La sonrisa de la Academia

Es curioso, y desde luego de plena justicia, que a Yvonne Blake, la artista dise?adora de vestuario fallecida hace unos d¨ªas en Madrid, se la recuerde ante todo por su gran sentido del humor. No hab¨ªa intervenci¨®n suya en la que Yvonne no viera el lado humor¨ªstico de lo que se dijera de ella. Esto es apreciable lo mismo en sus entrevistas que en su manera de estar en un jurado de cine ¨Cen el de San Sebasti¨¢n, por ejemplo, donde anduvo en precario vali¨¦ndose de una muleta debido a un cojera provisional, para regocijo de Claude Chabrol¨C, o al recibir un premio. Fue muy celebrado su jocoso agradecimiento al recoger el Oscar por Nicholas y Alexandra ¨Cun trabajo del que, por cierto, no se sent¨ªa orgullosa¨C "si no fuera por la revoluci¨®n rusa yo no estar¨ªa ahora aqu¨ª"; o al recibir un goya, uno de los cuatro que obtuvo: "Soy inglesa, es decir un personaje de importaci¨®n, as¨ª que no me lo esperaba". Ante el Premio Mujer de Cine 2014, entregado en Gij¨®n por Richard Lester, reclam¨® la igualdad con los hombres proclamando ¡°Somos mujeres, no idiotas¡± y "Ya no vale aquello de 'Mujer, acuesta a los ni?os que hoy es s¨¢bado, sabadete.¡± O su memorable discurso rezumando humor cr¨ªtico al entregarle el ministro Wert el Premio Nacional de Cinematograf¨ªa, galard¨®n que le fue otorgado en 2012 y que ella, proclamando que se sent¨ªa m¨¢s espa?ola que Agustina de Arag¨®n, no en vano llevaba 40 a?os con su marido andaluz, quiso "compartir el premio, con mucho gusto y orgullo, con todas las mujeres t¨¦cnicas de nuestro cine". Y levantando el pu?o mientras gui?aba un ojo, exclam¨®: ¡°?Nosotras tambi¨¦n contamos!¡±.

No han sido frecuentes visos de humor como los de Yvonne Blake en quienes han ostentado cargos representando al cine espa?ol. A ella su divertido pero valeroso castellano no le impidi¨® ser muy clara en su voluntad de hacer de la Academia de la que era presidenta un ejemplo de transparencia, de modernidad y de renovaci¨®n. Eran sus prioridades, y ah¨ª siguen pendientes. Nos va a faltar la sonrisa de Yvonne.