El acoso sexual, el gran villano de la Comic-Con
La mayor cita de la cultura popular abre sus puertas hoy en San Diego decidida a plantar cara a los abusos
La mayor muestra de la cultura popular en la que todo cabe, la Comic-Con que se celebra hasta el domingo en San Diego (California, EE UU), lleva a?os demostrando que el frikismo no tiene g¨¦nero. Frente a los que durante a?os pensaron que los c¨®mics no son para las mujeres, un simple vistazo a las entre 135.000 y 160.000 personas que se esperan en esta 49? edici¨®n deja clara la diversidad de g¨¦nero de un grupo que durante cuatro d¨ªas quiere reivindicar que ser geek es cool. Pero las Wonder Woman de a pie, las Jessicas Rabbit de carne y hueso, las At¨®micas de bote o las Capitanas Marvel que se pasean por el centro de convenciones de San Diego disfrutando de su disfraz han dicho basta. Lo mismo les ocurre a esas otras profesionales del cosplay, las que se transforman no necesariamente en sus personajes preferidos si no en el que les pide la compa?¨ªa que las ha contratado. Hermiones para vender libros de Harry Potter o conejitas de Playboy en apoyo a otro tipo de libros. En la Comic-Con todo vale, menos los abusos.
Y por eso se han plantado. Porque el ambiente amistoso y desenfadado de la Con, donde los aficionados se acercan a conocer a sus h¨¦roes, tiene esa otra cara menos inocente en la que florecen los acosos, los toqueteos indeseados, los comentarios no buscados o las indiscreciones de quienes se piensan que realmente todo vale.
Esta es la primera Con en la era del #MeToo pero no la primera en la que se producen estas quejas. El grupo Geeks For CONsent lleva seis a?os defendiendo el eslogan ¡°Cosplay is not consent¡±. O lo que es lo mismo, el disfraz no te da permiso. Como comentan varias de las afectadas, como la cosplay profesional Ivy Doomkitty (su nombre de pila es Ivy Turner), son muchos los que confunden el personaje del que va vestida con la persona que va debajo del disfraz. ¡°Hay gente que me ha tocado el culo o las tetas como si tal cosa. Y para cuando reaccionas ya se han marchado¡±, describi¨® su propia experiencia.
A juzgar por sus comentarios y los de otros muchos en grupos contra los asaltos y acosos sexuales, a los organizadores de la Comic-Con tambi¨¦n les ha costado reaccionar. Pero, seg¨²n indica un comunicado de la organizaci¨®n, ya han tomado medidas para evitar este tipo de comportamiento en este mar de gente. Las nuevas normas preceden al #MeToo y fueron el resultado en 2014 de una intensa campa?a guerrilla en red que oblig¨® a la Con (y a su convenci¨®n hermana en Nueva York) a tomar las medidas necesarias. Las normas incluyen una detallada gu¨ªa de lo que se considera un comportamiento inaceptable adem¨¢s de ofrecer formas de denunciar los casos de abuso ya sea a los equipos de seguridad o a los voluntarios que patrullan el centro de convenciones. Tambi¨¦n existe una aplicaci¨®n con GPS para denuncias que facilita la localizaci¨®n del agresor. El castigo: ser expulsado de la Con y perder la preciada credencial para un evento que siempre agota sus localidades. ¡°Nuestro c¨®digo de conducta est¨¢ creado de manera intencional para proteger, porque la seguridad de nuestro p¨²blico es una prioridad¡±, explic¨® en un comunicado el portavoz de la organizaci¨®n, David Glanzer. Su deseo, proporcionar un sistema que responda a las necesidades de cualquiera que se sienta inc¨®modo o amenazado.
La respuesta de este sistema fue muy r¨¢pida este a?o cuando una de las figuras m¨¢s prominentes de este foro, el presentador Chris Hardwick, autodenominado rey de los frikis, fue acusado de abusos sexuales por una de sus exnovias. Las acusaciones no han sido probadas. La actriz Chloe Dykstra nunca le mencion¨® por su nombre cuando habl¨® de un antiguo novio que esperaba que estuviera siempre dispuesta (sexualmente) cuando llegaba a casa, que no la dejaba hablar con otros hombres y que arruin¨® su carrera profesional cuando rompieron. Y Hardwick, casado con Lydia Hearst, hija de Patty Hearst, ha desmentido las informaciones generando un cruce de acusaciones entre ambas partes. Pero en la era del #MeToo, no habr¨¢ rastro de Hardwick durante la convenci¨®n. Famoso por poner a los fans en pie en paneles como el de The Walking Dead tanto la cadena AMC como la BBC han pasado de sus servicios a la hora de presentar sus nuevas series mientras se resuelve el caso. Lo mismo pasa con otros pesos pesados de la Con, como el cr¨ªtico de cine Harry Knowles, fundador de la p¨¢gina Ain¡¯t Cool News, que tambi¨¦n brillar¨¢n por su ausencia salpicados por el esc¨¢ndalo.
Babelia
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