G¨®mez Arcos y otros fugitivos
Los cr¨ªticos m¨¢s chovinistas y atroces le reprochaban, con incre¨ªble vehemencia, giros raros en su texto. Para m¨ª que ment¨ªan: no advert¨ª las rarezas que le atribu¨ªan
Agust¨ªn G¨®mez Arcos fue un escritor de un destino espinoso y singular, y gener¨® opiniones muy opuestas. Su ¨¦poca de ascensi¨®n coincidi¨® con mis a?os universitarios en Par¨ªs. Estaba al tanto de sus publicaciones, le¨ªa las cr¨ªticas que se refer¨ªan a ¨¦l. Entre los franceses no hab¨ªa un juicio definido; algunos lo alababan y otros esgrim¨ªan contra ¨¦l los m¨¢s crueles sarcasmos.
Tras su ¡°trilog¨ªa de posguerra¡±, G¨®mez Arcos public¨® Sc¨¨nes de chasse (furtive). Recuerdo la novela en los escaparates de las librer¨ªas. Los cr¨ªticos m¨¢s chovinistas y atroces le reprochaban, con incre¨ªble vehemencia, giros raros en su texto. Para m¨ª que ment¨ªan: no advert¨ª las rarezas que le atribu¨ªan. Personalmente, le pod¨ªa reprochar a G¨®mez Arcos su tendencia a deslizarse hacia la alegor¨ªa, pero no su empleo del franc¨¦s. Ver su figura avanzar de forma irregular por los medios de comunicaci¨®n te invitaba a pensar en los espa?oles que se hab¨ªan pasado al franc¨¦s. No eran tantos. Los m¨¢s notables de ese momento, Sempr¨²n y Arrabal, estaban ya muy integrados en la cultura del hex¨¢gono.
Los franceses necesitan gente que se pase a sus filas. Su lengua ya no se expande como antes, pero su tratamiento de los escritores extranjeros que asumen el franc¨¦s como lengua literaria suele ser err¨¢tico, contradictorio y desconcertante, como era err¨¢tica, contradictoria y desconcertante la imagen que trasmit¨ªan de G¨®mez Arcos en Par¨ªs. Sin embargo, tras toda esa bruma a veces profundamente ideol¨®gica, uno percib¨ªa un escritor valiente y decidido, que se hab¨ªa atrevido a fugarse de la lengua materna, del primer castillo del alma.
En un admirable poema Lezama Lima dec¨ªa que ¡°deseoso es aquel que huye de la madre¡±. Como ¡°madre¡± y ¡°lengua materna¡± nadan en el mismo mar sem¨¢ntico, bien podr¨ªamos decir que huir de la lengua materna es tan radical como huir de la madre, y que la opci¨®n de G¨®mez Arcos era una verdadera experiencia del deseo, si atendemos al verso de Lezama Lima.
Me parec¨ªa admirable que G¨®mez Arcos se atreviera a huir de la primera morada, la que m¨¢s determina y m¨¢s castra, extendiendo su deseo a otro sistema, navegando por otro mar. G¨®mez Arcos super¨® la fatalidad primordial, la que nos ata a nuestra lengua materna. Antes ya lo hab¨ªa hecho tambi¨¦n el escritor argentino H¨¦ctor Bianciotti con novelas que le deb¨ªan mucho a Henry James, otro fugitivo.
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