El misterio de ¡®Bella Ciao¡¯
La canci¨®n de los partisanos italianos se ha convertido en un himno universal de desaf¨ªo
Suelen decir los compositores que, inevitablemente, sus obras m¨¢s famosas dejan de ser suyas. ?Una boutade? No. En un sentido amplio, las canciones terminan siendo propiedad de sus usufructuarios, que modifican el sentido original seg¨²n sus necesidades, sus circunstancias. Eso sugiere el video en el que la periodista Gabriela S¨¢nchez muestra la alegr¨ªa de los inmigrantes del barco Open Arms, que tararean y bailan desaforados el Bella ciao, himno de los partisanos italianos en los a?os finales de la Segunda Guerra Mundial.
Un producto de la oscura alquimia del folklore, un proceso particularmente enrevesado en este caso. Buscando simetr¨ªas pol¨ªticamente rentables, se dijo que Bella ciao hab¨ªa nacido en los arrozales del Valle del Po, donde las recolectoras lo entonaban para lamentar la p¨¦rdida de su juventud en las duras labores del campo (recuerden la pel¨ªcula Arroz amargo, con Silvana Mangano). En realidad, puede que ocurriera exactamente al rev¨¦s, que el canto de aquellas mujeres derivara del himno guerrillero.
Lo cierto es que no existen concepciones inmaculadas en la m¨²sica tradicional. Bella ciao tiene varios precedentes; destacan las similitudes con la melod¨ªa y el acelerado desarrollo de una pieza instrumental llegada del Este, Koilen, que interpretaban tanto m¨²sicos jud¨ªos como gitanos. La letra, eso s¨ª, refleja el idealismo de los italianos que se echaron al monte en 1943 para luchar contra los alemanes: "una ma?ana me levant¨¦ / y encontr¨¦ al invasor". Aquellos j¨®venes urbanos no eran contrincantes para la eficaz Wehrmacht; a la larga, terminaron protagonizando una brutal guerra civil con las fuerzas fascistas de la Rep¨²blica de Sal¨°.
No era el ¨²nico c¨¢ntico de los guerrilleros, que tambi¨¦n entonaban Fischia il vento y otras piezas belicosas. Pero los italianos llevaron Bella ciao al Festival Mundial de la Juventud de Praga, en 1947, y all¨ª comenz¨® su internacionalizaci¨®n. Llegaron lecturas tan emblem¨¢ticas como la de Yves Montand, nacido en la Toscana. M¨¢s adelante, se convertir¨ªa en favorita de bandas de punk rock y cantautores antifascistas: est¨¢ garantizado el canto colectivo a pleno pulm¨®n y la consiguiente catarsis.
Sin embargo, el pico m¨¢ximo de popularidad de Bella ciao es reciente: suena en varios momentos de La casa de papel (2017), la ficci¨®n de ?lex Pina sobre un asalto a la F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre en Madrid; se supone que el abuelo del cerebro del golpe, El Profesor, luch¨® con los insurgentes en el norte de Italia. La serie de Antena 3, adquirida por Netflix, se ha convertido en fen¨®meno global durante el presente a?o. De rebote, salieron numerosas versiones de Bella ciao en Europa y Am¨¦rica, en rap o destinadas directamente a las discotecas.
A pesar de su banalizaci¨®n, Bella ciao conserva todo su poder simb¨®lico. A principios de junio, en el aeropuerto romano de Fiumicino, un grupo de sindicalistas reconoci¨® al Ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini. Instintivamente, como reproche a su xenofob¨ªa, le cantaron Bella ciao. El pol¨ªtico intent¨® responder con un himno del tiempo de Mussolini pero le tap¨® el coro improvisado de los viajeros.
Babelia
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