Leer literatura puede ser literatura
En 'El derecho a escribir mal', Lionel Trilling demuestra que la mezcla de erudici¨®n, emoci¨®n e inteligencia es la mejor f¨®rmula para analizar una obra literaria
Con un t¨ªtulo algo provocador, El derecho a escribir mal, acaba de publicarse una antolog¨ªa de los ensayos sobre literatura del cr¨ªtico estadounidense Lionel Trilling (1905-1975). En ella se re¨²nen art¨ªculos sobre Tolst¨®i, Twain, Kipling, Hemingway, Fitzgerald, B¨¢bel, Nabokov, Flaubert y Wharton, sobre la funci¨®n social de la literatura y, c¨®mo no, sobre la muerte de la novela. Enseguida hay que decir que Trilling es un ensayista que eleva la cr¨ªtica literaria a una categor¨ªa cercana a la filosof¨ªa moral. Sus intereses son muy variados, pero casi siempre domina en ¨¦l una interpretaci¨®n de la literatura que a¨²na idealismo y sociolog¨ªa.
El punto de vista de Trilling sobre la literatura ha envejecido un poco y se nota, con cierta melancol¨ªa, que estos ensayos fueron escritos en el medio siglo en una ¨¦poca sin prisas; se advierte cierta candidez del mundo te¨®rico previo al advenimiento de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y especialmente de Internet. Leer a Trilling es leer un mundo espiritual ya desaparecido. Es leer una rom¨¢ntica historia del esp¨ªritu, de la inteligencia ¨¦tica aplicada a la lectura de los escritores modernos. A Trilling le gusta utilizar el sintagma ¡°literatura moderna¡±. Mientras le¨ªa este libro me invad¨ªa cierta nostalgia por ese momento de la historia del siglo XX en que la literatura era protagonista del mundo espiritual de las sociedades occidentales. Nostalgia de cuando el pensamiento era tolerante, delicado y a la vez ambicioso.
Trilling es como un Gay Talese de la cultura, el ¨²ltimo cl¨¢sico de la reflexi¨®n literaria de altos vuelos y de la consideraci¨®n de la literatura como arte independiente, insumiso y desobediente a cualquier conveniencia pol¨ªtica. Eso s¨ª, no hallar¨¢ el lector, m¨¢s all¨¢ de Cervantes y de un san Juan de la Cruz citado con urgencia, ninguna alusi¨®n a la literatura en espa?ol, algo a lo que ya nos tienen acostumbrados los cr¨ªticos anglosajones. Se abre el libro con observaciones exquisitas sobre el mundo creativo de Tolst¨®i, a veces un tanto legendarias. La igualaci¨®n de naturaleza y literatura en Homero y Tolst¨®i es una idea seductora y probablemente cierta, es una idea que viene de Pope. Como tambi¨¦n es iluminadora la idea de que Tolst¨®i no construy¨® tramas en sus novelas, sino que simplemente permaneci¨® atento al misterioso fluir de la vida. La parte m¨¢s convincente del pensamiento de Trilling se observa en su decidida uni¨®n o s¨ªntesis entre literatura y vida. Tiene claro Trilling que la literatura sirve a la vida y a su complejidad, o que la literatura es capaz de engendrar grandes s¨ªmbolos, como el del r¨ªo Misisipi en la obra de Twain, que casi es la representaci¨®n de todo un pa¨ªs, en este caso, Estados Unidos. Y recuerda c¨®mo el autor de Las aventuras de Huckleberry Finn forj¨® la prosa narrativa estadounidense, y lo hizo desde el habla coloquial. Fue un pionero de un estilo y de una forma naturalista de ver la vida, un naturalismo que acabar¨ªa forjando el car¨¢cter americano. Hemingway recordar¨¢ precisamente la deuda enorme con Twain. Brillante es tambi¨¦n el descenso a las profundidades de la mente de Scott Fitzgerald y su interpretaci¨®n de El gran Gatsby, que a¨²na autobiograf¨ªa y romanticismo.
Es muy consciente Trilling de que un gran cr¨ªtico literario debe de seducir la inteligencia y la emoci¨®n de sus lectores. Este es un libro sobre la literatura escrito con mucha literatura, con mucho sentido grave sobre la identidad del arte. Llama la atenci¨®n la marginaci¨®n del humor en estos ensayos, como si este no existiera como fundamento de la literatura moderna. A Trilling lo que le atrae es la cr¨ªtica de las ideas de sus autores favoritos. Es verdad que Trilling aspira a la objetividad y todo cuanto afirma lo hace con esa prudencia del hombre de letras bien informado.
Pero hay m¨¢s estilo que verdad cient¨ªfica u objetiva en lo que Trilling afirma. La cr¨ªtica literaria como un g¨¦nero m¨¢s de la literatura halla en El derecho a escribir mal uno de sus momentos estelares. Y as¨ª es como hay que leer a Trilling, como un escritor que escribe sobre otros escritores desde un humanismo cl¨¢sico, pedag¨®gico e indagatorio. Indagar en la verdad humana de la literatura suele ser el modo en que el propio Trilling se construye como escritor. El ensayo sobre la Lolita de Nabokov afirma que en esta novela, antes que la entomolog¨ªa de una depravaci¨®n, hay una historia de amor. Y que si Lolita nos perturba lo hace en tanto en cuanto sit¨²a al amor en el lugar de la condenaci¨®n radical. Literatura y moralidad son para Trilling almas gemelas.
El ensayo sobre Isaak B¨¢bel tiene su protagonismo en esta antolog¨ªa en tanto en cuanto B¨¢bel representa el ejercicio de la libertad de la literatura bajo el totalitarismo, en este caso bajo el estalinismo. Trilling siente una admiraci¨®n especial por ¨¦l porque simboliza los valores irreductibles de la fusi¨®n entre vida y literatura. En 1934, en el Primer Congreso de Escritores, B¨¢bel dijo con iron¨ªa que ¡°el partido y el Gobierno nos lo han dado todo sin quitarnos m¨¢s que un privilegio: el derecho a escribir mal¡±. Recordar que se hab¨ªa perdido ese derecho, y hacerlo ante la mirada atenta de Stalin, supuso la desgracia de B¨¢bel, que acabar¨ªa siendo fusilado en una de las purgas del estalinismo. La leve iron¨ªa de B¨¢bel enfureci¨® a Stalin, una iron¨ªa que, sin embargo, al mostrarse desde un ¨¢ngulo inesperado del pensamiento, humillaba todo el aparato ideol¨®gico con que el comunismo sentenci¨® a la literatura. Y mostraba al estalinismo y sus ideas sobre la literatura como lo que era: vulgar basura que solo admit¨ªa el chiste como cr¨ªtica fundamentada.
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Autor:?Lionel Triling (traducci¨®n de Tal Pinto).
Editorial:?Tres Puntos Ediciones (2018).
Formato: tapa blanda (262 p¨¢ginas).
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