Psicolog¨ªa
'El alienista' es una inteligente demostraci¨®n de los primeros y valiosos pasos de las incipientes t¨¦cnicas psicol¨®gicas y la importancia de las huellas digitales en la investigaci¨®n criminal
El Alienista (Netflix en Espa?a) es, en primer lugar, un alarde de producci¨®n, ambientaci¨®n, decorados y vestuario. Hablamos de una serie de diez cap¨ªtulos que transcurre en el Nueva York del fin del siglo XIX. Es el territorio de Edith Warthon por mas que la serie se base en una novela de Caleb Carr con el mismo t¨ªtulo. En segundo lugar, es una inteligente demostraci¨®n de los primeros y valiosos pasos de las incipientes t¨¦cnicas psicol¨®gicas y la importancia de las huellas digitales en la investigaci¨®n criminal. En tercer lugar su guionista Hossein Amini no elude ninguna secuencia por escabrosa que pueda parecer: si hablamos de un asesino-pederasta en serie que encuentra sus v¨ªctimas en los ambientes m¨¢s s¨®rdidos de la pujante ciudad se mostrar¨¢n con la crudeza que al parecer exige el realismo: club de hombres nocturnos, que dir¨ªa monse?or Reig Pla, en el que los efebos -todos inmigrantes paup¨¦rrimos- sobreviven, y mueren, por su hipot¨¦tica capacidad de seducci¨®n. Las clases altas tienen gustos bajos que se permiten y estimulan con la ayuda de un sector policial corrupto.
Otro ingrediente destacable es la interpretaci¨®n: Daniel Br¨¹hl, Luke Evans y Dakota Fanning est¨¢n impecables en sus respectivos papeles: un psic¨®logo lo suficientemente inexpresivo para poder protagonizar una franquicia europea de C.S.I., un bon vivant que alterna sus ocios entre las damas, las ilustraciones para el New York Times y la ayuda a su migo Br¨¹hl y la primera mujer que trabaja en el departamento de polic¨ªa de la ciudad por m¨¦ritos propios al mismo tiempo que cubre la hist¨®rica funci¨®n de la vindicaci¨®n feminista. A destacar tambi¨¦n la interrelaci¨®n de la ficci¨®n y la realidad: documentaci¨®n visual de las manifestaciones de las mujeres reclamando su derecho al voto y personajes como el comisario-jefe Theodore Roosevelt y el hombre m¨¢s rico de la ciudad: J. P. Morgan.
Caleb Carr y Hossein Amini est¨¢n m¨¢s que dispuestos a explicarnos que el desarrollo industrial y financiero de una gran ciudad es capaz de acabar con la edad de la inocencia
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