La vindicaci¨®n de una escuela

La localidad gaditana, que ha sido cuna de grandes guitarristas, presume de tener en la actualidad un plantel de ellos numeroso y de mucha calidad. Su mayor¨ªa procede de un tronco com¨²n que, rastreado, conduce hasta la figura de Javier Molina Cund¨ª (Jerez, 1868-1956), El Brujo de la guitarra, quien tras una fecunda carrera art¨ªstica, pas¨® sus ¨²ltimos a?os impartiendo docencia en su ciudad natal. Fueron disc¨ªpulos suyos, entre otros, Manuel Morao, Rafael del ?guila y Jos¨¦ Luis Balao, de quienes procede el grueso de la actual generaci¨®n de sonanteros. Uno de sus m¨¢s destacados representantes, Santiago Lara, ha impulsado este verano el I Festival Internacional de la Guitarra Flamenca, y su primera edici¨®n no ha dudado en dedic¨¢rselo al maestro Jos¨¦ Luis Balao (Jerez, 1938). Igualmente, dentro de su programaci¨®n, se ha rescatado un certamen de guitarra, al que le han dado el nombre de Javier Molina, completando as¨ª un plural homenaje a maestros que han marcado el estilo de la escuela de toque jerezana.

En la noche del pasado viernes, una buena representaci¨®n de los disc¨ªpulos del maestro Balao se reunieron en el Alc¨¢zar jerezano para rendirle homenaje con un concierto que, probablemente, no explique las caracter¨ªsticas de la escuela, pero que s¨ª muestra la grandeza y amplitud de sus ense?anzas. Destaca entre ellas la de la libertad. ¡°El maestro nos abri¨® muchas ventanas¡±, dijo Jos¨¦ Quevedo?Bolita, antes de interpretar dos valses del compositor venezolano Antonio Lauro. Un poco antes, Quevedo hab¨ªa revisado en clave flamenca el tema?Libertango de Piazzola junto a Alfredo Lagos que, en su homenaje, rescat¨® una vieja lecci¨®n de sus tiempos de alumno: impecable la grana¨ªna.

Sintetizaron esos dos guitarristas las l¨ªneas directoras de la escuela: el exigente canon junto a una formaci¨®n musical abierta que provocara la libre creatividad. De eso fueron ejemplo las composiciones propias que exhibieron Paco Le¨®n por buler¨ªas, Jos¨¦ Ignacio Franco por alegr¨ªas o Javier Patino en la guajira. Este, junto a Javier Ib¨¢?ez, se asom¨® al universo de Serrat con una original lectura de su?Mediterr¨¢neo y, a continuaci¨®n, Ib¨¢?ez explorar¨ªa el comp¨¢s de la?Cavatina de Williams con la colaboraci¨®n de Paco Lara. Juan Diego Mateos regal¨® al maestro temas de su repertorio, como la hermosa seguiriya Musgo, en tanto Santiago Lara record¨® a su otro maestro, Manolo Sanl¨²car, con el Tercio de Varas del disco Tauromagia. Con su riqueza y variedad, no cans¨® esta lluvia de cuerdas, pero el baile de Mercedes Ruiz, con el acompa?amiento al cante de David Lagos, supuso un perfecto y hermoso contrapunto en cada una de las dos partes de la gala.

Diego del Morao podr¨ªa proceder del mismo tronco que los anteriores, pero con el peso a?adido de la estirpe familiar: su padre, Mora¨ªto, como referente inmediato. Su seguiriya transporta jondura, pero se adorna con artificios que la desdibujan. En el acompa?amiento a la buler¨ªa por sole¨¢ de Juana la del Pipa, el toque vuelve a ser obligadamente can¨®nico, y por buler¨ªas suena como pocos a Jerez. Las ra¨ªces de Antonio Rey son distintas por su biograf¨ªa personal, pero hoy se iguala a sus compa?eros jerezanos de generaci¨®n. Su toque es impecable, apabullante casi. Construye a la vez hermosas melod¨ªas que, al igual que sus alardes t¨¦cnicos, prenden como llamas entre el p¨²blico. La composici¨®n?Alma, con la que cerr¨® su actuaci¨®n, es un compendio de ambas cualidades. Los dos, Rey y del Morao, protagonizaron la noche del s¨¢bado el espect¨¢culo Compadres, dos miniconciertos de los guitarristas que se encontraron al final para hacer la rumba Dos partes de m¨ª, del ¨²ltimo disco del primero.

Adem¨¢s de estos conciertos, este I Festival de la Guitarra jerezano ha contado con clases magistrales, conferencias y, sobre todo, con el citado Certamen de Guitarra Javier Molina. A ¨¦l han concurrido 38 aspirantes, de los que seis compitieron en una final donde se alz¨® ganador el joven ?lvaro Mora, de Moguer (Huelva).