Contempor¨¢nea casa de mu?ecas
La pel¨ªcula tiene la virtud de huir de f¨¢ciles esquematismos y de presentar necesarias ambig¨¹edades con las que escapar del sectarismo
El hecho de que Casa de mu?ecas, obra teatral estrenada en 1879 por Henrik Ibsen, considerada como la primera pieza feminista, siga teniendo plena vigencia en el siglo XXI, es un golpe a nuestra realidad. A lo que a¨²n queda por recorrer. A lo que todav¨ªa no acabamos de entender sobre el papel de la mujer en la sociedad contempor¨¢nea. Y as¨ª nos lo muestra la directora brasile?a La¨ªs Bodanzky, que, en su cuarto largometraje, Como nuestros padres, se adentra en el esp¨ªritu del dramaturgo dan¨¦s, sin adaptarlo expl¨ªcitamente, como s¨ª hicieron cineastas tan rabiosos y comprometidos como R. W. Fassbinder y Joseph Losey, pero mostrando lo que ser¨ªa una Nora de nuestros d¨ªas: una mujer atada a una vida matrimonial y familiar insatisfecha, que llega a citar Casa de mu?ecas, y que deambula entre la necesidad de cari?o y de tiempo, y la resignaci¨®n hacia unas prioridades casi olvidadas.
COMO NUESTROS PADRES
Direcci¨®n: La¨ªs Bodanzky.
Int¨¦rpretes: Maria Ribeiro, Paulho Vilhena, Clarisse Abujamra, Felipe Rocha.
G¨¦nero: drama. Brasil, 2017.
Duraci¨®n: 102 minutos.
Bodanzky, cojitranca en la narraci¨®n durante el primer tercio, con unas extra?¨ªsimas elipsis menos eficaces que art¨ªsticas, recupera pronto el pulso y presenta a una mujer apasionante que, tras un golpe informativo por parte de su f¨¦rrea madre, comienza a reelaborar su visi¨®n interior y exterior. Acerc¨¢ndose tanto a detalles concretos de la cotidianidad, carencia de sexo en el matrimonio, como a aspectos un tanto m¨¢s abstractos, pero perceptibles, caso de la b¨²squeda de afecto, y no tanto en el sentido de una infidelidad como en el del deseo de sentirse querida, o al menos halagada.
Pel¨ªcula de las que va sedimentando su discurso conforme avanza el relato, Como nuestros padres tiene tambi¨¦n la virtud de huir de f¨¢ciles esquematismos, y de presentar necesarias ambig¨¹edades con las que escapar del sectarismo. Hasta conformar un retrato de mujer con hombre al fondo, en el que no pocos espectadores se reconocer¨¢n. En sus virtudes y en sus defectos. Y en lo que no son exactamente virtudes ni defectos, sino el simple y complejo devenir de nuestros d¨ªas.
Babelia
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