Familias en crisis
Mario Gas y S¨ªlvia Munt estrenan en el festival Grec obras de Stephen Karam y Brian Friel
Cuando le¨ª The Humans, en 2016, el montaje acababa de ganar cuatro tonys, y Stephen Karam, su autor, hab¨ªa quedado finalista al Pulitzer. Me llam¨® la atenci¨®n el enfoque: una familia que se quiere y lucha por permanecer unida. Porque Humans, que Mario Gas ha estrenado en el Romea/Grec, en versi¨®n catalana de Ernest Riera, versa sobre los miedos de una familia. Y sobre las crisis, en todos los sentidos. El t¨ªtulo alude a un c¨®mic en el que los marcianos llegaban a la tierra y no comprend¨ªan la conducta de los humanos. No es f¨¢cil ¡°colocar¡± esta funci¨®n, porque los di¨¢logos se entrecruzan, se pisan (a ratos a excesiva velocidad, para mi gusto), y porque transcurre en un doble espacio: un s¨®tano sin ventanas y un piso que da a un callej¨®n de Chinatown, alfombrado de colillas. Gran trabajo escenogr¨¢fico de Jon Berrondo, aunque quiz¨¢s a ese d¨²plex le haga falta un poco m¨¢s de vejez, incluso de desali?o.
La acci¨®n transcurre durante la comida de acci¨®n de gracias. Los padres, Erik (Jordi Bosch) y Deirdre (Llu?sa Castell), y la abuela, Fiona (Maife Gil), madre de Erik, viajan de Pensilvania a Nueva York para encontrarse con sus hijas, Aim¨¦e (Candela Serrat) y Brigid (Miranda Gas), que vive en el piso con Richard (Jordi And¨²jar). No hay conflictos en clave melodram¨¢tica, al estilo de Agosto. Mario Gas modula la sensaci¨®n de que no pasa nada, pero las nubes se van ennegreciendo, carg¨¢ndose de truenos. Hay algunos fragmentos tediosos, pero Karam pasa muy h¨¢bilmente de la comedia al drama, y la obra deja un poso de verdad y coraz¨®n. Me parecieron muy convincentes los trabajos de Candela Serrat, Miranda Gas y Jordi And¨²jar. Dif¨ªcil papel el de Maife Gil, esa abuela enferma de alzh¨¦imer que conmueve sin sentimentalizar a su personaje. Llu?sa Castell ha de luchar, a su vez, con la amargura de Deirdre, quiz¨¢s el rol m¨¢s ¨¢spero. Me parece que Jordi Bosch, un actor al que adoro, busca en exceso la risa en la primera parte, lo que descompensa un poco el conjunto. Entiendo que el humor puede resaltar, por contraste, el dramatismo que estallar¨¢ m¨¢s tarde, pero, sin que los personajes se parezcan, creo que a Bosch le vendr¨ªan bien unas gotas de la mezcla de normalidad superficial y tormento interior que mostr¨® en Blackbird.
El texto de Karam es dif¨ªcil, los di¨¢logos se pisan y transcurre en un doble espacio; el de Friel no logra atraparme
Momentos ¨¢lgidos de la funci¨®n son el inquietante giro final, que obviamente no revelar¨¦, y la lectura, en el momento id¨®neo, de la ¨²ltima carta de la abuela Fiona, ejemplo de c¨®mo un buen dramaturgo puede sintetizar drama, car¨¢cter y situaci¨®n en pocas l¨ªneas: ¡°Ya no puedo recordar vuestros nombres. Qu¨¦ raro es irme convirtiendo poco a poco en alguien a quien no conozco. No os preocup¨¦is por m¨ª cuando comience a irme. No tengo miedo. Bailad m¨¢s que yo. Bebed menos que yo. Id a la iglesia. Amad a los que os aman. Os quiero m¨¢s de lo que nunca sabr¨¦is¡±.
De vez en cuando veo alguna obra de la que lo que m¨¢s me seduce es el juego actoral y la puesta en escena. La resposta (Give Me Your Answer, Do!, 1997), de Brian Friel, que S¨ªlvia Munt ha montado en el Goya/Grec, en versi¨®n de Pau Gener, es una de ellas. La aplaudo por el trabajo de su equipo, que la defiende con entrega y alg¨²n que otro desajuste, pero el texto no consigue atraparme. A mis ojos, es como si Friel intentase hacer una comedia amarga de Alan Ayckbourn, que pod¨ªa haber salvado este material. Pero es un Friel en horas bajas, muy lejos de Dancing at Lughnasa, The Faith Healer o Molly Sweeney. Hay un tema interesante (el ingreso de la hija de los Connolly en un hospital psiqui¨¢trico) que depara las dos mejores escenas, pero queda como un tel¨®n de fondo.
Hay tres parejas: los Connolly, los Fitzmaurice y los Donovan. Tom Connolly (David Selvas) es un escritor que tiene prestigio pero no tiene dinero, a diferencia de su colega y amigo Garret Fitzmaurice (?lex Casanovas, por debajo de su fuerza), que tiene tanta pasta como poco prestigio. Soy del gremio, y les aseguro que esos lamentos aburren. A la formidable Emma Vilarasau creo que no le va el personaje de Daisy Connolly, de quien nos dicen que fue una prodigiosa pianista en su juventud, pero ahora est¨¢ alcoholizada (eso lo vemos). Friel no le ha dado mucho m¨¢s papel. Ni a Grainne Fitzmaurice (notable ?ngels Gonyalons), que parece atrapada en el patr¨®n de esposa sarc¨¢stica. Puede comprenderse, porque a su marido lo han dibujado como un personaje de vodevil. Me alegra mucho volver a ver en escena a dos veteranos del calibre de Ferran Ra?¨¦ y Carme Fortuny (Jack y Maggie, los padres de Daisy), pero tampoco tienen mucha tela que cortar, y a media obra Friel parece olvidarse de ellos. Completa el septeto David Knight (estupendo Eduard Buch), un agente literario con mucha ambici¨®n, al que Friel otorga un temperamento depresivo. David Selvas borda el mon¨®logo final, una joya de alto voltaje emotivo, que hace desear m¨¢s de ese percal, y que provoca, merecidamente, grandes aplausos.
¡®Humans¡¯, de Stephen Karam. Teatro Romea (Barcelona). Director: Mario Gas. Int¨¦rpretes: Jordi Bosch, Llu?sa Castell, Maife Gil y otros. Hasta el 5 de agosto. ¡®La resposta¡¯, de Brian Friel. Teatro Goya (Barcelona). Directora: S¨ªlvia Munt. Int¨¦rpretes: Emma Vilarasau, David Selvas, ?ngels Gonyalons y otros. Hasta el 12 de agosto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.