Desmontando la leyenda negra de P¨ªo Baroja : ni era mis¨®gino ni condescendiente con el franquismo
Eduardo Mendoza, Soledad Pu¨¦rtolas y Bernardo Atxaga, entre otros, buscan en la colecci¨®n Baroja & yo la reivindicaci¨®n de la obra del autor vasco y abrirla a nuevos lectores
Dice Jos¨¦-Carlos Mainer, ¨²ltimo bi¨®grafo de P¨ªo Baroja, que el autor de El ¨¢rbol de la ciencia era un escritor profesional que recurr¨ªa a ciertas estrategias para captar m¨¢s lectores. Este historiador literario y catedr¨¢tico em¨¦rito de Literatura Espa?ola de la Universidad de Zaragoza recuerda: ¡°Desde los pr¨®logos que Baroja pone tan abundantemente en sus obras hasta el hecho de que quiera dividir su obra en trilog¨ªas, va dando algunas pautas, algunas maneras de entender los textos, m¨¢s claramente. O con t¨ªtulos que hablan de un mundo revuelto, confuso, son pistas en las que Baraja parece citar al lector¡±.
Este bi¨®grafo ha querido dar su bendici¨®n a Baroja & yo, una colecci¨®n de libros impulsada por el sello navarro Ipso Ediciones para publicar, hasta mitad de 2019, 25 vol¨²menes a cargo de otros tantos autores que reflexionan, en clave autobiogra?fica, sobre su relacio?n con el novelista, el recuerdo de sus primeras lecturas, su identificacio?n con el sentimiento barojiano y distintas cuestiones relacionadas con la vida y obra de Baroja.
Las ¨²ltimas plumas en sumarse a este proyecto son Bernardo Atxaga y Joxemari Iturralde. Ambos firman a cuatro manos ?rdago-Hor dago, obra escrita en castellano y euskera donde estos dos viejos amigos valoran el ¡°vasquismo¡± de P¨ªo Baroja, su mirada cercana a la realidad del pa¨ªs, al mundo que se expresa en la lengua vasca, la que ¨¦l mismo utiliz¨® en muchas de sus novelas, sobre todo cuando narraba lo ¨ªntimo.
La n¨®mina de autores la completan Ra¨²l Guerra Garridon, cuyo t¨ªtulo Un morroi chino con un higo en la coleta fue presentado recientemente en San Sebasti¨¢n por el fil¨®sofo Fernando Savater; Jon Juaristi, quien se acerca a los mundos de la imaginaci¨®n en Los peque?os mundos; Sergio del Molino, que regresa aqu¨ª al Pa¨ªs del Bidasoa tras su exitoso viaje por La Espa?a vac¨ªa; Luis Antonio de Villena, con Un anarquista de derechas; o Soledad Pu¨¦rtolas, encargada de inaugurar esta colecci¨®n a final de 2017 con L¨²cida melancol¨ªa. Entre los escritores que se incorporar¨¢n pr¨®ximamente a BAROJA & YO encontramos a Manuel Hidalgo, Andr¨¦s Trapiello o el Premio Cervantes Eduardo Mendoza.
El art¨ªfice de este proyecto sugerente y ambicioso es el navarro Joaqu¨ªn Cia¨²rriz, asesor juri?dico y administrador de empresas jubilado que con esta iniciativa editorial a¨²na una pasi¨®n barojiana adquirida en la juventud con el gusto por un producto editado con mimo. Haciendo suyas las estrategias de Baroja para captar y fidelizar a sus lectores, Cia¨²rriz ha lanzado una colecci¨®n que pretende atraer a nuevos p¨²blicos hacia un autor cuyo legado ha dejado de calar en las nuevas generaciones, a pesar de su peso literario y filos¨®fico, aunque se mantiene vivo gracias a barojianos convencidos como este navarro.
Un editor que aspira a evangelizar la obra del autor de El ¨¢rbol de la ciencia entre otro tipo de lector, m¨¢s joven y por lo general alejado de la literatura menos actual. Para conseguirlo, Cia¨²rriz ha recurrido a una n¨®mina de autores con un perfil variado: reconocidos, noveles, escritores, docentes, periodistas, articulistas, lectores cualificados. Esto, acompa?ado de un dise?o contempor¨¢neo, con especial cuidado en las cubiertas y marcap¨¢ginas. En ellas destacan las fotograf¨ªas de Pedro Pegenaute realizadas en rincones de inspiraci¨®n barojiana de Pa¨ªs Vasco o Navarra. De paso la colecci¨®n tambi¨¦n pretende hacer justicia con la memoria del escritor y desmontar algunos errores instalados en torno a su figura, como su supuesta misoginia o cierta condescendencia con el re?gimen franquista. El editor lo tiene claro: ¡°Baroja teni?a una gran base roma?ntica y sensibilidad y se puede comprobar en la lectura de sus primeras obras. Lo que ocurre es que no encontro? a esa mujer intelectual que podi?a buscar. Adem¨¢s, fue un hombre cauteloso que intento? congeniar un poco con los vencedores porque estaba harto de estar en Pari?s y queri?a volver¡±.
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