JT Leroy: vuelve el mayor enga?o literario de los ¨²ltimos tiempos

La historia era tan seductora que atrap¨® a todo el mundillo literario: Jeremiah Terminator Leroy, conocido como JT Leroy dec¨ªa ser un adolescente de sexualidad fluida seropositivo, abandonado por su familia, chapero y drogadicto, v¨ªctima sistem¨¢tica de abusos sexuales y con una voz propia, ¨²nica, capaz de narrar con aut¨¦ntica genialidad su infancia y adolescencia en Virginia occidental.

Dec¨ªa, tambi¨¦n, haber sido descubierto por Dennis Cooper, amar el chocolate y detestar la promoci¨®n, por lo que apenas hab¨ªa fotos de ¨¦l. ?C¨®mo no quedar encandilados por esa mezcla entre el personaje Holden Caulfield y su esquivo creador J. D. Salinger? Huidizo, incre¨ªblemente joven y con un pasado atroz, JT Leroy se convirti¨® en la firma m¨¢s codiciada de finales de los noventa en revistas literarias y de tendencias. Public¨® Sarah, su primera novela, en 1999, a la que le sigui¨® El coraz¨®n es mentiroso y fue aclamado por el establishment art¨ªstico y literario. Fue la revelaci¨®n de una d¨¦cada centrada en la desaz¨®n existencial, la autodestrucci¨®n como est¨¦tica y el nihilismo grunge.

La industria de la moda y el cine se obsesionaron con el autor que detestaba la prensa y aparec¨ªa en los eventos con peluca rubia y gafas de sol, como un Andy Warhol de nuevo cu?o, siempre rodeado de una cohorte de sus admiradoras famosas, amantes del lado salvaje por derecho propio: desde Courtney Love a Winona Ryder, pasando por Asia Argento. Pero todo se desmoron¨® como la escandalosa mentira que era en 2005.

Esos cinco a?os son los que narra Savannah Knoop en Chica, chico, chica, c¨®mo me convert¨ª en JT Leroy, (Alpha Decay): Ella fue el cuerpo que hubo detr¨¢s de esa historia que todo el mundo crey¨® y que no fue otra cosa que el enga?o literario m¨¢s escandaloso de los ¨²ltimos tiempos.

Fantas¨ªas y demonios

?Qui¨¦n era JT Leroy? El alma literaria y Svengali no fue otra que Laura Albert, una mujer aficionada a inventarse personajes e imitar acentos, fantasiosa y con sus propios demonios de abuso sexual en la infancia, que cre¨® un alter ego m¨¢s atractivo que ella misma. El cuerpo y voz que le permitieron mantener eso fueron los de Savannah Knoop, cu?ada de Albert, que se vio embrollada en la historia de la escritora ¡ªotra historia m¨¢s¡ª, y qued¨® atrapada durante a?os como mu?eco parlante y testigo de la credulidad global.

Durante a?os Knoop se vend¨® los pechos, se puso una peluca y se lanz¨® al torbellino de las promociones y el famoseo que acabaron devorando su propia personalidad: la de una estudiante de moda amante de la capoeira, con pocas aspiraciones y una vida creativa no muy ambiciosa. Inmersa casi por casualidad en una vida ilusoria, retrata en este libro ¡ªsuyo, esta vez s¨ª¡ª, el rid¨ªculo turismo de lo marginal que realizaron la industria editorial y las estrellas de Hollywood con JT Leroy: quer¨ªan estar cerca del lumpen, pero no demasiado. Lo suficiente como para tenerlo de mascota.

Chica, chico, chica no es un libro memorable pero deja entrever la mente que hubo detr¨¢s de JT Leroy, la de Laura Albert, que capt¨® la superficialidad de un entorno y la explot¨® en su beneficio. Mientras Leroy rein¨® lo tuvo todo: sesiones de moda, colaboraciones prestigiosas, e incluso adaptaciones f¨ªlmicas de su obra. La mente delirante ¡ªo no¡ª, fue la de Albert, que le acompa?aba siempre haci¨¦ndose pasar por su mejor amiga, Speedie. Knoop fue el da?o colateral de tanta mentira, quiz¨¢s el m¨¢s grave.

Chica, chico, chica revela los entresijos de un enga?o propio de su ¨¦poca: JT Leroy naci¨® antes de que se popularizara Internet y la mentira fue reventada, curiosamente, cuando las redes sociales comenzaban a hacer posible la multiplicidad de avatares, que no personajes. En ese tr¨¢nsito es en el que se mueve Knoop, una chica que comparte con su cu?ada complejos con su cuerpo, y tiene una sexualidad tan ambigua como el personaje que interpreta.