Fabiana Cozza: ¡°No soy una v¨ªctima¡±
En una entrevista exclusiva, la cantante habla por primera vez sobre su renuncia a interpretar a la gran dama de la samba, do?a Ivone Lara, debido a las protestas por no ser tan oscura como el personaje
El 30 de mayo se anunci¨® que la cantante brasile?a Fabiana Cozza interpretar¨ªa el mayor papel de su carrera: el de do?a Ivone Lara, conocida como la "gran dama de la samba", en un musical sobre su vida. Enseguida, empezaron las protestas en las redes sociales: Fabiana, hija de padre negro y madre blanca, tiene la piel m¨¢s clara que la del personaje. Para quien critic¨® la elecci¨®n de la artista, se tratar¨ªa de un caso de "colorismo": cuanto mayor es la pigmentaci¨®n de la piel, menos oportunidades se tienen. En una estructura racista, los negros de piel m¨¢s clara gozan de m¨¢s posibilidades y accesos que los negros de piel m¨¢s oscura. Para los cr¨ªticos, la protagonista deber¨ªa ser interpretada por una cantante y actriz m¨¢s oscura que Fabiana. El 4 de junio, un d¨ªa antes de marcharse a Cuba para cantar con la Orquesta Filarm¨®nica Duchesne Guz¨¢n, de la Escuela Superior de Artes de La Habana, Fabiana renunci¨® al papel en una carta p¨²blica.
A pesar de la violencia de algunos ataques, marca de este momento en que en internet caben todos los odios, el episodio ha generado un debate importante, urgente y que jam¨¢s ocurrir¨ªa en el Brasil de algunos a?os atr¨¢s. Este debate no es simple y, como todas las discusiones que valen la pena, no se resume a estar en contra o a favor. El hecho de que es posible muestra cu¨¢nto espacio conquistaron los negros en la sociedad brasile?a, a pesar de todas las dificultades impuestas por un pa¨ªs tan racista como Brasil. Iluminar cuestiones sofisticadas como esta, en un momento en que el exterminio de la juventud negra se acent¨²a en las periferias del pa¨ªs y los pocos derechos conquistados se corroen, muestra que se est¨¢ trabando una resistencia. El debate se ha enriquecido porque intelectuales negros importantes han contribuido a la discusi¨®n con diferentes puntos de vista.
Fabiana Cozza, de 42 a?os, no es solo hija de padre negro y madre blanca. Es una de las mayores int¨¦rpretes de su generaci¨®n, una cantante con rigor t¨¦cnico, recursos de dramaturgia y potencia en el escenario, que ya ha encontrado su lugar en la historia de la m¨²sica brasile?a y en los escenarios del mundo. Fabiana se destaca tambi¨¦n por un trabajo consistente con artistas negros de Latinoam¨¦rica. Su padre negro es Oswaldo dos Santos, uno de los grandes int¨¦rpretes de samba-enredo ¡ªcanci¨®n que cuenta la historia presentada por la escuela en el desfile¡ª del carnaval de S?o Paulo. Oswaldo llev¨® a su hija a la escuela de samba Camisa Verde e Branco cuando todav¨ªa era un beb¨¦ para que los sambistas m¨¢s antiguos la bautizaran. Las ra¨ªces de toda la trayectoria art¨ªstica de Fabiana provienen de la samba y la negritud.
En su presencia esc¨¦nica tambi¨¦n est¨¢ la marca del candombl¨¦, religi¨®n afrobrasile?a. Quien ya ha visto a Fabiana sobre el escenario ha sentido el impacto de una figura impresionante y bastante singular. Si alguien puede decir que su piel es demasiado clara para interpretar a la protagonista, nadie puede decir que su voz y su competencia no est¨¢n a la altura. Fabiana tambi¨¦n tiene una historia fuerte con Do?a Ivone Lara, con quien ya cant¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n y a quien homenaje¨® en otras tantas. Antes de morir, a los 97, en abril de este a?o, la gran sambista supo que ser¨ªa tema de un musical y, seg¨²n la familia, escogi¨® a Fabiana para que la interpretara. Estos elementos hacen que el debate sea mucho m¨¢s complejo.
?Dividir a los negros no ser¨ªa lo que quieren los blancos?
??Qu¨¦ es ser negro? ?La negritud est¨¢ solo en el color de la piel? ?El arte no es justamente el espacio donde el artista puede ser todo y todos, m¨¢s all¨¢ de g¨¦neros y colores? ?Qu¨¦ peso debe tener la voz de do?a Ivone Lara en la elecci¨®n final de qui¨¦n la interpretar¨¢? ?Y qu¨¦ significa contrariar su deseo al decir que su elecci¨®n no es la mejor? ?Dividir a los negros en un momento hist¨®rico en que los pocos derechos conquistados est¨¢n amenazados no es una estupidez pol¨ªtica? ?No ser¨ªa hacer lo que el poder y los blancos quieren, como indican algunos intelectuales negros? Son preguntas de las que no se debe huir.
Por otro lado, hay raz¨®n y razones para cuestionar que una negra de piel clara interprete a una negra de piel m¨¢s oscura. Es un hecho que los negros de piel m¨¢s oscura tienen muchas m¨¢s dificultades de ocupar cualquier espacio, cualquier puesto y cualquier empleo, no solo los del arte. Si el arte es el territorio de la alteridad, ?cu¨¢ndo se ha visto a un negro interpretando a un protagonista blanco en Brasil? Si ha ocurrido, est¨¢ en la lista de las rarezas.
?Qu¨¦ importancia tiene que una negra de piel m¨¢s clara pierda privilegios para fortalecer una causa pol¨ªtica m¨¢s amplia?
Es evidente que esta tambi¨¦n es una cuesti¨®n pol¨ªtica. Y si es una cuesti¨®n pol¨ªtica, ?no habr¨ªa que comprender que, en este momento de tanta desigualdad racial, es importante que una negra de piel oscura interprete a una negra de piel oscura, como tambi¨¦n han dicho algunos intelectuales negros? ?No representar¨ªa un avance en el debate y en la lucha que una negra de piel m¨¢s clara fuera capaz de renunciar en favor de una bandera pol¨ªtica? ?Perder privilegios para fortalecer una causa m¨¢s amplia? Son preguntas de las que tampoco se debe huir.
Conoc¨ª primero la voz de Fabiana Cozza y me impact¨® su belleza. Despu¨¦s, conoc¨ª a la artista en un evento de literatura en el R¨ªo Negro, en la Amazonia. Y me qued¨¦ pasmada con su presencia de palco. Mujer dulce en el d¨ªa a d¨ªa del barco compartido por m¨²sicos y escritores, parec¨ªa alcanzar dos metros de altura en el escenario. En diciembre, le¨ª su primer libro de poes¨ªa, ?lbum Duplo (?lbum doble), y me encant¨® la escritora que tambi¨¦n es.
Cuando Fabiana decidi¨® renunciar al papel de Do?a Ivone Lara, le propuse una entrevista. Acept¨® y quedamos que ella empezar¨ªa escribiendo sobre su sentimiento en aquel momento de irrupci¨®n. Lo hizo, en un vuelo a Cuba, el 5 de junio. Pero no pudo continuar. Se paraliz¨®. Me escribi¨® desde La Habana para decirme que en aquel momento no podr¨ªa seguir. Cuando volvi¨®, me busc¨® para decirme que estaba lista.
Nos encontramos durante dos horas en su apartamento de 90 metros cuadrados en el barrio de Perdizes, en S?o Paulo, ciudad en la que yo estaba de paso. En la sala de estar reina un cuadro de una mujer negra, pintado por el artista Rodrigo Kiko al carboncillo y tierra sobre tela de algod¨®n crudo. La casa est¨¢ poblada de objetos y fotograf¨ªas que en los que resuenan pueblos africanos e ind¨ªgenas. Entre los muebles de madera hay muchos colores: azul, blanco, naranja, amarillo, verde y rojo. Fabiana tiene una serenidad soberana cuando se sienta en el sill¨®n para la entrevista.
Lo que convierte a Fabiana en alguien a quien quiera entrevistar no es el hecho de estar en el centro de una pol¨¦mica. Sino el hecho de que Fabiana Cozza es capaz de estar en el centro de la pol¨¦mica y, a pesar del dolor, enfrentar las contradicciones. Al agarrarse a la complejidad, Fabiana se vuelve una voz esencial de un debate que debe continuar, porque es demasiado importante para que se agote en este episodio.
Esta es la primera entrevista que Fabiana Cozza da sobre el asunto:
Fabiana Cozza. Escrib¨ª un texto para ti cuando estaba de camino a Cuba, pero par¨¦ en la primera p¨¢gina. Te lo puedo leer, si quieres. En realidad, ni siquiera s¨¦ por d¨®nde empezar esta conversaci¨®n. Ser¨¢ mejor que me ayudes.
P. Empieza leyendo.
R. ?T¨² crees? En el aeropuerto, cuando estaba a punto de embarcar, sucedi¨® algo curioso. Las manifestaciones contra m¨ª, los ataques y tal, estaban en el auge. Aun despu¨¦s de renunciar, los ataques segu¨ªan en Internet..., ese lugar que se ha vuelto un lugar bastante misterioso, porque no sabemos qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s del teclado del ordenador. Cuando recibes esos tiros, no sabes de d¨®nde te vienen. Llegu¨¦ al aeropuerto y yo ya hab¨ªa llorado mucho aquellos d¨ªas. En la cola del check-in, hab¨ªa un grupo de hombres negros, de piel m¨¢s oscura que la m¨ªa. Parec¨ªan amigos celebrando que se iban de viaje. Me entr¨® la llorera. No pod¨ªa parar de llorar y mi novio no sab¨ªa qu¨¦ hacer. La gente en la cola me miraba. Estaba muy, muy dolida. Y, en aquel momento, no consegu¨ªa identificar por qu¨¦ lloraba. Pude parar un poco para embarcar. Me desped¨ª de mi novio y me puse tras ellos en la cola del esc¨¢ner. Y entonces empez¨® aquella humillaci¨®n que conozco hace bastante tiempo. Es muy com¨²n para quien es negro, su piel ya presupone ciertas cosas sobre ¨¦l. ¡°Qu¨ªtate el cintur¨®n¡±. ¡°Pasa¡±. ¡°No, no es el cintur¨®n¡±. ¡°Qu¨ªtate no s¨¦ qu¨¦¡±. El tipo ya no ten¨ªa nada m¨¢s que sacarse y yo, con la intenci¨®n de ayudar, me volv¨ª hac¨ªa los guardias y les pregunt¨¦: ¡°?No habl¨¢is ingl¨¦s? Tendr¨ªais que saber hablar ingl¨¦s. ?No os dais cuenta de que no habla portugu¨¦s? Ten¨¦is que facilitar las cosas...¡±. Entonces me di cuenta y me dije: ¡°Fabiana, vuelve. Tu lugar no es el de salvadora de la patria¡±. Me di cuenta de que estaba muy alterada por todo el ambiente al que estaba expuesta.
P. ?Por qu¨¦ lloraste?
R.?Todav¨ªa no te lo s¨¦ decir exactamente. Creo que tiene que ver con ese no lugar o ese lugar al que me desplazaron, cuando me echaron. En el auge de la pol¨¦mica, a 100 grados de ebullici¨®n, el linchamiento fue en esa direcci¨®n: vamos a desacreditarla. Por el color, que es exactamente la misma arma. Siempre se nos juzga por el color. Entonces, vamos a desacreditarla por el color, blanque¨¢ndola, porque as¨ª podemos demostrar que no est¨¢ de nuestro lado, que juega en el otro bando.
P. Y entonces entraste en el avi¨®n y empezaste a escribir un texto. ?Me lo lees?
R.?Voy a le¨¦rtelo. ¡°Gritar quiz¨¢ sea uno de los gestos que trae la carga m¨¢s profunda de humanidad. Tiene una fuerza irreprochable. Gritamos cuando sentimos dolor, cuando tenemos hambre, cuando somos invisibilizados, cuando algo reprimido sube a la superficie. Y, de tan org¨¢nico, nos desorganiza para reorganizarnos. Para quitarnos y traernos de nuevo el aire. Para cansar y volver al estado de reposo. O no. O¨ªr gritos es una experiencia de profunda aflicci¨®n que exige dos ¡®o¨ªdos¡¯: uno perif¨¦rico y otro profundo. La escucha perif¨¦rica quiz¨¢s sea la del acto audiol¨®gico de identificar qu¨¦ est¨¢ a tu alrededor, qu¨¦ ruidos, de ubicarlos en el espacio f¨ªsico, si cerca, si lejos, si intenso, si d¨¦bil. La escucha profunda te exige un despertar verticalizado de las memorias que marcaron el cuerpo, un cuerpo no delineado solo por lo org¨¢nico, sino por lo ps¨ªquico, pol¨ªtico, filos¨®fico, espiritual. Esta semana he tenido que experimentar ambas escuchas, en un tono muy distante del de mis palabras en este relato, quiz¨¢ pincelado de escritura po¨¦tica, mi lugar de entendimiento y de habla como artista. La experiencia todav¨ªa lo es. Nada se ha asentado, incluso despu¨¦s de renunciar al papel de Do?a Ivone Lara. Y lo digo no porque los gritos todav¨ªa resuenan, sino porque es imposible distanciarse cuando quien pide ayuda es tu tribu.
A lo largo de 20 a?os de carrera, me he aproximado y he hecho amigos. Muchos negros. Diversos negros diversos. Maestros, inspiraci¨®n, hermanos que ya gritaban antes de que yo pudiera concebirme como artista. No son pocas las veces que he escuchado sus relatos atentamente. Todos cargaban gritos. Muchos han estado al borde del ¡®suicidio art¨ªstico¡¯, que para nosotros es creer que el Arte no nos pertenece, que ¡®no le gustamos¡¯ y que lo ¡®mejor¡¯ o lo que nos queda es cambiar de profesi¨®n. Este arte que pierde ox¨ªgeno diariamente desde que el actual gobierno y su panda de golpistas, aplaudidos por parte de la prensa que se fortalece con el golpe, tomaron Brasil. A cada encuentro y relato de un amigo negro de piel oscura que perd¨ªa su papel como actor, bailar¨ªn o cantante por otro de piel ¡®clara¡¯ o un blanco...¡±
Aqu¨ª par¨¦.
P. ?Por qu¨¦ crees que paraste en un punto tan crucial? ?C¨®mo pensar este corte justo en este momento?
¡°Me han acusado desde dentro de la tribu porque la tribu todav¨ªa sangra¡±
R.?Porque quiz¨¢ sea el lugar que me paraliza de dolor. La injusticia. A partir de este punto, puedo seguir hablando contigo. Estaba desplazada. Desplazada desde el punto de vista emocional, desplazada porque aquello era una agresi¨®n que me provocaba una empat¨ªa inmensa. Tengo una gran amiga que vive en el extranjero, que vive intensamente ese no lugar. Le dicen: ¡°Eres la mejor bailarina de la audici¨®n, no tenemos ninguna duda. Pero, querida, eres demasiado oscura para este espect¨¢culo, no puedo garantizarte el papel¡±. Eso es inaceptable, pero todav¨ªa es la realidad de la mayor¨ªa de los hombres y mujeres negras. Y han sido muchos caf¨¦s en los que solo he escuchado y llorado con ellos. Aplic¨¢ndolo a este momento, paso por una situaci¨®n parecida a la de mis colegas. Discriminada por mi color de piel. Pero no han sido los blancos los que me han acusado, como le sucede a ella, como sucede porque es nuestro lugar dentro del sistema racista de Brasil, de Latinoam¨¦rica, de tantos otros lugares del mundo. Como dir¨ªa Carlos Moore (pensador negro de origen cubano): ¡°los negros son eternos exiliados¡±. Me han acusado desde dentro de la tribu. Porque la tribu todav¨ªa sangra. Estas marcas son profundas, y no tenemos la dimensi¨®n exacta de lo que el racismo nos ha provocado.?
P. En este caso, eres la negra de piel m¨¢s clara que le quita el lugar a la negra de piel m¨¢s oscura. Es un lugar dur¨ªsimo. ?C¨®mo ha sido estar en este cuerpo tambi¨¦n pol¨ªticamente blanqueado?
R. Es un dolor punzante. Te he hablado desde el punto de vista emocional, pero la cuesti¨®n pol¨ªtica de esta historia es que es un lugar de mucho dolor. No se puede no gritar. La carga subjetiva es muy grande. Utilizando un poco la idea del escenario, creo que tiene que convertirse en una discusi¨®n objetiva y emp¨¢tica para que podamos deshacer el ovillo de la historia.
P. ?Objetiva en qu¨¦ sentido?
R.?Objetiva en el sentido de conquistar a un p¨²blico m¨¢s all¨¢ de nosotros mismos, m¨¢s all¨¢ de los negros. Cuando decimos esto en el escenario, piensas: ¡°Tengo una canci¨®n subjetiva que tiene que tener sentido, objetivamente, para que pueda compartirla, para que pueda conquistar al otro¡±. Si voy a cantar una canci¨®n en primera persona, tengo que multiplicar esa primera persona, tengo que decir: ¡°Oye, este dolor no es m¨ªo, tambi¨¦n es tuyo¡±. Eso es lo que creo que sucede con el racismo. Cuando hablamos de racismo en Brasil o pensamos en ¨¦l, viene este concepto relativamente nuevo que es el colorismo. Como todo concepto, tiene que estudiarse, entenderse y traspasarse. Traspasarse a nuestra realidad, para que podamos ver c¨®mo vamos a lidiar con estas diferencias. Porque este concepto no debe dividirnos.
P.??C¨®mo sucedi¨® todo? ?Me lo cuentas desde el principio?
R.?Lo primero que hay que decir es que me invitaron a hacer el espect¨¢culo. La semana pasada, Eliana, la nuera de Do?a Ivone, me llam¨® para decirme que no estaba de acuerdo con mi renuncia, quer¨ªa que volviera.
P.??Ella es blanca?
R.?S¨ª, es blanca, muy rubia. Do?a Ivone la consideraba como una hija. Me llam¨® y me dijo: ¡°Mira, vale, respeto tu opini¨®n, pero creo que es importante que sepas algo. En enero, Do?a Ivone todav¨ªa estaba bien de salud y ya sab¨ªa que iban a hacer un musical en su homenaje. Y ella te escogi¨® a ti. En medio de todo este dolor y este l¨ªo, creo que es bueno que lo sepas. Fue ella quien te escogi¨®, porque se lo pregunt¨¦¡±. Entonces, es importante que quede claro desde el principio, porque esta elecci¨®n tiene que tenerse en consideraci¨®n en esta discusi¨®n.
P. ?Qu¨¦ significa, en este caso, que no se respete la decisi¨®n de Do?a Ivone Lara, una artista negra? ?Qu¨¦ voz tiene que valer m¨¢s? O ?c¨®mo decidir qu¨¦ voz tiene que valer m¨¢s? Es importante no huir de ninguna de las complejidades de este debate, tan repleto de ellas...
R.?Creo que la decisi¨®n y la voluntad de Do?a Ivone no se tuvieron en consideraci¨®n. A decir verdad, creo que ni siquiera escucharon a Eliana cuando pronunci¨® esas palabras. Hace poco, vi el nuevo espect¨¢culo de Elias Andreato, inspirado en la obra de Fernando Pessoa. En un determinado momento, su personaje dice: ¡°Las palabras son un abismo entre nosotros¡±. Este es nuestro tiempo...
P.??C¨®mo te sentiste?
¡°La discusi¨®n de la representatividad es leg¨ªtima porque no existe equidad entre blancos y negros¡±
R.?Cuando la gente empez¨® a hablar de representatividad, me acord¨¦ de las historias de mis amigos que han sufrido racismo por tener la piel m¨¢s oscura. Y eso todav¨ªa es indiscutible en nuestra sociedad. Te confieso que le¨ª pocos ataques, porque no s¨¦ c¨®mo lidiar con ellos. Tengo una vida bastante ajetreada, hago un m¨¢ster en fonoaudiolog¨ªa en la Pontificia Universidad Cat¨®lica, donde pienso justamente en la voz desde la perspectiva de la emoci¨®n. Y en aquel momento todav¨ªa ten¨ªa que ir a Cuba, separar los arreglos para la orquesta... Estaba en medio de un hurac¨¢n personal cuando empez¨® la discusi¨®n. Entonces empec¨¦ a ver toda aquella situaci¨®n, la gente diciendo que ten¨ªa que dejarlo porque yo no represento, porque mi imagen fenot¨ªpica, mis rasgos fenot¨ªpicos est¨¢n lejos de los rasgos de Do?a Ivone. Es importante que, desde el punto de vista hist¨®rico, un ni?o vea a un gran nombre como Do?a Ivone tal y como era, y en este caso estoy hablando desde el punto de vista pol¨ªtico, no art¨ªstico. Soy consciente de ello. Pero la cuesti¨®n no termina ah¨ª. Al contrario, creo que discutir la representatividad es importante y nos exige que elaboremos m¨¢s el tema, para entender otros matices. Pero, en aquel momento, pens¨¦: ¡°Tengo que renunciar al papel. Tengo que renunciar porque, primero, es leg¨ªtimo. Esta discusi¨®n de la representatividad es absolutamente leg¨ªtima¡±. Y, como la entrevista es para ti, no tengo que explicarte por qu¨¦.
P. Creo que es importante que lo expliques.
R.?Es leg¨ªtima porque tenemos una sociedad totalmente desequilibrada con relaci¨®n al pueblo negro. No existe equidad entre blancos y negros y cambiarlo significa reconsiderar privilegios hist¨®ricos. Nosotros, los negros, nunca somos la primera elecci¨®n. ¡°Ah, vamos a pensar en alguien que pueda hablar en la ONU¡±. No, no somos nosotros. Incluso, al principio, quienes discut¨ªan sobre racismo en Brasil, los pensadores, eran pr¨¢cticamente todos blancos. Personalmente, no creo que eso sea un problema, pero ?d¨®nde est¨¢n los pensadores negros? Existen, y la mayor¨ªa contin¨²an fuera de la Academia. Tiene que haber una reparaci¨®n. Yo escog¨ª ser negra a una edad temprana. Primero, es una percepci¨®n. No naces negra, blanca... No naces nada. Como dir¨ªa una profesora que tengo (citando a Lacan): ¡°Cuando naces eres un trozo de carne¡±. Un trozo de carne. Eres puro inconsciente. Es solo ¡°necesito comer¡±, ¡°me duele...¡±. Nada m¨¢s. Se tarda en construir eso, entonces te haces negra.
P. ?Te haces negra o te hacen negra? ?Puede ser una elecci¨®n?
R. De ni?a, nadie dec¨ªa que yo era blanca. Nadie dec¨ªa que era negra. La sociedad sab¨ªa que yo no era blanca. Una parte quiz¨¢ dudara de si era negra. Yo me entend¨ª como negra y me hice negra a lo largo de mi vida. Soy negra. Y punto. Eso es lo que siento, y es as¨ª como quiero que me vean. La m¨²sica que me constituye viene de los tambores, y atiendo a esa llamada para dialogar con el mundo.
P. ?C¨®mo fue entenderse negra?
R.?La primera imagen que tengo de una escisi¨®n ¨¦tnica fue en la escuela municipal, en S?o Paulo, donde estudiaba. Mis amigas blancas entraban por la puerta delantera de la escuela, por la puerta principal. Mis amigas negras entraban por detr¨¢s, porque viv¨ªan en la favela que hab¨ªa en la colina encima de la escuela. Entonces, esa fue mi primera percepci¨®n: ¡°Caramba, las personas entran por sitios diferentes en la misma escuela¡±. En segundo, una profesora que se llamaba C?ndida quiso crear una biblioteca en la clase, y yo ten¨ªa un amigo que se llamaba Cl¨¢udio. Era mayor que nosotros, que ten¨ªamos ocho a?os, ¨¦l ten¨ªa 12 o 13. Para ayudar a su abuela en casa, estaba metido en el tr¨¢fico de drogas. Cl¨¢udio era negro, m¨¢s oscuro que yo. Y cuando escogi¨® un libro, la clase se opuso. La profesora intervino: ¡°?Por qu¨¦ no puede llevarse el libro? ?Por qu¨¦? Cl¨¢udio, s¨ª que te lo vas a llevar¡±. Se produjo una situaci¨®n embarazosa. Una clase mayoritariamente blanca no quer¨ªa dejar que Cl¨¢udio se llevara el libro. Por lo tanto, desde muy temprana edad entend¨ª el lugar de la discriminaci¨®n. Cuando empec¨¦ mi carrera art¨ªstica, no me lo pens¨¦ mucho, hice una elecci¨®n natural, la samba, que era mi identidad, el patio de casa de mi abuela, italiana, que mezclaba, que recib¨ªa a los negros del barrio de Barra Funda, amigos de mi padre, y las sesiones de samba terminaban con pasta y no con feijoada, porque era lo que se hac¨ªa en casa. Hice la militancia a mi manera, con mi arte, con mi discurso de valorizaci¨®n de la cultura negra, estando con el pueblo negro, aun estando en muchos lugares donde los negros no est¨¢n. Pero, de una manera u otra, como dice Do?a Ivone en el espect¨¢culo, que ya estaba estudiando: ¡°Ve despacito, hija m¨ªa, que as¨ª llegas. Pasitos peque?itos¡±. Do?a Ivone dec¨ªa eso: ¡°No vayas por la fuerza¡±. No fue en vano su trabajo, al inicio de su carrera, con Nise da Silveira, una de las mayores psicoanalistas brasile?as, que luch¨® contra los manicomios. Est¨¢ claro que todo ello le dio a Do?a Ivone Lara un car¨¢cter humanizador. Y veo que la m¨²sica es esa potencia humanizadora que junta, que une.
P. Cuando hablas de la escuela, parece que miras a las blancas, miras a las negras... ?D¨®nde est¨¢s t¨²? ?Desde d¨®nde miras?
R.?Yo entend¨ªa que no ten¨ªa el pelo liso, que no consegu¨ªa salir con el chico que me gustaba. Los ni?os blancos no nos miraban. Y hab¨ªa otra cosa, que era muy triste. Cuando iba a las fiestas de junio (fiestas tradicionales brasile?as en homenaje a los santos), y eso lo sent¨ª en la piel, no hab¨ªa chicos para bailar. Y entonces nos cog¨ªan a las negras para bailar como chicos. Hice el papel de chico muchas veces y era terrible, porque lleg¨¢bamos con el vestido tradicional, que nuestra madre nos hab¨ªa comprado, y ten¨ªamos que cambiarnos y vestirnos de chico. Mis amigas eran blancas, pero yo no era del grupo de los privilegiados, y las negras me abrazaban m¨¢s.
P. ?C¨®mo te entend¨ªas?
R.?En aquella ¨¦poca, me entend¨ªa parda. Dec¨ªan que yo era parda, entonces era parda. Me llamaban ¡°morena¡±.
P.??Cu¨¢ndo pasaste de parda a negra?
R.?Creo que fue cuando empec¨¦ a cantar. Entonces ya era Fabi de la samba, Fabi de Barra Funda, hija de la escuela de samba Camisa Verde e Branco (una de las m¨¢s tradicionales de S?o Paulo). Cuando ten¨ªa un mes de vida, mi padre me llev¨® a la escuela para que me ¡°bautizaran¡±. Entonces, cuando los viejos sambistas de la Camisa Verde e Branco, que pr¨¢cticamente me han visto nacer, vinieron a verme cantar, todos lloraron, todos. Nunca me olvidar¨¦ de ese d¨ªa. Esa es mi negritud. Ah¨ª est¨¢ mi negritud. En mis espejos, en mi herencia familiar, en mi d¨ªa a d¨ªa, en mi religiosidad, en la comuni¨®n con tantos amigos no negros de piel. En mi canto, que recorre el mundo, no hay l¨ªmites, y no se curva ni se intimida a pesar de los desaf¨ªos y las restricciones que eventualmente surgen en el camino. Mi negritud habla alto. Cuando Omara Portuondo (gran cantante y bailarina cubana) me llama negra, cuando Do?a Ivone me llamaba negra, cuando mis amigos me invitan a una rueda de samba, cuando me reciben en el Congado (manifestaci¨®n cultural y religiosa de influencia africana) de Mar¨ªa en el barrio de Aparecida, en la capital del estado de Minas Gerais, cuando salgo con Maur¨ªcio Tizumba tocando en el desfile de la Fiesta del Tambor de las Hermandades de Mozambique, cuando canto las canciones del sambista Monsueto Menezes en la Sala S?o Paulo con la Jazz Sinf¨®nica de S?o Paulo, para un p¨²blico que no est¨¢ acostumbrado a escucharlo, cuando sucede un episodio como este y llego a la universidad y la gente quiere saber de qu¨¦ se trata. Porque, para la gente, es una cuesti¨®n distante. Pero, para m¨ª, no. Es una cuesti¨®n muy familiar.
¡°Mi negritud est¨¢ en mi canto, que no tiene l¨ªmites, ni se curva o se intimida¡±
P. ?C¨®mo te invitaron a interpretar a Do?a Ivone Lara?
R.?Hace tres a?os, J? Santana, un productor musical, fue a R¨ªo de Janeiro y me vio interpretando al (artista cubano) Bola de Nieve (1911-71). Como sabes, es un negro... no me gusta la palabra ¡°retinto¡±, porque ¡°retinto¡± significa repintado y nadie se repinta, la persona es como es. Y punto pelota. No me gusta ¡°retinto¡±. Nunca llam¨¦ a nadie negro retinto. Mi padre, dentro de esa clasificaci¨®n, es un negro retinto. Pero mi padre, para m¨ª, siempre fue negro. Bueno... J? Santana me vio interpretando a Bola de Nieve. Compositor, pianista, negro, gay, tuvo mucho ¨¦xito en el auge de la revoluci¨®n. J? Santana me dijo: ¡°Fabiana, eres una actriz. No solo sabes cantar, tambi¨¦n sabes actuar¡±. Y dijo: ¡°Voy a hacer un musical en homenaje a Do?a Ivone Lara y quiero invitarte a participar. Todav¨ªa no s¨¦ qu¨¦ papel har¨¢s, pero quiero invitarte¡±. Le dije que me sent¨ªa muy honrada. Pero soy una persona que piensa mucho en su d¨ªa a d¨ªa. Tengo mis sue?os. Miro a lo lejos, pero soy como una hormiguita. S¨¦ que el invierno llegar¨¢. Y entonces me digo: ¡°Fant¨¢stico, el proyecto de mis sue?os. Pero ?qu¨¦ tengo que hacer ahora? Tengo que estudiar esto, despu¨¦s ir a la clase de la profesora tal, despu¨¦s llamar a no s¨¦ qui¨¦n...¡±. Vivo as¨ª. Y pasaron tres a?os. En 2018, me llama J? Santana: ¡°Fabiana, quiero invitarte a participar en una reuni¨®n aqu¨ª en la productora, porque quiero hacerte una propuesta¡±. Y fui a la reuni¨®n. Y la propuesta era ser la protagonista del espect¨¢culo. Entonces empec¨¦ a organizar mi vida para mudarme a R¨ªo, porque los ensayos empiezan ahora, en julio. Son dos meses de ensayos, todos los d¨ªas, hasta el estreno en septiembre. Vaci¨¦ mi agenda para eso.
P.??Y c¨®mo te sentiste?
R.??Cu¨¢ndo me hicieron la propuesta? Me dio la llorera delante de todo el mundo. Do?a Ivone hab¨ªa grabado conmigo el disco Quando o c¨¦u clarear (Cuando el cielo claree), en 2007. Hab¨ªa cantado conmigo en un espect¨¢culo en el SESC Pinheiros. Do?a Ivone y dos cubanos: Julio Padr¨®n, uno de los mejores trompetistas del mundo, y Yaniel Matos, que vive en Brasil, pianista. Los tres eran mis invitados especiales en ese momento. De eso hace 11 a?os. Quiz¨¢ entonces ya ten¨ªa eso de querer expandir mi conversaci¨®n con la Am¨¦rica Latina negra. Fue la primera vez que dos extranjeros participaron en un trabajo m¨ªo y, para m¨ª, era una conexi¨®n absolutamente natural, org¨¢nica, inmediata. Cuando nosotros, los negros, nos encontramos, aunque seamos de culturas diferentes, tenemos un tambor como pilar de uni¨®n, tenemos nuestra ancestralidad, nuestra cuesti¨®n de lo sagrado. Lo sagrado es el pilar de sustentaci¨®n. Recib¨ª esa propuesta y me emocion¨¦ mucho, porque vi parte de mi vida pasar ante mis ojos. Enseguida, cog¨ª el m¨®vil y empec¨¦ a mostrar todo lo que ten¨ªa con Do?a Ivone. En 2011, cuando Do?a Ivone vino a S?o Paulo, hicimos un espect¨¢culo en el Centro Cultural de la Juventud, ah¨ª donde vive (el rapero) Emicida, en Vila Nova Cachoeirinha. Do?a Ivone estaba debilitada f¨ªsicamente. Su hijo acababa de fallecer, y eso la hab¨ªa dejado muy debilitada. Una mujer de su edad recibir una noticia como esa... Estuvimos hablando largo y tendido en el camerino. Y yo siempre sin querer molestarla, siempre con una reverencia inmensa, una reverencia que tengo con los grandes nombres, las personas que me construyeron art¨ªsticamente. Entr¨® en el escenario en su silla de ruedas, su nieto Andr¨¦ la llev¨®, y cuando empec¨¦ a cantar ¡°Eu vim de l¨¢¡± (Vengo de all¨ª), quiso levantarse y Andr¨¦, por precauci¨®n, le dijo: ¡°Abuela, qu¨¦date sentada...¡±. Mir¨¦ a Andr¨¦ y le dije: ¡°Pero si quiere levantarse...¡±. Tom¨¦ la decisi¨®n de acercarme y le pregunt¨¦: ¡°Do?a Ivone, ?quiere levantarse?¡±. Y ella: ¡°S¨ª, hija, quiero levantarme¡±. Entonces la cog¨ª del brazo y la levant¨¦. Do?a Ivone cant¨® en pie todo el rato, feliz con su pueblo. Conquist¨® su lugar por ser efectivamente una representante de las expectativas del pueblo, con esas frases que resuenan en nuestra mente. Eso es ser una artista popular. Do?a Ivone no era una persona que filosofaba, que hablaba dif¨ªcil. Era una mujer simple. Era una mujer que yo no s¨¦ ser. Yo he ido por otros derroteros. Estudiamos mucho y despu¨¦s entendemos que tenemos que deconstruirlo todo para llegar a lo esencial. Do?a Ivone ya era lo esencial. Ella ya era esencialmente Do?a Ivone Lara. Entonces, representar a una mujer as¨ª teniendo en el curr¨ªculo una historia con ella, me hac¨ªa sentir que esa propuesta estaba en el lugar adecuado.
¡°Estudiamos mucho para entender y despu¨¦s tenemos que deconstruirlo todo para llegar a lo esencial. Do?a Ivone ya era lo esencial¡±
P. ?Temiste algo cuando recibiste la propuesta?
R.?Empec¨¦ a pensar en c¨®mo iba a deconstruir a Fabiana para poder dar voz a Do?a Ivone Lara. C¨®mo iba a salir de la Fabiana que hace un m¨¢ster, que tiene un trabajo art¨ªstico tambi¨¦n relacionado con la samba, que est¨¢ en este lugar popular, pero que construy¨® todo eso de forma diferente a Do?a Ivone. Son tres Do?a Ivone en el espect¨¢culo: una ni?a, una joven, del per¨ªodo en que Do?a Ivone trabajaba con Nise da Silveira, y Do?a Ivone cuando se convierte en Do?a Ivone Lara, que es cuando empieza efectivamente a firmar las canciones y se asume como compositora y cantante. Yo iba a interpretar esta ¨²ltima. Ten¨ªa que envejecer la voz, hacer toda la caracterizaci¨®n, porque cog¨ªa a Do?a Ivone a partir de los 50 a?os e iba hasta los 80. Ten¨ªa que hacer todo un trabajo corporal tambi¨¦n, de construcci¨®n del personaje, hasta llegar al envejecimiento, a esa voz que se fragiliza por las condiciones f¨ªsicas, biol¨®gicas, anat¨®micas, que se va deteriorando con el tiempo, que va dando espacio a una cierta flacidez muscular. Ya estaba todo arreglado con la fonoaudi¨®loga. Es una exigencia que tengo, como artista. ¡°?Qu¨¦ necesito para llegar a la voz de este personaje?¡±. Aunque el director, El¨ªsio Lopez, que es una persona muy sensible, me orientara: ¡°No quiero una imitaci¨®n de Do?a Ivone Lara¡±.
P. Eso es importante. ?Cu¨¢l era la idea del espect¨¢culo, con relaci¨®n a la interpretaci¨®n art¨ªstica?
R.?En esa reuni¨®n, la primera pregunta que hice fue: ¡°?Qu¨¦ Do?a Ivone Lara quer¨¦is? ?Qu¨¦ tipo? Porque si quer¨¦is una imitaci¨®n, yo no soy la persona adecuada¡±. Porque no me veo en ese lugar. Mi interpretaci¨®n busca la subjetividad del otro, a trav¨¦s de una serie de composiciones, sobre todo ps¨ªquicas. Entonces, J? Santana me dijo: ¡°Mira, nadie quiere una copia. Queremos a la int¨¦rprete Fabiana Cozza dando voz a ese personaje que se llama Do?a Ivone Lara¡±. Perfecto. Cuando conoc¨ª a El¨ªsio, el director, habl¨¦ largo y tendido con ¨¦l por tel¨¦fono: ¡°El¨ªsio, J? ya me lo ha dicho, pero quiero que me lo digas t¨², que eres el director del espect¨¢culo: ?qu¨¦ quieres de m¨ª y qu¨¦ expectativas tienes con esta Do?a Ivone? ?Qui¨¦n es esta Do?a Ivone para ti?¡±. ?l me dijo: ¡°Fabiana, t¨² eres una int¨¦rprete. Te he visto hacer cosas muy diferentes. Quiero que des voz a esta Do?a Ivone Lara que vamos a crear¡±. Entonces me qued¨¦ tranquila, porque el lugar de creaci¨®n es un lugar al que estoy habituada. No el lugar de la copia, sino de la interpretaci¨®n. Ser¨¢ una Do?a Ivone que tiene el esp¨ªritu, el alma, el ¨¢urea de Do?a Ivone Lara. Pero que no es ella. No es una simple copia, no es una fotocopia, porque no podr¨ªa hacer eso. Es imposible. Entonces, me sent¨ª c¨®moda en ese lugar de artista. Del mismo modo que no soy Bola de Nieve, pero puedo ceder mi voz a la po¨¦tica de Bola de Nieve, y eso significa representar a Bola de Nieve y tambi¨¦n mantener viva el alma de Bola de Nieve. Es perpetuar a Bola de Nieve, aunque sea en una piel m¨¢s clara. Aunque sea mujer.
P. Estabas inmensamente feliz por interpretar a Do?a Ivone Lara. De repente, empiezan las reacciones contrarias debido al color de tu piel. ?C¨®mo fue tu primer contacto con las cr¨ªticas y con los ataques? Porque es importante diferenciar una cosa de la otra.
R.?Un periodista de R¨ªo, del peri¨®dico Extra, fue la primera persona que me pregunt¨®: ¡°Fabiana, ?no temes las cr¨ªticas que puedan surgir, por ser muy clara y Do?a Ivone ser m¨¢s oscura?¡±. Te juro que, en ese momento, no lo proces¨¦, porque siempre he cantado las canciones de Do?a Ivone, ten¨ªa contacto con ella, hab¨ªa sido escogida por ella. Por lo tanto, no necesitaba levantar ning¨²n cartel para decir nada. Cre¨ªa que todo estaba bien. A m¨ª me mueve lo art¨ªstico, y me sent¨ªa feliz porque, vete a saber, podr¨ªan haber escogido a alguien de otro g¨¦nero musical, que no tuviera contacto con el lenguaje de la samba, y, entonces s¨ª, podr¨ªan criticarla. ??Pero a m¨ª?!
P. ?Qu¨¦ le respondiste al periodista?
R.?Le dije: ¡°Mira, creo que eso no va a ocurrir, porque me eligi¨® Do?a Ivone, tengo mi historia, que est¨¢ relacionada con la samba¡±. Pero la celebraci¨®n no dur¨® ni cinco horas...
P. ?C¨®mo sucedi¨®?
R.?Empezaron a invadir la p¨¢gina del musical... Parec¨ªa un enjambre, porque hasta entonces la p¨¢gina no ten¨ªa muchos seguidores. Mi productora, Nen¨º (Rodrigues), que lo sigui¨® todo de cerca estoicamente, lo ley¨® todo e intent¨® blindarme. Pero yo ten¨ªa acceso, claro, y lo primero que pens¨¦ fue: ¡°?Caramba, muchas de estas personas ni siquiera me conocen!¡±. Por lo que dec¨ªan, por c¨®mo lo dec¨ªan, me llamaban ¡°escaladora¡±, ¡°aventurera¡±, ¡°oportunista¡±. Dec¨ªan: ¡°No eres negra¡± o ¡°Qui¨¦n eres, que te crees que eres sambista...¡±. Pens¨¦: ya que esta gente es tan intern¨¦tica, por lo menos podr¨ªan haberme buscado en Google. Entonces el discurso empez¨® a hacerse muy confuso, porque hab¨ªa personas que dec¨ªan que no ten¨ªa nada que ver con mi color de piel, y s¨ª con la representatividad. Ten¨ªa que ser otra persona del tono de Do?a Ivone Lara, para legitimarse en el papel de Do?a Ivone Lara. Pero r¨¢pidamente la cosa creci¨® como creci¨®. Y abri¨® espacio a los que llamo extremistas, que hicieron ataques personales.
P. ?Qu¨¦ te dec¨ªan?
R.?Nunca publiqu¨¦ cosas personales en el Facebook, a no ser, no s¨¦, una foto con mi madre en el D¨ªa de la Madre, cosas as¨ª. Nadie sabe nada de mi vida personal, porque no interesa, mi vida no le interesa a nadie, e incluso porque es muy poco interesante. Mi vida solo es interesante para m¨ª, para quien vive conmigo. Pero tengo una p¨¢gina de artista y nunca hab¨ªa tenido tantos comentarios en ninguna actividad que hubiera hecho. Nunca recib¨ª 1.300, 1.500 comentarios. Creo que muchas de las personas que comentaron sobre el hecho de que me escogieran para el papel de Do?a Ivone Lara nunca han visto un espect¨¢culo m¨ªo o han escuchado un disco. Me parece que solo es un lugar hist¨¦rico, psic¨®tico. El otro se invisibiliza, se borra. No se trata de una sordera. Es un proceso que, en los tiempos actuales, no tiene solo que ver con la cuesti¨®n del racismo.?
P. ?Tiene que ver con qu¨¦?
R.?Creo que tiene que ver con esta ¨¦poca de polarizaciones, de odio, esta ¨¦poca poco po¨¦tica, poco musical, sin delicadezas, esta ¨¦poca en que las personas ya no se encuentran para tomar caf¨¦, esta ¨¦poca en que las personas solo se abrazan en un momento de extrema euforia, como en el Mundial, lo cual tambi¨¦n me parece sintom¨¢tico. Ah¨ª s¨ª que se abrazan, los hombres. Me parece una sociedad que tiene una fiebre muy alta. Tenemos que bajar esa fiebre a 36 grados, porque tenemos que convivir. Yo vivo en un edificio donde s¨¦ que mucha gente tiene toda una orientaci¨®n pol¨ªtica, social, cultural muy diferente de la m¨ªa. Pero no por eso agredo a mi vecino, ni dejo de ofrecerle un caf¨¦ si lo necesita, como hac¨ªa mi abuela.
¡°Nuestra sociedad tiene una fiebre muy alta. Hay que bajarla a 36 grados, porque tenemos que convivir¡±
P.??Alguna manifestaci¨®n en particular te doli¨® m¨¢s?
R.?Todo se hizo muy difuso, se transform¨® en un gran eco para m¨ª, un eco de mucha gente hablando al mismo tiempo. Necesit¨¦ estar callada con mi orisha. Sabes, estar con tu silencio.
P.??Cu¨¢nto tiempo te llev¨® renunciar al papel?
R.?Tres o cuatro d¨ªas. Me silenci¨¦ inmediatamente y, en esos tres d¨ªas, estuve solo escuchando. Cuando era periodista y cubr¨ªa los deportes, iba mucho a estadios de f¨²tbol. Fue como estar en un gran estadio con todo el mundo hablando a la vez. Y enseguida la gente empez¨® a pegarse. No puedo soportar los linchamientos de unos contra otros. Una profesora me defendi¨® y la insultaron: ¡°?T¨², blanca, qui¨¦n te crees que eres, vete a estudiar!¡±. Otra persona public¨® un pedido de disculpas: ¡°Fabiana, vengo aqu¨ª a pedirte disculpas, porque no sab¨ªa qui¨¦n eras, no conoc¨ªa tu trayectoria, no te conoc¨ªa, y fui una de las personas que habl¨® muy mal de ti¡±. Jo, hay que tener mucho valor. Quise leer todo lo que los pensadores, los profesores, los periodistas escribieron, las personas que intentaron reflexionar para iluminar la cuesti¨®n. Le dije a Nen¨º: ¡°Jo, ?te imaginas que en Brasil se pudieran discutir las cosas, que la prensa siempre diera este espacio a asuntos tan importantes como este, sin que necesit¨¢ramos que pasara algo?¡±. Avanzar¨ªamos mucho. Me gusta reflexionar, debatir, escuchar, me gusta cuando me indican los fallos de mi l¨ªnea de pensamiento en los debates de la universidad. Siempre empiezo pidiendo permiso para hablar sobre el ¨¢rea del otro. Porque forma parte de nuestra educaci¨®n, de los negros. Aprendemos que nadie entra en el terreiro (lugar de culto en el candombl¨¦) sin pedir permiso. Los ancianos nos lo ense?an, los del ¡°pelo blanco¡±.
P. ?C¨®mo te afect¨® el cuestionamiento sobre tu representatividad?
R.?Pol¨ªticamente, esta cuesti¨®n de la representatividad me afect¨® mucho, y pens¨¦: ¡°No, lo dejo, no voy a hacer el musical. Voy a ceder ese lugar a una mujer m¨¢s escura que yo en este momento en que esta cuesti¨®n ni siquiera se discute en Brasil¡±. La representatividad negra no se discute ampliamente. Todo lo contrario. En los ¨²ltimos a?os, hemos hecho peque?as conquistas, las cuotas, m¨¢s negros en la universidad, la Secretar¨ªa de Igualdad Racial... Y ahora se est¨¢ acabando todo esto. Se est¨¢ produciendo un exterminio. Ante todo esto, pens¨¦: ¡°Lo dejo¡±. Pol¨ªticamente, quiz¨¢ haya sido la posici¨®n que me ha exigido m¨¢s reflexi¨®n.
P.??C¨®mo sit¨²as lo ocurrido?
R.?Esta cuesti¨®n tiene muchos lados. Existe, s¨ª, la cuesti¨®n de la representatividad. Es una cuesti¨®n pol¨ªtica. Como dijo recientemente Kabengele Munanga (antrop¨®logo e intelectual brasile?o nacido en el Congo): ¡°En Estados Unidos, basta tener una ¨²nica gota de sangre africana para ser considerado totalmente negro. Obama, por ejemplo, de padre keniata y madre blanca, pol¨ªticamente es considerado negro, sin ambig¨¹edades. En Brasil, se ha creado esa ambig¨¹edad. Y ahora los propios negros se dividen entre ellos¡±. Por lo tanto, hay que ver esta cuesti¨®n de forma muy cuidadosa, porque se est¨¢ exponiendo todo, se est¨¢ diciendo todo, y tambi¨¦n creo que solo aprendemos el camino caminando. Creo que las bombas, las tempestades, todo forma parte de este camino. No creo que haya que excluir nada. Al contrario; si no, tendr¨ªamos una dictadura, donde las cosas est¨¢n fijas. Para poder avanzar, la discusi¨®n tiene que ser absolutamente democr¨¢tica. En todo esto, hay algo que considero que es realmente muy positivo: las personas han empezado a sentir empat¨ªa por el asunto. Yo he acabado siendo un poco como un detonante. Y ahora vuelvo a tu pregunta: ¡°?En qu¨¦ lugar estabas en la escuela? Porque hab¨ªa las blancas, las negras y las pardas¡±. Yo estaba en una franja, y es interesante que la discusi¨®n haya empezado de nuevo por la franja, por lo que separa. Por algo que separa, pero que, tambi¨¦n, si hablamos del color, de la pigmentaci¨®n, no es ni una cosa ni otra. Es casi la Franja de Gaza, un lugar de conflicto. Es el lugar del conflicto.
¡°Los negros de piel clara est¨¢n en la Franja de Gaza, en un lugar de conflicto¡±
P.?Es interesante pensar sobre eso. ?Crees que el lugar de la ¡°mulata¡±, esta palabra considerada racista por parte de los movimientos negros, es un lugar de conflicto? ?Qu¨¦ conflicto, pensando desde el punto de vista hist¨®rico, en la medida que podemos pensar que el proceso de mestizaje en Brasil empez¨® con violencia, con la violaci¨®n de las negras esclavizadas por los blancos, se?ores de esclavos?
R.?El racismo genera conflicto. Me arriesgar¨ªa a decir que nosotros, los negros de piel clara, estamos en esta Franja de Gaza. Metaf¨®ricamente, el colorismo puede ser esta l¨ªnea divisoria. Ahora, quiz¨¢ sea importante entender el concepto de negro. ?Qui¨¦n es negro en este pa¨ªs? ?Qui¨¦n no lo es? ?Qu¨¦ lo define? ?Qui¨¦n tiene ¡°autoridad¡± suficiente para entrar o no en esta discusi¨®n? ?Qu¨¦ legitima a una persona para asumirse negra? ?La autodeclaraci¨®n vale? ?No vale? Yo tambi¨¦n me sent¨ª confusa.
P. ?Hay algo positivo en este episodio?
R.?Si hay algo bueno es que, por primera vez, personas blancas ¡ªprofesores, colegas, familiares, gente de la calle que me conoce¡ª me han preguntado, se han interesado por el asunto. Yo me expreso as¨ª porque tengo mucho respeto, porque soy hija de una madre blanca y hay que tener respeto por las personas, por lo que son. Hay que tener respeto, como los negros tienen que tener respeto por lo que son. La discusi¨®n no puede ser extremada, porque, si no, no avanzamos.
P.??C¨®mo la gente te demostr¨® su apoyo?
R.?Me apoy¨® mucha gente del movimiento negro que, con relaci¨®n a los argumentos, a los conceptos, se manifiesta con mucha m¨¢s propiedad que yo, porque ellos s¨ª que estudian a fondo esta cuesti¨®n. Y se manifestaron para decir: ¡°Mira, hoy somos la mayor parte de la poblaci¨®n, porque fue una conquista del movimiento negro. Los negros somos los negros oscuros y los pardos. As¨ª que, s¨ª, somos muchos, somos m¨¢s del 50% del pa¨ªs. Pero si sacamos a los pardos, nos quedamos con el 8%, que es el porcentaje de los que se declaran negros oscuros, seg¨²n la ¨²ltima encuesta divulgada por el Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica. Los pardos son casi el 47%. Y el 8% es muy poco. Por lo tanto, necesitamos estar juntos¡±. Recib¨ª muchos mensajes de personas que son claras, negras claras, negros claros. ?D¨®nde est¨¢ esta gente? Por eso digo que este discurso extremado contribuye muy poco a que consigamos avanzar y conquistar representatividad. Pero este episodio ha permitido que, por primera vez, llegara a la universidad, por ejemplo, y pudiera hablar con mis profesoras y colegas, porque todos quer¨ªan saber qu¨¦ era el colorismo, por ejemplo. Todos mis profesores son blancos.
P.??Qu¨¦ te preguntaron?
R.?¡°No lo entiendo, expl¨ªcame qu¨¦ es el colorismo¡±. O: ¡°?C¨®mo que no eres negra? Creemos que no es solo una cuesti¨®n de color, creemos que tiene que ver con la envidia. Pero expl¨ªcanos¡±. Este episodio es muy duro para m¨ª emocionalmente. De verdad. Pero, si contribuye, aunque sea una gotita, a que discutamos el racismo sentados en una mesa redonda y mir¨¢ndonos a los ojos, habr¨¢ valido la pena. Sentar a gente de todos los colores, porque no creo que sea un debate solo nuestro, de los negros. Creo que nosotros, los negros, tenemos que poner orden en nuestra propia casa. Pero estableciendo un di¨¢logo maduro, con propuestas. Y te digo algo que pienso realmente: est¨¢ de moda hoy en d¨ªa hablar de ¡°lugar de habla¡±. Perfecto. Necesitamos tener un lugar de habla. Pero, en mi opini¨®n, creo que necesitamos m¨¢s un lugar de escucha. Es mucho m¨¢s importante. Se habla mucho, no se escucha nada. Y as¨ª no se puede. As¨ª se transforma en una guerra, y una guerra es la foto de la ONU de Siria que he visto hoy. Solo quedan mutilados, escombros, sangre pisada, restos. La guerra es eso. Cat¨¢strofe humana, trauma. Y los que manipulan la guerra est¨¢n totalmente preservados, siempre est¨¢n preservados. Vi¨¦ndolo todo y ri¨¦ndose en nuestra cara. En Brasil, por ejemplo, tenemos varios candidatos interesados en ocupar un esca?o en la C¨¢mara de los Diputados, en sentarse en el sill¨®n presidencial...
¡°Necesitamos un lugar de habla. Pero que necesitamos todav¨ªa m¨¢s un lugar de escucha¡±
P. ?C¨®mo es estar en esta guerra como artista?
R.?En esta ¨¦poca no hay poes¨ªa. Y nosotros, los artistas, nos esforzamos. Siempre construimos, creamos, a pesar de las adversidades y las incongruencias del pa¨ªs. Porque tambi¨¦n nos faltan cosas. Falta inversi¨®n. Faltan escuelas de arte, teatros, salas de m¨²sica, bibliotecas, circos, cines. Faltan espacios para pensar la m¨²sica, para ense?ar, falta aprobar que haya profesores de m¨²sica en la ense?anza b¨¢sica. Falta valorar y preparar a los profesores. Falta, falta, falta, falta. Y nosotros seguimos, sobrevivimos. Y hacemos, hacemos, hacemos, hacemos. Ayudamos al otro, le extendemos la mano, celebramos. Cuando tengo la oportunidad de ser curadora de alg¨²n proyecto, como algunos a?os en los espect¨¢culos de la Balada Literaria, organizada por (el escritor) Marcelino Freire, solo invito a artistas negros, diversos y ¨²nicos. Y esta elecci¨®n ocurre porque esas personas son fundamentales para mi arte. Hay un texto de (Eduardo) Galeano, en la contraportada del Libro de los abrazos, que me gusta mucho. Dice as¨ª: ¡°Diego no conoc¨ªa la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llev¨® a descubrirla. (...) Cuando el ni?o y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, despu¨¦s de mucho caminar, la mar estall¨® ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el ni?o qued¨® mudo de hermosura. Y cuando por fin consigui¨® hablar, temblando, tartamudeando, pidi¨® a su padre: ¡®?Ay¨²dame a mirar!¡¯¡±. Ya est¨¢. Los negros con quienes comparto mi arte, mi vida, mi coraz¨®n, mi casa, son negros que me ayudan a mirar la vida, mi lugar de existencia. Por lo tanto, renunciar fue la decisi¨®n art¨ªstica m¨¢s dolorida que he tomado hasta ahora, art¨ªsticamente hablando.
P.??Por qu¨¦?
R.?Porque me desplaz¨® de este lugar donde entiendo que puedo contribuir de alguna forma para que miremos otras cosas, para que profundicemos la mirada. El arte es el lugar de la creaci¨®n, de la imaginaci¨®n, de la reflexi¨®n. Es el lugar de lo pol¨ªtico, de la filosof¨ªa. Es el lugar de la psique humana, de los monstruos. Por eso, cuando acallamos al artista, es un crimen, es algo que duele mucho. Tambi¨¦n creo que es por eso que tantos artistas se solidarizan. Y lo vuelvo a decir: creo que la discusi¨®n tiene que avanzar y quiz¨¢s la cuesti¨®n de la representatividad del negro en los espacios p¨²blicos tenga que alcanzar otro nivel, para que un d¨ªa estemos m¨¢s en paz y, quiz¨¢s, ya no necesitemos discutir sobre esto.
P.??Te acallaron?
R.?Me silenciaron, pero no me acallaron.
P. ?Qu¨¦ diferencia hay?
R.?Me reprendieron. Acallar es cuando alguien me pone una mano en la boca. Silenciar es cuando se puede elegir. Te retiras. Yo eleg¨ª silenciarme. El ¡°ca¡±, del verbo acallar, es una consonante muy dura, y el silencio, no, es una palabra soplada. Estoy haciendo un an¨¢lisis fon¨¦tico muy superficial, pero hay algo de eso, de acallar como algo de ¡°cierra el pico¡±.
P.??Te lo dicen mucho?
R.?S¨ª... ¡°Cierra el pico, ?qui¨¦n te crees que eres?¡±. Y ¡°cierra el pico¡±, para m¨ª, tambi¨¦n remite a un lugar muy infantilizado. El ni?o peque?o, cuando dice ¡°cierra el pico¡±, est¨¢ aprendiendo c¨®mo va a negociar. Todav¨ªa no sabe negociar, por eso lo hace de forma ca¨®tica. Creo que desist¨ª de un deseo, que era el deseo de interpretar a Do?a Ivone, para tambi¨¦n poder ver m¨¢s all¨¢ en mi jornada. Porque nada se ha detenido. Tres d¨ªas despu¨¦s estaba en Cuba, trabajando, ensayando. Pero espero que esta discusi¨®n no se entibie. Que siga seduciendo a personas que nunca se sintieron en el derecho de hablar sobre ello. He escuchado mucho este argumento: ¡°No puedo hablar sobre ello porque soy blanca¡±. ?Y por qu¨¦ no? No necesito ser palestina para entender el dolor que es ser madre de un hijo que muri¨® en la guerra. No, espera. Si fuera as¨ª, no podr¨ªan escribirse libros. Imag¨ªnate que las escritoras tuvieran que vivir todo aquello que escriben, que inventan, que crean, que piensan, que sue?an. No, eso es absurdo. Tengo que tener empat¨ªa con las personas, conocer su historia antes que nada. El movimiento LGBT tiene algo interesante, cada a?o se le a?ade una letra, ?no? L-G-B-T-S etc., etc., etc. Dentro de nada estar¨¢ el alfabeto entero. Y eso es maravilloso. Porque las personas se van viendo en este universo del dolor por estar discriminado. ¡°Me discriminan, t¨ªo, ?me haces un hueco ah¨ª?¡±. S¨ª, claro, ven, que cabes, hay sitio. Tiene que haber sitio para que quepamos nosotros, para estar hermanados en esta lucha colectiva. La discusi¨®n del racismo en Brasil es de Brasil. Despu¨¦s, podemos expandirla y entender c¨®mo es en Per¨², en Uruguay, en Argentina.?
P.??C¨®mo fue silenciarse? ?C¨®mo fue esa renuncia?
R.?Podr¨ªa estar en el musical, soport¨¢ndolo o no. Art¨ªsticamente, lo dej¨¦ con mucho dolor, mucho dolor, porque hab¨ªa sido algo muy celebrado, muy festivo en un primer momento. Lo dej¨¦ porque no s¨¦ ser creativa en la violencia. Y, por eso, corr¨ªa un riesgo grande, que era el de echar por tierra, debido a una desorganizaci¨®n interna emocional, un trabajo que construyo desde hace 20 a?os. Y eso no lo voy a poner en riesgo. Pod¨¦is quit¨¢rmelo todo, menos la m¨²sica, como dice No¨ºmia de Souza en el poema ¡°S¨²plica¡±. Pod¨¦is quit¨¢rmelo todo, pero la m¨²sica no, mi voz jam¨¢s. Mi voz es m¨ªa. Porque mi voz no es m¨ªa en una relaci¨®n de poder, en un juego vanidoso. Mi voz es m¨ªa porque ella es mi abuela, es mi padre, es mi madre, es mis hermanos. Mi voz es todo, mi voz es mucha gente. Duele. He llorado mucho para poder cantar.
¡°Mi voz es m¨ªa. Mi voz es mucha gente. He llorado mucho para poder cantar¡±
P.??Este fue tu l¨ªmite?
R.?Cuando entend¨ª que iba a perder ese espacio, me dije: ¡°No, no puedo correr ese riesgo¡±. Incluso por toda la cuesti¨®n de lo sagrado que tengo dentro de m¨ª. Soy una figura del candombl¨¦. Entiendo que Do?a Ivone parti¨® de esta vida hace dos meses, y no la han escuchado. Verbaliz¨® su elecci¨®n, nadie ha inventado esa historia para calmar los ¨¢nimos. Habr¨ªa que escuchar m¨¢s, insisto. Debemos entender nuestro lugar de habla, s¨ª, y nuestro lugar de habla tiene que respetarse, pero no te van a respetar si no respetas al otro. Esto es b¨¢sico. Es el principio de cualquier conversaci¨®n.
P. Te afect¨® mucho que Do?a Ivone Lara te hubiera escogido, pero que esta elecci¨®n no se tuviera en cuenta en las cr¨ªticas a tu color de piel.
R.?Me entristeci¨® profundamente que, jo, en esta historia no se tuviera en cuenta a Do?a Ivone. Puedes recuperar todas las discusiones y ver¨¢s que solo uno u otro habla de Do?a Ivone. Do?a Ivone no entra en la discusi¨®n, y el homenaje era para ella. Por este y otros motivos, decid¨ª dejarlo. Es muy dif¨ªcil este ejercicio, es casi como tener dos chips. Uno pol¨ªtico, pol¨ªticamente Fabiana, en el que pasan todos los negros y negras de mi vida con quien me he sentado en esta mesa. ¡°Hermana, tengo que hablar contigo¡±. ¡°?Qu¨¦ pasa?¡±. Y era eso, demasiado oscuros para el papel.
P. ?Y el otro chip?
R.?En realidad, todo es una gran ilusi¨®n, todo es una ¨²nica cosa. Y es un l¨ªo. Nadie es una cosa u otra, pero tuve que hacerlo as¨ª. Me qued¨¦ en casa, llorando de un lado a otro. La perra se puso enferma, porque las perras entienden de energ¨ªa. Pens¨¦: ¡°Tengo que entender qu¨¦ tengo que hacer¡±. Rec¨¦ mucho, me encerr¨¦ con mi orisha para ver qu¨¦ ten¨ªa que hacer, qu¨¦ decisi¨®n ten¨ªa que tomar.
P.??C¨®mo fue?
R.?No esper¨¦ que nada se estancara, me dej¨¦ dominar por la emoci¨®n. A mi terapeuta le pareci¨® fant¨¢stico, porque, si no, podr¨ªa haber explotado de otra forma. Me dej¨¦ dominar y entonces dije: ¡°?Qu¨¦ es lo mejor?¡±. La situaci¨®n dej¨® de ser m¨ªa, pas¨® a ser de tantas personas, se transform¨® en otra voz. Sal¨ª de la voz de Do?a Ivone, del personaje, se transform¨® en una voz que era una voz que ten¨ªa que posicionarse, pol¨ªticamente. Y como creo que el artista es un ser pol¨ªtico siempre, desde siempre, me vinieron a la mente estos amigos y algunas frases que ped¨ªan que renunciara. Fueron frases muy delicadas y muy argumentativas, muy importantes para mi decisi¨®n. No s¨¦ decir el nombre de las personas, solo s¨¦ que le¨ª algunas cosas que fueron muy delicadas. El otro chip es este, el art¨ªstico. No estoy abandonando a Do?a Ivone, no me estoy despidiendo. Ah¨ª creo que entra el orisha, algo que te ilumina. No es una despedida.
P.??Por qu¨¦ no?
R.?Por algo muy simple, algo que me gusta mucho: las experiencias se transforman en memorias en el cuerpo. Me gusta mucho esta imagen de la memoria del cuerpo, que es lo que trabajo en el escenario. Do?a Ivone ya est¨¢ en m¨ª, yo tambi¨¦n soy Do?a Ivone Lara. No necesito estar en el teatro, puedo estar en cualquier lugar. Entonces, escucho una voz que me dice: ¡°Do?a Ivone ya est¨¢ en ti, vas a cantar a Do?a Ivone hasta morir, no tiene que ser ahora. D¨¦jalo, Fabiana, d¨¦jalo para preservar todo esto¡±. Como si la emoci¨®n de cantarla fuera ¡ªo es¡ª algo que te toma de fuera hacia dentro. Algo que vuela, que est¨¢ suspenso y puede encantarte en cualquier momento.
¡°Do?a Ivone ya est¨¢ en m¨ª. Yo tambi¨¦n soy Do?a Ivone Lara¡±
P. ?Te sentiste violentada?
R.?Lo que me afect¨® mucho y tambi¨¦n a mi pensamiento es el hecho de que no se respetara la opini¨®n de Do?a Ivone Lara. Eso, para m¨ª, es una violencia.
P.??Qu¨¦ efecto produjo todo esto en tu cuerpo?
R.??En mi cuerpo? Los primeros d¨ªas me qued¨¦ paralizada. Todo empez¨® el d¨ªa 30 de mayo y, el 5 de junio, embarqu¨¦ hacia Cuba. Fue un per¨ªodo de cuatro o cinco d¨ªas en los que me sent¨ª desplazada de mi lugar de identidad. Cuando empec¨¦ a escribirte la carta, empec¨¦ a respirar mejor. La escritura, la literatura, es mi cuarto de desechos, recordando a (la escritora negra) Carolina Maria de Jesus.
P. El profesor Kabengele Munanga dijo en una entrevista al peri¨®dico A Tarde que lo que te sucedi¨® podr¨ªa ser envidia. ?Tambi¨¦n lo crees?
R.?Mucha gente lo cree. Pero no s¨¦ si fue envidia. Identifico el discurso de la representatividad como leg¨ªtimo, porque tambi¨¦n he vivido este problema con mis amigos. Sucede y tiene que corregirse. Las personas pierden un lugar porque se las considera ¡°demasiado oscuras¡±. Ahora bien, no soy ingenua, y es cierto que hay gente que cree que el c¨¦sped del vecino es m¨¢s verde que el suyo. ?Cu¨¢ntos de ellos aprecian mis espect¨¢culos o han comprado mis discos? Interpret¨¦ a Clementina de Jesus en el teatro, en la obra de Gero Camilo y Victor Mendes, hace dos a?os, y creo que no aparecieron por all¨ª. Ahora bien, el papel de la dama de la samba brasile?a, en un gran musical que va a R¨ªo de Janeiro, que estar¨¢ cuatro meses en cartel, ah¨ª, s¨ª, creo que hay mucha gente a la que le gustar¨ªa estar en ese lugar.
P. ?D¨®nde te sit¨²as, en este momento, despu¨¦s de todo lo sucedido?
R.?Estoy del lado que siempre he estado. Y en movimiento.
P. ?Y si fuera una blanca?
R.??La que hiciera el papel? Creo que la gente pensar¨ªa que, de ninguna manera, podr¨ªa interpretar a Do?a Ivone Lara.
P. ?Pero t¨² qu¨¦ crees?
R.?Quiz¨¢s, si un d¨ªa hay equidad entre blancos y negros, esta cuesti¨®n no exista. La cuesti¨®n de la representatividad existe, es incipiente, insuficiente todav¨ªa en Brasil, poco debatida, y quiz¨¢s no sepa responderte m¨¢s que esto. Art¨ªsticamente, creo que el arte tiene que perseguir su ¡°libertad¡±, ut¨®pica, de que el escenario es libre. Libre en lo que permite la imaginaci¨®n, el sue?o, el arte que pregunta, duda, abraza, asusta, afecta, transforma, propone, denuncia, ama. Fui a Cuba a interpretar a Bola de Nieve, en marzo, a grabar un DVD, y tuve el valor o la cara dura de invitar a la hermana de Bola de Nieve, que es la ¨²nica que est¨¢ viva, con 87 a?os. Cant¨¦ para un p¨²blico mayoritariamente de negros, y puedo mostrarte lo que sucedi¨®, porque tengo el DVD aqu¨ª. En ning¨²n momento dud¨¦ de lo que iba a hacer, aun no siendo del color de Bola de Nueve, aun no siendo pianista, aun no siendo cubana, aun no teniendo, quiz¨¢, ninguno de los requisitos para mimetizarme con la figura de Bola de Nieve. Y fue muy especial, al final, o¨ªr a la productora contar que hab¨ªa una famosa periodista cubana, respetada y amiga de Bola de Nieve, que fue a ver el espect¨¢culo muy contrariada. Hab¨ªa dicho: ¡°He venido para disipar las dudas y para confirmar mi sospecha¡±. Despu¨¦s de cantar la primera canci¨®n, su reacci¨®n corporal fue: ¡°No lo puedo creer, no, no lo puedo creer¡±. Estuvo as¨ª todo el rato, hasta que termin¨¦.
P. ?Qu¨¦ significa eso?
R. Esta es la fuerza en la que creo. No creo en otra. Si no, no ser¨ªa artista, ser¨ªa otra cosa. Esta fuerza, este potencial, este algo absolutamente misterioso y potencialmente innegable que mueve el cuerpo, casi que despegado del pensamiento. Creo en esta potencia. En mi m¨²sica, en mi arte. Siempre me preparo para conseguir alcanzar en el escenario esta potencia que es el imaginario. No lo consigo siempre, pero en esta fuerza natural que te pone la piel de gallina, que hace que te salten las l¨¢grimas sin poder controlarlo, que te levanta de la silla, que hace que el otro se levante y quiera hablar contigo, quiera abrazarte, es en esto en lo que creo. Es una medicina, es la medicina que creo que los artistas promueven. Algo que es mucho m¨¢s fuerte, inalcanzable, inconmensurable, un mont¨®n de cosas. Entonces, cuando sucede, solo me dice: ¡°Vas por buen camino, Fabiana. Eso es, sigue adelante, sigue¡±. Por eso, te repito: el canto de Do?a Ivone Lara ya est¨¢ en mi cuerpo y lo llevo a donde quiera que vaya.
P.?Con tu renuncia, te quedaste sin trabajo por algunos meses. ?Cu¨¢nto pesa eso en tu vida actual?
R.?Tengo cinco meses por delante en los que hab¨ªa bloqueado la agenda para hacer el espect¨¢culo. Hay una cuesti¨®n pr¨¢ctica y real que es el trabajo, la falta de trabajo. Tengo que pagar las facturas, vivir, comer. Tambi¨¦n he perdido una gira por China, porque coincid¨ªa con el espect¨¢culo, y una presentaci¨®n en uno de los mayores festivales de jazz de Tel Aviv, que tendr¨¢ lugar en agosto.
P. ?C¨®mo ha reaccionado tu familia con lo sucedido?
R.?Mi madre estaba de viaje. Intent¨¦ que no lo supiera, pero toda la familia lo vio y la llamaron. Me telefone¨® llorando, fue horrible.
P.??Y tu padre?
R.?Mi padre es m¨¢s duro. Creo que tiene un armaz¨®n m¨¢s duro, m¨¢s resistente. Me llam¨® y me dijo, bien objetivo: ¡°Fabiana, t¨² sabes qui¨¦n eres, sabes cu¨¢nto luchaste para transformarte en quien te has transformado. Nadie pone comida en tu mesa, ?adelante!¡±. Ya est¨¢, la vida sigue. Mi familia vive de esta manera. La vida es urgente, no podemos parar, no podemos lamentarnos. No, ?seguimos adelante!
P. ?Hay algo m¨¢s que creas que es importante decir?
R.?S¨ª. Quiero decir que no me siento una v¨ªctima. En esta historia, no soy una v¨ªctima. Espero hab¨¦rtelo transmitido.
Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficci¨®n Coluna Prestes - O avesso da lenda, A vida que ningu¨¦m v¨º, O olho da rua, A menina quebrada, Meus desacontecimentos, y de la novela Uma duas. Web: desacontecimentos.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter: @brumelianebrum. Facebook: @brumelianebrum.
Traducci¨®n: Meritxell Almarza
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.