El c¨®mic que har¨¢ que te replantees lo que comes

Juntar a Maradona, C¨¦sar Mill¨¢n, Larry Bird, Fidel Castro o Susan Boyle en un c¨®mic sobre las miserias de la industria alimentaria puede parecer la fantas¨ªa enfermiza de una mente trastabillada. Y lo es. El autor de El caso Alain Lluch, que as¨ª se titula el c¨®mic en cuesti¨®n, es Mister Kern, de nombre real Mathias Liniado (Buenos Aires, 1981). Un tipo cuanto menos peculiar que tan pronto colabora en Fluide Glacial (revista francesa de humor sat¨ªrico al estilo de El Jueves pero menos politizada) como se pinta un grafiti de dimensiones imposibles sin utilizar aerosoles. Todo a brocha. El ¨²ltimo, el que se acaba de ventilar es una gigantesca medianera en Vigo. Una haza?a teniendo en cuenta que Mr. Kern, residente en Burdeos, padece de v¨¦rtigo: ¡°He tenido que subirme a una gr¨²a de 35 metros y ha sido terrible porque era peligroso. La gr¨²a estaba en medio de una autov¨ªa y pasaban los camiones roz¨¢ndome todo el rato¡±, explica.

Para El caso Alain Lluch (Auts¨¢ider C¨®mics, editorial que invita a pensar fuera del carril), ha invertido m¨¢s de tres a?os. Es lo que tiene pintar a mano cada una de las vi?etas de un tebeo lo suficientemente descabellado como para tener que llamar al guionista Antoine Pinson a poner orden. ¡°Para m¨ª, era como escuchar mis propios sue?os, so?ar despierto y apuntarlo despu¨¦s. Una suerte de escritura autom¨¢tica. Luego, Antoine le ha dado un esqueleto, una estructura¡±.

El tebeo cuenta las salvajes andanzas de un ejecutivo de marketing en Mitbols, empresa de pienso para mascotas con pr¨¢cticas tan poco ¨¦ticas como escasamente saludables. Una surrealista historia que, de paso, sirve para hablar de la soledad en la pareja, del maltrato animal, de la ambici¨®n desmedida, del asfixiante mundo laboral o de la imperante falta de amor y tiempo en el mundo actual¡­ Pero de esto, con suerte, se da uno cuenta despu¨¦s de leerlo. ¡°Me gustan mucho los c¨®mics de Segrelles y de Corben, gente que maneja la pintura al ¨®leo y que hacen tebeos que son iguales dentro que en la portada, explica Mr. Kern. Me siento timado cuando veo esas cubiertas incre¨ªbles y luego las p¨¢ginas interiores son en blanco y negro¡±. Otra de las influencias confesas de este artista de lo raro es Vel¨¢zquez: "Reivindico la belleza de lo feo como lo hac¨ªa Vel¨¢zquez con sus enanos. Para m¨ª, pintar este tipo de modelos considerados poco bonitos es un acto heroico". Y as¨ª, se atreve con caniches que mutan en superdotados para el sexo, con delirantes escenas de zoofilia o con recreaciones demasiado veros¨ªmiles de comida de dudosa procedencia. Mr. Kern se declara vegetariano solo cuando tiene mucho dinero: ¡°Cuando estoy un poco m¨¢s limitado, acabo comiendo kebabs por mucho que me arrepienta despu¨¦s" reconoce. Su obsesi¨®n con la comida le llev¨® a mezclar, en alg¨²n momento, sus pinturas con fuagr¨¢s, idea que abandon¨® r¨¢pidamente al ver que el odorama resultante tampoco era el mejor de los inventos.

Lo pr¨®ximo de este artista que asegura sentirse algo discriminado en Francia, donde "el humor en el arte contempor¨¢neo est¨¢ muy mal visto y se entiende poco", ser¨¢ un spin off de Alain Lluch recopilando sus historias cortas de Mitbols publicadas en Fluide Glacial y seguir pintando cuadros inc¨®modos. Para algunos m¨¢s que para otros.