cultura. ¡°Ese no es mi problema¡±, responde C¨¦zaire, otro de los invitados, heredero del French touch e inscrito en sonoridades pr¨®ximas al funk y el hip hop. ¡°Yo no acudo por Macron, sino por el movimiento al que represento. Voy a tocar por la Rep¨²blica y no por el Gobierno. Para un franc¨¦s, entrar en el El¨ªseo es algo excepcional¡±. Tampoco Chlo¨¦, una de las DJ m¨¢s solicitadas de esta escena, dud¨® en aceptar. ¡°Se han necesitado m¨¢s de dos d¨¦cadas para que la m¨²sica electr¨®nica sea reconocida como un estilo con todas las de la ley. Es una m¨²sica que he conocido a trav¨¦s de las raves y de las fiestas gais en Francia, que han tenido un papel importante en la afirmaci¨®n de las minor¨ªas sexuales. Ir a tocar al El¨ªseo tambi¨¦n es afirmar lo que significa este movimiento¡±, a?ade la antigua DJ residente de Pulp, m¨ªtico club l¨¦sbico de Par¨ªs que cerr¨® en 2007.
Macron no es el primero en sacar este as de su manga. En 1997, la victoria electoral de Tony Blair dio por inaugurado el periodo Cool Britannia, aquellos a?os de euforia a los que el brit pop puso banda sonora. Poco despu¨¦s de ganar las elecciones, Blair invit¨® a Noel Gallagher, de Oasis, al 10 de Downing Street y lleg¨® a compartir gin tonics con Damon Albarn, de Blur. Barack Obama, otro experto en acercarse a todo lo que huele a cool, escogi¨® a Beyonc¨¦ para entonar el himno nacional durante su inauguraci¨®n de 2013. Tres a?os despu¨¦s, invit¨® a grupos de hip hop como De La Soul o The Roots a actuar en la Casa Blanca. Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, suele compartir sus canciones favoritas en la plataforma Spotify, entre las que figura su compatriota Drake.
?Por qu¨¦ Macron escogi¨® la electr¨®nica? St¨¦phane Jourdain, autor del libro French touch (Castor Music), que revisa la historia del movimiento, observa una correlaci¨®n entre este estilo y la doctrina econ¨®mica del presidente. ¡°El DJ es el trabajador aut¨®nomo de la m¨²sica. Es alguien que opera solo en su rinc¨®n. Y tambi¨¦n es un s¨ªmbolo de la Francia que tiene ¨¦xito en el extranjero, que no teme a la competencia ni a la globalizaci¨®n¡±, explica. Lejos de sus or¨ªgenes en territorio estadounidense, donde la electr¨®nica surgi¨® de la mano de la comunidad afroamericana de Detroit y luego se expandi¨® en clubes homosexuales, en Francia tuvo un perfil menos pol¨ªtico. En los noventa, sus principales exponentes surgieron en ciudades adineradas como Versalles o barrios acomodados de Par¨ªs. A riesgo de generalizar, eran j¨®venes de izquierdas que proced¨ªan de familias de derechas. ¡°La suya fue una transgresi¨®n digerible, que ha terminado siendo asimilada. Hoy es un estilo aceptado por todo el mundo¡±, a?ade Jourdain.
Casi nadie cree que Macron escuche electr¨®nica en la intimidad. ¡°Solo ha debido de escuchar a Daft Punk, pero le vamos a hacer descubrir otras cosas¡±, promete Winter, que se ofrece para prepararle playlists a medida que pueda escuchar en el avi¨®n presidencial. Un cuestionario publicado durante la campa?a de 2017 elucida este misterio. Preguntado sobre sus gustos musicales, Macron se?al¨® a sus tres vocalistas favoritos: Charles Aznavour, Johnny Hallyday y L¨¦o Ferr¨¦. ¡°Asumo tener gustos muy cl¨¢sicos en este terreno¡±, confes¨®. Aunque eso, en t¨¦rminos de comunicaci¨®n pol¨ªtica, importe m¨¢s bien poco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.