La tuberculosis espa?ola de Orwell
Un estudio cient¨ªfico apunta a que el autor de ¡®Homenaje a Catalu?a¡¯ contrajo la enfermedad que le mat¨® en 1950 en un hospital de Tarragona durante la Guerra Civil
¡°Ninguna de las personas con quienes habl¨¦ en ese periodo ¡ªm¨¦dicos, enfermeras, practicantes o pacientes¡ª dej¨® de asegurarme que un hombre que sobrevive a una herida en el cuello es el ser m¨¢s afortunado de la tierra. No pude dejar de pensar que habr¨ªa sido a¨²n m¨¢s afortunado si la bala no me hubiera tocado¡±, escrib¨ªa George Orwell en 1938 en Homenaje a Catalu?a, a prop¨®sito del balazo que le atraves¨® la garganta durante la Guerra Civil espa?ola. Un estudio cient¨ªfico, del que se hizo eco ayer The Times, dar¨ªa la raz¨®n al escritor brit¨¢nico al apuntar la posibilidad de que el autor de 1984 contrajo la tuberculosis que lo mat¨® en 1950, en el hospital de Tarragona donde se estaba recuperando de la lesi¨®n.
El cient¨ªfico que lider¨® la investigaci¨®n, Gleb Zilberstein, lleg¨® a esa conclusi¨®n tras analizar muestras de bacterias que a¨²n permanec¨ªan en una carta enviada por Orwell a Sergey Dinamov, redactor jefe de la revista sovi¨¦tica Foreign Literature, al poco tiempo de su regreso a Inglaterra en 1937. Despu¨¦s de comparar las caracter¨ªsticas de la bacteria con los archivos de los registros m¨¦dicos del Komintern, el equipo cient¨ªfico sugiri¨® que el escritor contrajo la enfermedad en Espa?a debido a la falta de higiene y la ausencia de penicilina. ¡°La mayor¨ªa de los heridos sufr¨ªan infecciones en los hospitales espa?oles, por lo que la mortalidad por causa de infecci¨®n era muy alta¡±, explic¨® Zilberstein, quien tampoco descarta que hubiera podido contagiarse mediante la ingesti¨®n de comida contaminada.
La hip¨®tesis presentada por el cient¨ªfico no convence sin embargo a Juli¨¢n Casanova, historiador experto en la Guerra Civil. ¡°En esa Barcelona de 1937, los hospitales donde ejerc¨ªan sanitarios y m¨¦dicos que hab¨ªan llegado a las Brigadas Internacionales con una experiencia forjada en la Primera Guerra Mundial, hab¨ªan logrado avances m¨¦dicos importantes¡±, explica el historiador. Si bien entiende la fascinaci¨®n que a¨²n sigue ejerciendo uno de los autores m¨¢s importantes del siglo XX, que entr¨® a Espa?a como periodista al inicio del conflicto y acab¨® enrol¨¢ndose como miliciano para combatir el fascismo, tiende a relativizar la importancia del descubrimiento desde un punto de vista historiogr¨¢fico. ¡°Entiendo que la historia tambi¨¦n tiene que ver con las preocupaciones del presente¡±, concluye entre humor y resignaci¨®n.
"?Menudas heridas se ve¨ªan all¨ª! Para tratar algunas, empleaban un procedimiento que, supongo, se ajustaba a los ¨²ltimos adelantos m¨¦dicos, pero que resultaba particularmente desagradable a la vista", relataba el escritor, que recibi¨® el disparo mientras se encontraba en el Frente de Arag¨®n junto a las fuerzas del bando republicano. Al abandonar la primera l¨ªnea de lucha, Orwell explic¨® que tardaron m¨¢s de una semana en examinarle la herida que le hab¨ªa perforado las cuerdas vocales y que el pron¨®stico de los m¨¦dicos fue que no volver¨ªa a recuperar la voz. "Sin embargo, el tiempo demostr¨® que [el m¨¦dico] estaba equivocado. Durante unos dos meses no pude hacer otra cosa que susurrar, pero luego mi voz se torn¨® de pronto normal".
Despu¨¦s de abandonar la Pen¨ªnsula, Orwell no solo recuper¨® el habla, sino que tambi¨¦n mantuvo afilada su pluma. Tras la publicaci¨®n en Homenaje a Catalu?a en 1938, y antes de fallecer en Reino Unido en los cincuenta, firm¨® dos novelas que le han convertido en uno de los referentes morales y literarios del siglo pasado: Rebeli¨®n en la granja (1945) y 1984 (1949).
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