Estilo consolidado

Llega el ¨²ltimo disco de Florence + The Machine, el acontecimiento discogr¨¢fico anglosaj¨®n del verano. Enti¨¦ndase por esto: cuarto ¨¢lbum de estudio de una banda forjada en el mundo post noughties, al albor de la consolidaci¨®n de la d¨¦cada de los festivales musicales internacionales adoradores del indie. Es aqu¨ª d¨®nde Florence Welch y su grupo encajan perfectamente para una generaci¨®n amante de la buena m¨²sica brit¨¢nica a la que pedirle buenos hits, bien cantados, bien producidos y con algo de trasfondo e intelecto.

A todo esto, Welch ha respondido siempre con creces como frontwoman y l¨ªder dentro de una tradici¨®n de cantantes dadas a lo intenso: intensa capacidad vocal, intensas letras e intensa imaginer¨ªa personal y p¨²blica. Welch parec¨ªa bajada de una barca prerrafaelita, dispuesta a tomarse todo tu tequila y componer con este una oda tras otra a las damas ahogadas, ya fuera Ofelia o Virginia Woolf ¡ªno es esta una exageraci¨®n est¨¦tica: su productor, Markus Dravs, le vet¨® en 2014 las canciones dedicadas al agua, ?y qu¨¦ hizo Florence? How Big, How Blue, How Beautiful¡ª.

Llega pues, High as hope, esperado disco precedido por Hunger, un single de sobrada potencia que trata en primera persona los desordenes alimenticios y la sustituci¨®n del amor por un vac¨ªo autodestructivo. Se trata de una canci¨®n donde todo cierra, los arreglos, la voz, y el estribillo, que a veces resulta un tema problem¨¢tico en este ¨¢lbum. Pero volveremos sobre esto m¨¢s tarde.

La canci¨®n, como todo el disco, oscila alrededor de dos temas: el acto creativo y la melancol¨ªa por una juventud perdida que se torna cada vez m¨¢s lejana. Es esta segunda idea la que funciona mejor en todo el ¨¢lbum, especialmente con June, un recuerdo agridulce sobre la veintena en un Londres que ya no existe y la preciosa, sencilla y emocionante The end of love, que logra transmitir gracias a la poderosa voz de Welch exactamente c¨®mo se recuerda el amor que ya no est¨¢.

Lo mismo ocurre con Big God, que en su falta de pretensiones es quiz¨¢s uno de los temas m¨¢s interesantes del disco, y va creciendo para el oyente de manera inteligentemente progresiva. Es aqu¨ª donde se entiende, por contraste, cual es la identidad de Florence + The Machine: su capacidad de hacer de toda canci¨®n una oda, lo requiera el tema o no.

No es as¨ª con otros en los que la autora se empe?a en usar lo confesional sin dedicarle mucho esfuerzo a dilucidar qu¨¦ hace de una canci¨®n, precisamente una canci¨®n. South London forever y No Choir resultan a ratos flujos de conciencia adolescente a los que les falta ritmo y poes¨ªa, y Patricia, una oda a Patti Smith que parece la transcripci¨®n de un diario ¨ªntimo. Uno no muy bueno. Teniendo en cuenta que Welch publicar¨¢ dentro de poco los retazos de sus canciones, deber¨ªa recordar que no todo lo que uno escribe es literatura ni poes¨ªa simplemente porque est¨¦ escrito en verso.

En resumen: Florence + The Machine consolidan estilo, y renuevan fuerzas. ?Sorpresas? Quiz¨¢s lo menos esperado es que en cuando Welch deja de lado la grandilocuencia y se despoja de algunos ca?ones, las balas llegan de manera mucho m¨¢s art¨ªstica, directa y emocionante.